En un contexto mundial donde la protección de datos personales y biométricos se ha convertido en un tema primordial para gobiernos y ciudadanos, la República Dominicana ha dado un paso firme a través de la intervención del Instituto Nacional de Protección de los Derechos del Consumidor (Pro Consumidor). Esta entidad ha exigido a la Fundación Worldcoin la eliminación de datos biométricos recogidos de manera irregular, señalando que la recopilación de esta información vulnera diversas normativas legales del país y representa un peligro para la seguridad y privacidad de sus ciudadanos. El caso de Worldcoin en la República Dominicana ha generado gran controversia por la forma en que se obtuvieron los datos biométricos de más de ocho mil personas. Según informó Pro Consumidor, la organización realizó esta recolección bajo un contrato que contenía cláusulas abusivas y que no fue ni revisado ni aprobado por la institución. Esta falta de autorización contraviene la Ley 358-05, que regula la protección de datos personales, así como la Constitución dominicana, que establece la necesidad de que tales procesos sean supervisados y autorizados por los organismos competentes.
La preocupación principal residía en que, bajo la legislación vigente, solo la Junta Central Electoral (JCE) tiene permiso para recopilar y gestionar información biométrica a nivel nacional, conforme a la Ley No. 4-23. Pro Consumidor, a través de su director ejecutivo Eddy Alcántara, comunicó de manera oficial a los representantes locales de Worldcoin que deben proceder con la eliminación inmediata tanto de los datos biométricos como de toda información personal obtenida sin el debido consentimiento legal. Además, solicitó pruebas verificables que garanticen la eliminación efectiva de dichos datos. Esta acción de Pro Consumidor se enmarca dentro de una tendencia global, ya que Worldcoin ha enfrentado medidas similares en países europeos como España, Alemania, Portugal y Francia.
En estas naciones, las autoridades ordenaron la eliminación de datos biométricos recogidos mediante escáneres de iris, debido a preocupaciones similares sobre la legalidad y la protección de la privacidad de los ciudadanos. El escándalo que rodea a Worldcoin se debe, en gran medida, a la naturaleza sensible de los datos biométricos. Estos datos, que incluyen características físicas únicas como el iris, las huellas dactilares y el rostro, son cada vez más utilizados para la verificación de identidad en diversas aplicaciones tecnológicas. Sin embargo, su recopilación y almacenamiento sin las garantías legales y de seguridad adecuadas puede provocar riesgos significativos, incluyendo el robo de identidad, el fraude y la violación de la privacidad individual. Pro Consumidor subraya que la captación no autorizada de este tipo de información no solo afecta los derechos del consumidor, sino que también representa una amenaza para la seguridad nacional.
La protección de datos biométricos es especialmente crítica debido a la imposibilidad de cambiarlos a diferencia de contraseñas o códigos, por lo que su uso indebido puede tener consecuencias a largo plazo para los individuos afectados. La legislación dominicana ha avanzado significativamente en cuanto a la protección de la privacidad y los datos personales. La Ley 358-05 establece regulaciones claras sobre cómo se deben manejar estos datos, con énfasis en el consentimiento informado y la autorización de organismos competentes. La Ley No. 4-23, por otro lado, define el marco para el manejo de datos biométricos por parte de la Junta Central Electoral con fines específicos y limitados, como la identificación electoral.
La controversia con Worldcoin se suma a un debate más amplio sobre las implicaciones éticas y legales del uso de tecnologías emergentes que recolectan datos biométricos en masa, a menudo con fines comerciales o de innovación tecnológica. Empresas de todo el mundo exploran estos recursos para mejorar servicios de seguridad, acceso y transacciones, pero si no se respetan las normativas locales y los derechos de los usuarios, pueden surgir conflictos y sanciones legales. En el caso dominicano, Pro Consumidor ha demostrado un papel activo y vigilante en la defensa de los derechos de los consumidores ante prácticas que consideran abusivas o ilegales. La institución se mantiene atenta para garantizar que el proceso demandado a Worldcoin se cumpla íntegramente, exigiendo transparencia y control en el manejo de datos personales sensibles. El llamado a Worldcoin para que elimine la información biométrica es más que un acto formal; representa un mensaje contundente sobre la importancia de respetar las leyes nacionales y priorizar la protección de los ciudadanos.
También refleja una tendencia regulatoria global hacia un mayor control y supervisión del uso de datos biométricos, dada la creciente preocupación por la privacidad y la seguridad de la información. Este episodio invita a los consumidores dominicanos a estar informados y ser cautelosos respecto a la entrega de su información personal y biométrica a entidades privadas o públicas. Exige además que las empresas tecnológicas que operan en el país se adapten a un marco regulatorio riguroso y transparente, que garantice la protección de datos, el respeto a los derechos y la seguridad nacional. En definitiva, la exigencia de Pro Consumidor marca un precedente importante para el manejo de datos en República Dominicana. Refuerza la necesidad de supervisión estricta y cumplimiento cabal de las leyes relativas a la protección de datos personales y biométricos, asegurando que cualquier innovación tecnológica se implemente con responsabilidad, ética y respeto a los derechos fundamentales de las personas.
Mientras el mundo avanza hacia una digitalización creciente, la vigilancia sobre las empresas que manejan datos sensibles deberá intensificarse, poniendo siempre en primer lugar la defensa de la privacidad y la seguridad de los ciudadanos. La experiencia dominicana con Worldcoin puede servir de guía para otros países que enfrentan desafíos similares en el manejo de tecnologías disruptivas y datos biométricos.
