La minería de criptomonedas ha ganado popularidad en todo el mundo como una forma de generar activos digitales utilizando tecnología avanzada y un importante consumo energético. En Estados Unidos, diversas compañías han estado explorando métodos innovadores para abastecer sus operaciones con fuentes de energía alternativas o complementarias. En este contexto, Diversified Energy, una empresa dedicada a la producción de gas natural, combinó su actividad con la minería criptográfica utilizando gas natural como fuente de energía para sus instalaciones. Sin embargo, recientes reportes indican que esta empresa ha abandonado un sitio clave en Pensilvania, generando inquietudes ambientales y regulatorias. El sitio conocido como Longhorn Pad A, ubicado en el condado de Elk, Pensilvania, fue reactivado por Diversified Energy en 2022 tras haber estado inactivo durante casi diez años.
Allí, la empresa instaló generadores que utilizaban gas natural para alimentar computadoras dedicadas a la minería de criptomonedas. Esta operación, vista inicialmente como una innovadora combinación entre producción energética y minería criptográfica, pronto enfrentó problemas regulatorios cuando se supo que había comenzado sin la obtención previa del permiso ambiental necesario emitido por el Departamento de Protección Ambiental de Pensilvania (DEP, por sus siglas en inglés). Aunque la compañía logró obtener el permiso en diciembre de 2023, una inspección realizada en marzo de 2025 reveló que Diversified Energy ya había removido toda la infraestructura asociada a la minería en el sitio Longhorn Pad A. Los inspectores encontraron cobertizos metálicos vacíos y la ausencia del equipo necesario para la producción y minería, lo que motivó al DEP a emitir una notificación formal por incumplimiento, específicamente por el abandono de los pozos ubicados en esa área. La empresa negó que el sitio estuviera abandonado, alegando que existe la posibilidad de reanudar la producción de gas natural en el futuro, pero la autoridad ambiental y diversos defensores del medio ambiente aseguran que Diversified no ha cumplido con sus obligaciones legales y contractuales.
Una de las principales responsabilidades vincula a la empresa con el sellado y clausura adecuada de los pozos de gas al término de su vida útil, una práctica esencial para prevenir la contaminación de suelos y aguas subterráneas, además de mitigar riesgos asociados a emisiones de metano y otros gases nocivos. En 2021, Diversified Energy firmó un acuerdo donde se comprometía a sellar el pozo de Longhorn Pad A y otros trece pozos más, pero hasta la fecha ha incumplido con este acuerdo, dejando a la región expuesta a potenciales riesgos ambientales. Este suceso no es un caso aislado. Diversified Energy ha sido objeto de críticas recurrentes por parte de ambientalistas debido a su modelo de negocio, que consiste en comprar pozos antiguos y de baja producción para extraer el valor residual que contienen, sin un claro plan para su desmantelamiento o clausura responsable. La falta de inversión en el sellado de pozos puede resultar en costos significativos para los gobiernos locales y estatales, cuyos contribuyentes podrían tener que asumir las responsabilidades financieras de las reparaciones ambientales y el monitoreo permanente de estas estructuras abandonadas.
El costo de sellar un solo pozo puede superar los cien mil dólares, una cifra considerable cuando multiplicada por los cientos de miles de pozos huérfanos y abandonados que existen en Pensilvania y otras regiones de Estados Unidos. La proliferación de estos pozos sin mantenimiento adecuado ha sido calificada como una crisis ambiental, y las acciones de empresas como Diversified Energy son vistas como un ejemplo de un modelo de negocios que ignora la sustentabilidad y la responsabilidad social. En 2022, un informe crítico sobre la empresa señaló que su negocio estaba “construido para fracasar Appalachia”, refiriéndose a la región de los Apalaches donde muchos de estos pozos están ubicados, y alertó sobre el riesgo de que los costos ambientales recayeran en los contribuyentes. Ante la presión pública y regulatoria, Diversified aceptó un acuerdo legal para sellar 3,000 pozos antes de 2034, aunque todavía enfrenta investigaciones regulatorias, incluso por parte del Comité de Energía y Comercio de la Cámara de Representantes de los Estados Unidos. El impacto local de la actividad y el abandono del sitio en Horton Township, donde se encuentra Longhorn Pad A, es palpable.
Las autoridades municipales aseguran que no han recibido información oficial ni actualizaciones por parte de la empresa. El supervisor local, PJ Piccirillo, manifestó al diario Erie Times-News que la remoción repentina de generadores y tanques se produjo sin ninguna notificación, creando incertidumbre sobre el destino del sitio y aumentando la percepción de abandono y negligencia. El caso de Diversified Energy también se inserta en un contexto más amplio de rechazo y regulación de las actividades de minería criptográfica en Estados Unidos. Diversos municipios y estados han impuesto regulaciones y, en algún caso, prohibiciones parciales o totales a este tipo de minería, motivados por preocupaciones respecto al consumo energético elevado, impacto ambiental y ruidos asociados. Por ejemplo, en abril de 2025, la comisión de planificación de Vilonia, Arkansas, rechazó por unanimidad una propuesta para establecer una instalación de minería criptográfica dentro de sus límites municipales, debido a la oposición de residentes y preocupaciones por el impacto ambiental y social.
De forma similar, los legisladores de Arkansas plantearon un proyecto de ley para prohibir operaciones de minería de criptomonedas en un radio de 30 millas alrededor de instalaciones militares, buscando sumar una capa más de regulación sobre esta industria altamente controvertida. La tensión entre la minería criptográfica y las comunidades locales se refleja también en incidentes como el que tuvo lugar en Granbury, Texas, donde residentes presentaron una denuncia contra Marathon Digital por el ruido excesivo generado por su mina de Bitcoin. Estos ejemplos ilustran un ambiente regulatorio complejizándose, en donde las compañías de criptominería deben balancear sus objetivos financieros con las obligaciones legales y expectativas sociales. Forsando la lupa sobre el impacto ambiental, la relación entre extracción de gas y minería criptográfica añade complejidad. Mientras que el gas natural ha servido para alimentar instalaciones de minería en zonas remotas o con acceso limitado a redes eléctricas estables, la falta de clausura de pozos y el abandono incompleto de estos sitios representan amenazas para la calidad del aire, del agua y la salud pública.
La liberación sin control de gases de efecto invernadero desde pozos activos o abandonados contribuye al cambio climático y dificulta el cumplimiento de metas nacionales e internacionales para la reducción de emisiones. La denuncia pública y el seguimiento de casos como el de Diversified Energy reflejan la importancia de una supervisión rigurosa y transparente en industrias que combinan recursos naturales con tecnologías emergentes. Las autoridades ambientales y legislativas se enfrentan al desafío de crear marcos regulatorios que incentiven la innovación tecnológica y al mismo tiempo protejan los ecosistemas y a las comunidades locales. Diversified Energy se encuentra en una encrucijada, donde su reputación corporativa y viabilidad a largo plazo dependen, en gran medida, de su capacidad para cumplir sus compromisos ambientales y ajustarse a las estrictas normativas vigentes. La presión de organismos reguladores, sociedad civil y medios de comunicación puede impulsar a la empresa a adoptar prácticas más responsables y sostenibles.
En última instancia, este caso ejemplifica los riesgos asociados con la combinación de industrias aparentemente diferentes, y cómo la falta de planificación y responsabilidad puede derivar en conflictos ambientales y sociales significativos. El abandono de pozos sin sellar representa no solo un problema local, sino un desafío para toda la región y para la gestión responsable de los recursos energéticos y tecnología que definen el futuro del sector energético y criptográfico. La atención mundial hacia la minería de criptomonedas y su impacto ambiental continúa creciendo, y casos como el sitio Longhorn Pad A sirven como alerta para políticas más integrales, que garanticen la protección del medio ambiente y el bienestar de las comunidades, mientras se fomenta un desarrollo tecnológico sustentable y equilibrado.