En el vertiginoso mundo de las criptomonedas, el año 2022 se ha convertido en un período que muchos en la industria preferirían olvidar. A medida que el entusiasmo por las criptomonedas alcanzaba nuevas alturas, también se producían caídas dramáticas que sacudieron tanto a inversores como a plataformas. Aquí, exploramos los siete colapsos más significativos de este año, que no solo afectaron a empresas, sino también a la confianza general en el ecosistema cripto. El primero en nuestra lista es el infame caso de Terra y su moneda estable, UST. Terra, una blockchain que prometía revolucionar el mundo de las finanzas descentralizadas, se desplomó inesperadamente en mayo.
La moneda estable UST, que había ganado popularidad rápida gracias a su supuesta paridad con el dólar, perdió su valor y arrastró consigo a toda la plataforma. Los inversores que habían apostado por el ecosistema de Terra se encontraron con pérdidas masivas, dejando a millones de personas con cuestiones financieras que resolver. Este colapso hizo que muchos cuestionaran la estabilidad de las monedas estables y su papel en la economía cripto. A continuación, encontramos el colapso de la exchange de criptomonedas FTX, uno de los alias más conocidos en el espacio. Fundada por Sam Bankman-Fried, la empresa experimentó una rápida ascensión y fue elogiada por su enfoque en la transparencia y la innovación.
Sin embargo, en noviembre, FTX se declaró en bancarrota tras revelarse que había utilizado los fondos de los clientes para cubrir pérdidas de su empresa asociada, Alameda Research. La quiebra de FTX fue un golpe devastador para la confianza en las plataformas de intercambio, llevando a muchos a retirar sus fondos de otras plataformas por miedo a que ocurriera algo similar. Otro colapso notable fue el de Celsius Network, una plataforma de préstamos de criptomonedas que prometía atractivos rendimientos por los depósitos de usuarios. En julio de 2022, Celsius congeló los retiros, dejando a sus clientes en un limbo financiero. Eventualmente, la plataforma se declaró en bancarrota, y se revelaron prácticas poco éticas en la gestión de los fondos de los clientes.
La caída de Celsius puso de relieve la falta de regulaciones claras en la industria y la desprotección de los inversores. El caso de BlockFi también merecería una mención en esta lista de colapsos. Esta empresa de servicios financieros cripto que ofrecía préstamos y cuentas de ahorro también fue una de las víctimas de la caída de FTX, ya que se había visto expuesta a Alameda Research. En noviembre de 2022, BlockFi suspendió sus operaciones de retiro y se vio obligada a declararse en bancarrota poco después. Este incidente subrayó la interconexión entre las principales plataformas de criptomonedas y cómo una falla en una podría afectar a varias otras.
No podemos olvidar el caso de Voyager Digital, que también se declaró en bancarrota en julio de 2022, lo que sorprendió a muchos seguidores de las criptomonedas. Voyager, que había prometido generar ingresos pasivos a los usuarios a través de intereses por sus activos digitales, se encontró atrapada en el colapso del hedge fund Three Arrows Capital. La compañía no pudo hacer frente a las reclamaciones de los clientes que deseaban recuperar sus inversiones, lo que resultó en otro golpe a la confianza del público. Además, el efecto dominó de estos colapsos también se sintió en el ámbito de las criptomonedas en sí. La caída de los precios de Bitcoin y Ethereum fue notable, afectando a todo el mercado.
Para finales de 2022, Bitcoin, que había alcanzado un histórico máximo de casi 69,000 dólares en noviembre de 2021, se había desplomado a menos de 20,000 dólares. Esta pérdida de valor desató una ola de desconfianza y miedo entre inversores, quienes comenzaron a cuestionar la viabilidad futura de las criptomonedas como clase de activo. Finalmente, cabe mencionar la preocupación general por la regulación en el sector de las criptomonedas. A raíz de los sucesos de 2022, muchos gobiernos comenzaron a clarificar su postura respecto a la regulación del sector, lo que podría traer una mayor seguridad a los inversores. Sin embargo, la falta de controles efectivos había dejado a muchos en un estado de incertidumbre y resignación.
Mirando hacia atrás, los colapsos de 2022 afectaron no solo a las cifras en la pantalla, sino también emocionalmente a una comunidad que había estado pujando por su aceptación y crecimiento global. Los defectos de estas plataformas como FTX, Celsius y BlockFi resaltaron la vulnerabilidad de los sistemas y las promesas muchas veces sin fundamento que rodean la industria. La lección más importante que la comunidad cripto debe tomar de estos colapsos es la necesidad de la transparencia y la regulación. Aunque 2022 fue un año de tragedias en el mundo cripto, también ha sido un llamado de atención para todos los involucrados. Los inversores deben ser capaces de confiar en los plataformas que utilizan y los proyectos en los que invierten.