Las elecciones congresionales: claves para el futuro de las criptomonedas en EE. UU. El año 2024 ha marcado un hito en la política estadounidense, especialmente en lo que respecta al futuro de las criptomonedas. Con una suma de 119 millones de dólares recaudados por Fairshake, el supercomité de acción política (PAC) de la industria cripto, se ha creado un escenario formidable. A pesar de la magnitud de esta recaudación, sorprendentemente, la mayor parte no se destinará a la contienda presidencial entre el ex presidente Donald Trump y la actual vicepresidenta Kamala Harris.
En vez de ello, el enfoque se dirige hacia las elecciones de "down ballot", es decir, aquellas que determinan los representantes en el Senado y la Cámara de Representantes. La razón detrás de esta estrategia es clara: el verdadero poder de influir en las regulaciones e innovaciones del sector cripto se encuentra en el Congreso. La composición de esta parte del gobierno es fundamental para determinar el futuro del mercado de criptomonedas y la tecnología blockchain en Estados Unidos. Según Lauren Belive, responsable de políticas de Ripple, uno de los principales donantes a este PAC, lo que se busca es apoyar a candidatos que reconozcan la necesidad de fomentar la innovación en el país para no quedar rezagados frente a otros centros financieros globales. Las elecciones de medio término suelen ser menos dramatizadas que las contiendas por la presidencia, pero en este ciclo electoral, las luchas por el control del Congreso son especialmente cruciales.
Ron Hammond, director de relaciones gubernamentales de la Asociación Blockchain, enfatiza que la mayoría de las batallas políticas que afectan a la industria de las criptomonedas se libran en el Congreso, y no en la Casa Blanca. “Los problemas regulatorios que enfrentamos requieren actualizar leyes que tienen hasta 90 años”, comenta el experto. Así, Fairshake ha diseñado su enfoque de manera que no favorezca a ningún partido en particular. Esta táctica parece estar funcionando, ya que las corporaciones cripto se han convertido en uno de los grupos de gasto político más grandes desde la decisión del Tribunal Supremo de EE. UU.
en 2010, que permitió a las corporaciones gastar cantidades ilimitadas en elecciones. Si bien se ha acumulado una cantidad significativa de dinero para las campañas, las elecciones criticas para las criptomonedas parecen concentrarse en algunos estados clave. Un ejemplo palpable es la contienda electoral en Ohio, donde el republicano Bernie Moreno, fundador de una firma de blockchain, compite contra el titular Sherrod Brown, quien ha mostrado escepticismo hacia la industria cripto y ocupa una posición influyente como presidente del Comité Bancario del Senado. Fairshake está invirtiendo 12 millones de dólares en la campaña de Moreno, lo que resalta la importancia que se le da a este enfrentamiento. Perianne Boring, fundadora y CEO de The Digital Chamber, resalta que la carrera en Ohio es fundamental, ya que el senador Brown ha sido un obstáculo para el progreso del sector cripto.
A su juicio, este tipo de enfrentamientos determinará la dirección futura de la legislación relacionada con criptomonedas en el país. Es evidente que, si la industria de criptomonedas quiere avanzar, las elecciones dónde se determinan los líderes y comités son una prioridad. Las elecciones para las cámaras legislativas son también significativas porque el control de los comités es esencial. George Leonardo, fundador de Cap Hill Crypto, explica que el partido que tenga la mayoría seleccionará la presidencia de los comités, lo que les permitirá definir las prioridades políticas y elaborar especificaciones legislativas que afecten directamente al sector cripto. Esto genera un impacto considerable, dado que las agendas de estos comités son responsables de muchas de las reformas que podrían favorecer o perjudicar la innovación en criptomonedas.
Los intereses bilaterales son evidentes, con Fairshake también anunciando inversiones sustanciales en Arizona y Michigan en apoyo a candidatos demócratas favorables a las criptomonedas. Este enfoque bipartidista sugiere que la intención del PAC es generar un entorno favorable para la industria independientemente de la afiliación política de los candidatos. Esta diversidad en las inversiones es una estrategia calculada, destinada a asegurar que, sin importar quién gane, habrá un grupo de aliados en el Congreso dispuestos a apoyar políticas pro-innovación. El clima regulatorio del próximo Congreso podría verse modificado de manera importante según quién controle las presidencias de los comités. Por ejemplo, si los republicanos obtienen la mayoría en el Senado, se podría anticipar que la creación de un subcomité de criptomonedas será un tema central de discusión.
La visión es que se produzcan desarrollos legislativos significativos que beneficien a la industria. Mientras seguimos explorando los factores que influyen en los resultados electorales, es fundamental considerar cómo el entorno político global puede afectar las criptomonedas. La creciente atención bipartidista hacia el sector cripto ha llevado a muchos a creer que se avecinan reformas significativas, independientemente de quién se asiente en la Casa Blanca. Así lo afirmaron diversos expertos que ven la evolución del interés como un indicador claro de que el cambio es inevitable. Sin embargo, hay quienes argumentan que la presidencia sigue siendo relevante.
Boring sostiene que el enfoque del presidente electo en las criptomonedas podría ser determinante. Un triunfo de Trump, quien se ha asociado con una plataforma pro-cripto, podría abrir la puerta a reformas significativas y apoyo administrativocentralizado hacia el desarrollo de tecnologías blockchain. Por el contrario, si Harris asume el cargo sin una postura definida sobre las criptomonedas, esta falta de claridad podría significar un freno para la innovación y el crecimiento en este sector. Independientemente del desenlace de las elecciones, el futuro de las criptomonedas en EE. UU.
dependerá en gran medida de las decisiones que se tomen en el Congreso. La capacidad de las empresas cripto para influir en las elecciones se presenta como un factor clave, incluso hasta el punto de tener la capacidad de cambiar el rumbo de la política estadounidense. Con este nivel de inversión y con tanta atención puesta en el sector, el mensaje es claro: el futuro de las criptomonedas en Estados Unidos está en juego, y las elecciones de 2024 podrían muy bien ser el punto de inflexión. En este contexto, las lúgubres advertencias de las fuerzas anti-cripto serán importantes para moldear la narrativa, pero parece que la industria está decidida a luchar por su parte en este nuevo sistema financiero en constante cambio.