El 14 de octubre de 2024, la Vicepresidenta Kamala Harris presentó nuevas propuestas económicas enfocadas en la comunidad negra, un paso significativo dentro de su agenda económica más amplia que busca dar forma a un “economía de oportunidades” centrada en la clase media. Con el telón de fondo de una creciente preocupación sobre el costo de vida y la desigualdad económica, Harris ha delineado una serie de iniciativas que abordan las difíciles realidades que enfrentan muchos estadounidenses, particularmente los hombres negros. Una de las propuestas más destacadas es la creación de un programa de préstamos perdonables de 20,000 dólares para emprendedores negros. Harris señala que esta medida no solo fomentaría la creación de empleo, sino que también contribuiría a cerrar la brecha de riqueza que existe entre la comunidad negra y otros grupos demográficos. Además, la Vicepresidenta se ha comprometido a establecer un marco regulatorio para las criptomonedas, reconociendo que más del 20% de los afroamericanos poseen activos en criptomonedas, lo que evidencia una participación creciente de la comunidad en la economía digital.
El apoyo a los pequeños negocios también forma parte central de su propuesta, con un plan que incluye un crédito fiscal de 50,000 dólares para nuevas pequeñas empresas. Harris ha fijado como meta la creación de 25 millones de nuevas solicitudes de pequeños negocios en los primeros dos años de su posible presidencia. Esta propuesta no solo busca impulsar la economía, sino también promover la diversidad y la inclusión en el sector empresarial. En cuanto a la crisis de costo de vida, la Vicepresidenta ha señalado que trabajará en los primeros 100 días de su mandato para implementar una prohibición nacional contra la especulación de precios en alimentos. Esto incluiría empoderar a la Comisión Federal de Comercio y a los fiscales para que investiguen las prácticas desleales de las grandes empresas.
Harris se ha mostrado firme en su convicción de que estas medidas son necesarias para proteger a los consumidores y asegurar que los precios de los alimentos sean justos y accesibles. La vivienda también figura en el centro de su agenda. Harris propone un paquete de 25,000 dólares en asistencia para el pago inicial de compradores de vivienda por primera vez y un ambicioso plan para crear tres millones de nuevas unidades de vivienda en los próximos cuatro años. Esta iniciativa no solo tiene el potencial de aliviar la crisis de vivienda, sino que también podría proporcionar un impulso significativo al mercado laboral en sectores relacionados con la construcción y el desarrollo. Asimismo, las medidas contra el alquiler y la inflación de los precios de vivienda son una prioridad.
La Vicepresidenta ha expresado su intención de expandir los créditos fiscales para desarrolladores que construyen unidades de alquiler asequibles y de introducir legislación que frene las prácticas depredadoras de los inversores que compran propiedades residenciales con el fin de aumentar los alquileres. La agenda económica de Harris también busca apoyar a las familias a través de créditos fiscales. Ha propuesto un crédito fiscal de 6,000 dólares para recién nacidos en su primer año de vida y la restauración del crédito fiscal por hijo pandémico de 3,600 dólares para familias de clase media y bajas. Esta propuesta fue recibida como un alivio necesario en un contexto donde el costo de la vida ha preocupado a muchas familias. En el ámbito de la salud, la Vicepresidenta se ha comprometido a poner un límite de 35 dólares al mes para el costo de la insulina y a establecer un techo de 2,000 dólares anuales en los gastos de medicamentos recetados.
Además, busca acelerar las negociaciones de Medicare sobre los precios de los medicamentos, un paso que podría mejorar significativamente el acceso a tratamientos esenciales para millones de estadounidenses. Otro aspecto importante de su agenda es la sostenibilidad financiera de las familias trabajadoras. Harris ha propuesto expandir el Crédito por Ingreso del Trabajo (EITC) para trabajadores de ingresos bajos, lo que podría resultar en un alivio fiscal de hasta 1,250 dólares. Al igual que su predecesor, el presidente Biden, ha sostenido que no subiría los impuestos a los hogares que ganan 400,000 dólares o menos anualmente, a la vez que apoya un aumento de impuestos sobre los ingresos más altos y las corporaciones. Un tema que ha generado polarización es la eliminación de impuestos sobre las propinas para trabajadores del sector de la hospitalidad.
Aunque esta idea ecoa a propuestas anteriores del expresidente Donald Trump, la campaña de Harris ha enfatizado que las propinas aún estarían sujetas a impuestos sobre la nómina, con medidas para evitar que individuos que se benefician desproporcionadamente de este cambio, como los gerentes de fondos de cobertura, se aprovechen. La Vicepresidenta también ha mencionado la necesidad de mantener la independencia de la Reserva Federal. A diferencia de las críticas que recibió de sus oponentes respecto a la influencia presidencial en las decisiones de la Fed, Harris ha afirmado enfáticamente que la entidad debe operar sin interferencias políticas. La pregunta sobre cómo pagará por su ambiciosa agenda ha sido objeto de debate. Según un análisis que estima que sus propuestas podrían aumentar el déficit federal en 3.
5 billones de dólares hasta 2035, Harris ha defendido su posición alegando que muchos miembros del Congreso comprenden la necesidad de invertir en estos programas para beneficiar a las familias trabajadoras. Su estrategia parece alinearse estrechamente con la del presidente Biden, aunque está diseñada para resaltar áreas que son importantes para ella, lo que incluye un enfoque más agresivo en la regulación de precios y una mayor inversión en la crisis de vivienda. Sin embargo, su campaña también ha sido criticada por la falta de detalles en algunas de sus propuestas, creyendo que un enfoque más vago podría ayudarla a evitar críticas y atraer el apoyo de grupos empresariales. En comparación con Donald Trump, Harris rechaza su enfoque de aumentar los aranceles sobre bienes importados y sus propuestas de recortes de impuestos, subrayando su compromiso con un enfoque más inclusivo y sostenible para resolver la crisis económica actual. Las encuestas recientes sugieren que los votantes están empezando a confiar más en ella para manejar la economía, lo que indica que su mensajes están resonando en un electorado cada vez más preocupado por las condiciones económicas.
Kamala Harris ha establecido la economía como una de las máximas prioridades de su campaña, especialmente en el contexto de la baja popularidad del presidente Biden en este ámbito. Con un enfoque claro en la clase media y en la reducción de las desigualdades económicas, su agenda económica representa no solo una respuesta a las preocupaciones actuales de la población, sino también una visión afirmativa para un futuro más justo y equitativo. A medida que se acercan las elecciones, el verdadero impacto de sus propuestas permanece por verse, pero su compromiso sincero parece resonar fuertemente entre aquellos que buscan un cambio significativo en el panorama económico de Estados Unidos.