La planificación de la jubilación para parejas casadas puede ser un camino complejo, especialmente cuando se trata de la Seguridad Social. Aunque muchas personas conocen los beneficios generales del sistema, existen reglas poco difundidas que podrían afectar significativamente los ingresos que reciben ambos cónyuges durante su retiro. Estas normas menos evidentes pueden tanto potenciar los beneficios como ocasionar reducciones inesperadas, por lo que es esencial que los matrimonios las conozcan para optimizar sus ingresos y tomar decisiones informadas a la hora de reclamar la pensión. Uno de los aspectos claves que muchas parejas no consideran es cómo los ingresos de uno pueden influir en los beneficios del otro. La Seguridad Social ofrece la posibilidad de que un cónyuge acceda a beneficios basados en el historial laboral del otro, lo que puede ser especialmente provechoso cuando uno de los dos ha tenido menores ingresos durante su vida laboral.
Sin embargo, esta ventaja también trae implicaciones que podrían afectar los pagos si uno de los dos continúa trabajando después de comenzar a recibir beneficios. Existe algo conocido como la prueba de ingresos por jubilación, una norma que busca evitar que las personas cobren al mismo tiempo Seguridad Social y obtengan ingresos altos por empleo, lo que puede generar una penalización económica. Lo que muchos desconocen es que esta regla no solo impacta al solicitante de los beneficios, sino que también puede afectar a su cónyuge si este recibe una prestación basada en el historial del otro. Por tanto, cuando uno de los miembros del matrimonio sigue trabajando y supera un cierto límite anual de ingresos, el otro puede observar una reducción en los pagos de la Seguridad Social, incluso sin estar trabajando. En términos prácticos, para el año 2025 el límite de ingresos anuales antes de que se aplique esta reducción es de 23,400 dólares para quienes aún no llegaron a la edad de jubilación plena.
Si un cónyuge sobrepasa esa cantidad trabajando mientras recibe beneficios, la Seguridad Social reducirá su pago en función de lo que exceda el límite. En el caso de que el otro cónyuge reciba beneficios como resultado del historial laboral del primero, esos pagos también pueden disminuir, aunque el cónyuge receptor no esté generando ingresos laborales. Esto puede representar una sorpresa poco agradable para jubilados que no estaban al tanto de esta interacción. Además, es fundamental considerar la estrategia del momento en que cada cónyuge decide reclamar sus beneficios. La regla general para quienes están solos indica que es beneficioso esperar para reclamar hasta la edad máxima permitida para recibir pagos más altos.
Pero en el caso de parejas, las decisiones se vuelven más complejas por la variedad de opciones y las interacciones entre las prestaciones individuales y conyugales. Un error común es pensar que ambos deberían reclamar al mismo tiempo o que simplemente calcular costos y beneficios de forma individual será suficiente para maximizar el ingreso conjunto. Existen varias posibilidades para que cada miembro de la pareja optimice su ingreso a lo largo de sus vidas, combinando el momento para comenzar a recibir la pensión individual, el cobro de beneficios por ser cónyuge y las estrategias para reducir el impacto de la prueba de ingresos. Por ejemplo, puede ser conveniente que uno de los dos espere hasta la edad plena de jubilación o incluso más para comenzar a cobrar, mientras que el otro puede tomar los beneficios antes para complementar el ingreso familiar, siempre considerando los posibles recortes por ingresos laborales. Otro punto menos conocido es que las reglas de la Seguridad Social permiten el uso de algunas estrategias legales para maximizar el monto que la familia recibirá durante toda su vida.
Estas incluyen decisiones sobre quién reclama primero, cuándo solicitar la suspensión de beneficios para beneficiarse de incrementos, y cómo coordinar el cobro de beneficios por viudez en caso de que uno de los cónyuges fallezca. Aunque estas mecánicas no son sencillas y requieren conocimientos especializados, pueden significar decenas de miles de dólares extra en ingresos, impactando directamente la calidad de vida en la jubilación. Es recomendable que las parejas busquen asesoría profesional para analizar su situación particular, ya que las reglas pueden cambiar ligeramente cada año y varían según la edad, los ingresos previos y la expectativa de vida de cada persona. Además, las nuevas legislaciones o ajustes en los parámetros económicos pueden modificar los límites de ingresos y las penalizaciones, por lo que contar con información actualizada es clave para evitar sorpresas y aprovechar cada oportunidad. El desconocimiento o la falta de planificación en torno a estas reglas poco evidentes puede generar pérdidas significativas en los ingresos durante el retiro.