En los últimos años, la evolución vertiginosa de los activos criptográficos ha desafiado a los sistemas legales y fiscales de múltiples países, incluyendo Vietnam. Con el creciente interés de inversionistas y la aparición de nuevas tecnologías financieras, la necesidad de establecer un marco regulatorio y tributario para las criptomonedas se vuelve una prioridad urgente. Sin embargo, la situación en Vietnam presenta particularidades que complican la implementación efectiva de una tributación clara y justa sobre los criptoactivos. Vietnam se encuentra actualmente en una encrucijada legal donde las criptomonedas no están prohibidas ni reconocidas formalmente como activos, moneda o mercancías, lo que genera un vacío normativo significativo. Aunque el Banco Estatal de Vietnam ha declarado que las criptomonedas no constituyen un medio de pago legal, tampoco prohíbe su posesión o inversión, siempre que no se utilicen para realizar pagos.
Esta ambigüedad implica grandes riesgos para quienes participan en transacciones con criptoactivos y dificulta la supervisión y resolución de conflictos relacionados con estos. Desde la perspectiva tributaria, el desafío se presenta en términos técnicos y legales. La naturaleza descentralizada y anónima de las criptomonedas dificulta la identificación de los contribuyentes, el seguimiento de las transacciones y la determinación del origen de ingresos asociados. A diferencia de los activos tradicionales, las cadenas de bloques y las carteras digitales permiten transferencias sin intermediarios bancarios, atravesando fronteras sin ningún control estatal inmediato. Además, la extrema volatilidad y falta de liquidez general en ciertos tokens complican la valoración correcta y continua de estos activos.
Los precios pueden fluctuar drásticamente dentro de minutos, lo cual genera inseguridad para definir una base imponible adecuada y fomenta posibles evasiones fiscales o declaraciones incorrectas. Otro punto delicado es el volumen de operaciones realizadas en plataformas internacionales o mercados peer-to-peer no regulados, que escapan al radar de las autoridades tributarias vietnamitas. En respuesta a estos retos, el gobierno de Vietnam ha dado señales de avanzar hacia una regulación piloto que permita la creación de un intercambio de activos digitales bajo un mecanismo controlado y dentro de un marco jurídico apropiado. La directiva emitida por el primer ministro Pham Minh Chinh instruye a los ministerios de Finanzas y Ciencia y Tecnología a finalizar las políticas pertinentes durante el segundo trimestre de 2025 y lanzar un sandbox regulatorio midiendo hasta 2026. Esta iniciativa busca no solo controlar y reducir riesgos, sino también captar las oportunidades que representan las tecnologías financieras modernas y reducir pérdidas fiscales.
Especialistas como Nguyen Tien Hoa, socio senior del bufete ASL Law, subrayan la urgencia de definir claramente en la legislación vietnamita la naturaleza jurídica de las criptomonedas. Solo con tal claridad será posible integrar a los criptoactivos en el sistema impositivo con justicia, incentivando un ambiente de inversión favorable y evitando la estigmatización que podría ralentizar la innovación tecnológica. Comparativamente, otros países ya han avanzado en la regulación y tributación de criptomonedas. Estados Unidos, por ejemplo, clasifica las criptomonedas como propiedad para efectos fiscales, aplicando impuestos sobre las ganancias al vender o intercambiar estos activos. Alemania adopta un enfoque tecnológicamente neutral y grava las ganancias como ingresos, además de considerar impuestos sobre el patrimonio.
En América Latina, países como El Salvador han dado pasos audaces como aceptar Bitcoin como moneda oficial, mientras que China ha adoptado una postura restrictiva, prohibiendo a instituciones financieras domésticas intervenir en actividades relacionadas. Vietnam puede aprovechar las experiencias internacionales para moldear un sistema adaptado a sus características específicas. La adopción de un esquema tributario con un tipo impositivo moderado, inicialmente aplicado en un entorno controlado como un piloto en algunas plataformas centralizadas, podría fomentar el cumplimiento voluntario. La claridad normativa y la estandarización en la valoración de activos criptográficos contribuirán a evitar inequidades entre contribuyentes y minimizar la evasión. La posible inclusión de las criptomonedas dentro de impuestos existentes, como el impuesto sobre la renta personal con una tasa tentativamente del 10 % para ganancias por trading, o la aplicación de la tasa corporativa estándar del 20 % para empresas vinculadas, ofrecen un terreno inicial para la construcción del marco fiscal.
A medida que se delimite la consideración legal de las criptomonedas como bienes o servicios, también podría considerarse la aplicación del impuesto al valor agregado (IVA) en las transacciones. Un aspecto clave para el éxito de la tributación de criptoactivos en Vietnam será la implementación de tecnologías eficientes de monitoreo y auditoría que permitan a las autoridades fiscales acceder y verificar la información fundamental, superando las barreras de anonimato y descentralización. Esto requiere inversiones en capacitación, sistemas informáticos y cooperación internacional. Por otro lado, las regulaciones emergentes podrían legitimar el mercado de activos digitales, atrayendo la participación institucional y fomentando la innovación regional. La creación de fondos de inversión, como los Exchange-Traded Funds (ETFs) enfocados en activos digitales, se considera una solución viable y segura para integrar las criptomonedas dentro del circuito financiero formal.
En conclusión, aunque Vietnam enfrenta complejos desafíos legales, técnicos y fiscales en la tributación de los activos criptográficos, la dirección trazada por autoridades y expertos apuntan a un abordaje pragmático y escalonado. La claridad en el reconocimiento legal, la armonía normativa y la adopción de mecanismos tecnológicos adecuados serán fundamentales para construir un sistema tributario que equilibre la recaudación con la promoción de la innovación y la protección a los inversores. El futuro del ecosistema financiero vietnamita podría depender en gran medida de cómo integre los criptoactivos en su arquitectura legal y económica.