En un momento crucial para la política financiera de Estados Unidos, John Deaton, un defensor destacado en el ámbito de las criptomonedas y abogado pro bono en el caso de Ripple, ha dejado claro su firme oposición a la implementación de una moneda digital de banco central (CBDC) emitida por la Reserva Federal. Durante una reciente entrevista con Generation Infinity, Deaton no dudó en catalogar su oposición a la CBDC como "una colina en la que está dispuesto a morir". Deaton está en plena campaña para obtener un asiento en el Senado de Massachusetts, y su posición respecto a las CBDC se ha convertido en un tema central de su plataforma política. A medida que la discusión sobre el futuro del dinero digital y las criptomonedas crece, las declaraciones de Deaton respecto a la CBDC han resonado en un sector que ve con preocupación el posible control que el gobierno podría ejercer sobre la economía individual. En sus comentarios, Deaton adujo que una CBDC podría suponer el fin de la privacidad financiera como la conocemos.
Señaló que el riesgo de que el gobierno monitoree y restrinja los gastos de los ciudadanos es demasiado grave para ignorarlo. Esta afirmación se sustenta en la idea de que la implementación de una moneda digital por parte de la Reserva Federal podría reemplazar el efectivo, limitando así las opciones de los consumidores y empujándolos a un sistema financiero completamente auditado por el estado. Un punto crucial que Deaton trajo a la mesa fue la reciente propuesta de la senadora Elizabeth Warren a favor de una CBDC. Según Deaton, la propuesta de Warren podría ser interpretada como un intento de prohibir de facto el uso de activos digitales como Bitcoin, así como cualquier forma de autocustodia de criptomonedas. "La senadora Warren introdujo su proyecto de ley, que es una prohibición de facto del Bitcoin y la autocustodia de las criptomonedas en Estados Unidos", afirmó Deaton.
El candidato senatorial también expresó su alarma ante el hecho de que, sin claras regulaciones que protejan a los consumidores, los innovadores y las empresas en el sector de las criptomonedas podrían sentirse obligados a eludir el mercado estadounidense. Según Deaton, muchos emprendedores han restringido su enfoque al mercado internacional en los últimos años, lo que ha llevado a una fuga de talento y capital que podría haber beneficiado a la economía estadounidense. El discurso de Deaton no se limitó al ámbito de las CBDC; también abordó la cuestión de la responsabilidad del gobierno y la necesidad de una clara rendición de cuentas. Argumentó a favor de la implementación de límites temporales para senadores y representantes, destacando que la larga permanencia en el cargo puede conducir a una falta de nuevas ideas y accountability. "No deberías poder ser presidente de la SEC un viernes y, al lunes siguiente, ser asesor de Apollo Group", subrayó, defendiendo un período de tres a cinco años entre el ejercicio de funciones regulatorias y la aceptación de empleos en la industria a la que se regulaba.
Este enfoque hacia la regulación es subrayado por el trabajo de Deaton en defensa de los titulares de XRP, donde ha criticado la manera en que la Comisión de Bolsa y Valores de Estados Unidos (SEC) ha manejado la situación. Deaton sostiene que la falta de claridad regulatoria ha confundido a los inversores y ha ahuyentado la innovación. "Cuando enfrenté a la SEC, lo que pedí desde el primer momento fue que simplemente declararan que XRP no es una seguridad. Eso es todo lo que tienen que hacer, y deben seguir la ley que ha existido durante 75 años", afirmó. El sentido de urgencia que Deaton comunica sobre estos temas es palpante.
Para él, la lucha contra la CBDC no es simplemente una cuestión de política; es una batalla por la privacidad y la libertad financiera de los ciudadanos estadounidenses. En su visión, una CBDC sería un instrumento que podría ser utilizado para controlar el comportamiento de gasto de las personas, algo que él considera inaceptable en una sociedad democrática. Su campaña se ha centrado en la idea de que los ciudadanos deben tener el derecho a manejar su propio dinero sin la intrusión del gobierno. Esto ha resonado en una base creciente de electores que, aunque quizás no estén completamente bien informados, sienten una preocupación visceral acerca de la dirección que está tomando el sistema financiero. La lucha de Deaton por la rendición de cuentas, la regulación clara y la oposición a una CBDC, refleja una resistencia que se manifiesta en varias facetas de la política estadounidense contemporánea.
La conversación sobre las CBDC ha cobrado un nuevo impulso en los últimos años, especialmente a medida que más países consideran su implementación. Sin embargo, lo que hace única la postura de Deaton es su énfasis en la experiencia personal y profesional que trae a la mesa. A través de su trabajo en el ámbito de las criptomonedas, ha visto de primera mano las repercusiones que una regulación confusa puede tener en el ecosistema. A medida que la campaña avanza, es probable que Deaton continúe utilizando su plataforma para educar a los votantes sobre los riesgos de las CBDC y la importancia de mantener una política fiscal que respete la autonomía individual. La batalla que Deaton ha decidido librar podría no ser solo un punto de referencia en su campaña, sino una declaración de principios que inspire a otros a considerar cómo las políticas públicas afectan las libertades y derechos individuales.
En conclusión, John Deaton se ha posicionado como un defensor ferviente del derecho de los ciudadanos a manejar su propia economía y ha declarado su intención de luchar contra lo que considera un potencial abuso de poder por parte del gobierno. Su determinación por detener una CBDC y su llamado a un marco regulatorio más claro resuenan en un momento en que la economía digital enfrenta desafíos significativos. Mientras la batalla se intensifica, los ciudadanos estadounidenses se enfrentan a la crucial elección de cómo desean que el futuro de su dinero se desarrolle.