El colapso de FTX, una de las plataformas de intercambio de criptomonedas más importantes del mundo, ha dejado una marca profunda en el ecosistema cripto. Desde su bancarrota declarada en noviembre de 2022, la empresa ha enfrentado múltiples desafíos para recuperar los activos perdidos y responder a sus acreedores. En este contexto, FTX y su Fondo de Recuperación han dado un paso decisivo al presentar demandas legales contra emisores de tokens que no cumplieron con sus obligaciones contractuales. Estas demandas hunden sus raíces en la exigencia de retorno de varios millones en tokens que permanecen sin ser entregados, aumentando la complejidad del proceso judicial y financiero que enfrenta la empresa. Las acciones legales en cuestión han sido dirigidas específicamente contra NFT Stars Limited, una compañía australiana que opera una plataforma de mercado para NFT, y Kurosemi Inc.
, el desarrollador detrás del juego MMORPG potenciado por inteligencia artificial Delysium. Ambas entidades figuran como responsables de no entregar los tokens prometidos, pese a tener acuerdos contractuales previos con FTX. Según la información oficial presentada ante la corte de bancarrota de Delaware en Estados Unidos, se exige la devolución de más de 83 millones de tokens SIDUS, 831,000 tokens SENATE y 75 millones de tokens AGI, activos que representan un valor considerable en el proceso de recuperación. La falta de cooperación por parte de estas empresas ha forzado a FTX a abandonar los intentos de negociación extrajudicial, convirtiendo la disputa en un litigio abierto. Esto refleja un patrón preocupante en el que ciertos emisores de tokens pueden retrasar o rechazar el cumplimiento de compromisos, generando así complicaciones adicionales en la restauración del patrimonio de la empresa en bancarrota.
Para reforzar su posición, FTX ha contratado a las firmas Sullivan & Cromwell como asesoría legal, una de las firmas más prestigiosas en asuntos corporativos y de bancarrota, así como a Alvarez & Marsal North America para la gestión financiera durante los procedimientos. La maniobra legal de FTX no sólo busca asegurar la devolución de estos activos específicos, sino que también envía un mensaje claro a otros emisores de tokens y monedas digitales: la empresa está dispuesta a defender vigorosamente los derechos de sus acreedores y a utilizar los mecanismos legales necesarios para recuperar las pérdidas acumuladas. En un comunicado oficial, la empresa expresó su disposición a seguir presentando demandas contra otros emisores que continúen ignorando sus solicitudes de colaboración, subrayando un compromiso firme para maximizar la recuperación de fondos para sus acreedores. Esta estrategia judicial es solamente una parte de un esfuerzo más amplio que FTX ha desplegado para mitigar el impacto del colapso y recompensar a sus acreedores. En paralelo a la persecución legal, la firma ha iniciado un proceso de reorganización financiera aprobado por el tribunal de bancarrota de Delaware.
Este plan contempla distribuciones significativas a los acreedores, estimadas entre 14.7 mil millones y 16.5 mil millones de dólares, con el objetivo de devolver hasta el 119 % del valor reconocido de las reclamaciones para casi la totalidad de los acreedores, una cifra inusual y optimista en procesos de esta naturaleza. El proceso de pago a los acreedores se está desarrollando en fases, habiéndose completado ya el pago completo a los denominados acreedores menores o de la “Clase de Conveniencia”, quienes tenían reclamaciones por debajo de los 50,000 dólares. Los pagos incluyen un interés adicional del 9 %, mostrando un compromiso claro por cumplir con las obligaciones pendientes.
En la siguiente fase, se consideran pagos a acreedores no asegurados y otros clientes, condicionados a la validación de sus reclamos y el cumplimiento de las normativas Know Your Customer (KYC). Este requisito fue un factor crítico que dejó fuera a casi 392,000 reclamaciones, por no completar el proceso antes del plazo límite establecido en marzo de 2025. Para facilitar la distribución de los fondos, FTX ha establecido alianzas estratégicas con plataformas reconocidas como Kraken y BitGo, que ofrecen servicios de administración y transferencia de activos tanto en moneda fiduciaria como en criptomonedas. Esta flexibilidad es crucial para adaptarse a las preferencias variadas de los acreedores en una industria que cada vez más combina finanzas tradicionales y digitales. Este caso destaca la complejidad regulatoria y operativa que enfrentan los activos digitales en escenarios de bancarrota.
A pesar del auge de las criptomonedas y los tokens, la falta de regulación clara y la naturaleza descentralizada de muchas operaciones dificultan la realización de auditorías exhaustivas y la transparencia total en la gestión de activos. El litigio en curso evidencia cómo estas dinámicas pueden afectar los procesos legales y de recuperación, así como la confianza del público y los inversionistas en la industria cripto en general. Además, el caso de FTX sirve como una advertencia para otros proyectos, empresas y emisores de tokens que operan en este sector. El incumplimiento de contratos y la retención injustificada de activos pueden no sólo entorpecer el desarrollo del ecosistema, sino también derivar en acciones legales severas que pueden impactar la reputación y viabilidad futura de las compañías involucradas. En conclusión, las demandas legales presentadas por FTX contra NFT Stars Limited y Kurosemi Inc.
son un elemento crucial dentro de una estrategia más amplia para recuperar activos y remunerar a los acreedores tras la bancarrota de la plataforma. Este proceso pone de relieve los desafíos inherentes al mundo cripto en materia de cumplimiento contractual, transparencia y regulación, al tiempo que resalta los esfuerzos continuos para garantizar que los inversionistas y usuarios afectados puedan ver algún grado de restitución. A medida que el litigio avanza y la reestructuración avanza, el caso FTX seguirá siendo una referencia importante para las futuras normativas y prácticas en la industria blockchain y de criptomonedas.