En los últimos días, la prestigiosa ETH Zürich ha sido objeto de controversia tras la circulación de volantes abiertamente xenófobos en su campus. Los estudiantes, en su mayoría jóvenes de diversas nacionalidades, han expresado su preocupación y consternación ante el contenido de estos materiales. En respuesta a esta situación alarmante, el rector de la institución, Günther Dissertori, ha reafirmado el compromiso de la universidad con la diversidad y la inclusión, subrayando que «las personas de todos los países son bienvenidas aquí». Los volantes, cuyo contenido insidioso ataca a los extranjeros en un lenguaje soez y despectivo, comenzaron a distribuirse por toda Suiza, llegando incluso a los correspondientes buzones de los estudiantes de la ETH. Con frases provocadoras como «¡Extranjeros, fuera!» y acusaciones que tildan a los inmigrantes de ser responsables de la supuesta degradación del país, estos volantes han generado un pánico generalizado entre la comunidad estudiantil.
Los mensajes no solo atacan la integridad de los extranjeros, sino que también los equiparan a una plaga, al afirmar que han transformado a Suiza en un «pozo de suciedad». El momento en que estos volantes comenzaron a circular coincide con una campaña de votación en el cantón de Zürich, centrada en la concesión de becas para solicitantes de asilo que han sido acogidos temporalmente en el país. Esta circunstancia ha añadido un matiz político y social a la difusión de los volantes, haciendo que las tensiones existentes en el debate sobre la inmigración sean aún más palpables. La ETH, que acoge a aproximadamente 7,200 estudiantes extranjeros de diversas partes del mundo, ha sentido el impacto directo de este ataque verbal. Los líderes del sindicato estudiantil de la ETH, VSETH, han señalado que los destinatarios del volante son principalmente estudiantes que han llegado a Suiza para continuar su educación.
Julia Bogdan, presidenta del VSETH, reportó que los estudiantes han reaccionado con un profundo sentido de horror y desilusión ante el mensaje de odio este volante, que contrasta radicalmente con los valores de apertura y aceptación que la universidad promueve. La respuesta de la dirección de la ETH no se hizo esperar. En un comunicado enviado a todos los estudiantes, la máxima dirección de la institución, encabezada por el rector Dissertori, condenó enérgicamente el contenido de los volantes. El mensaje enfatiza que la diversidad es fundamental para el éxito de la institución y que nunca se renunciará a esos valores. La administración también alentó a los estudiantes a buscar apoyo en las diversas plataformas de asesoramiento disponibles en la universidad si se encuentran con situaciones de racismo o xenofobia.
Sin embargo, a pesar de esta firme postura, la ETH ha decidido no tomar medidas adicionales en respuesta a la distribución de estos volantes, argumentando que el contenido no afecta directamente al proceso educativo o laboral dentro de la universidad. Esta decisión ha suscitado críticas entre algunos estudiantes y miembros del cuerpo docente, quienes consideran que se debe hacer más para abordar el daño que tales mensajes pueden causar a la comunidad académica. Un aspecto llamativo de la situación es la falta de claridad sobre la identidad de los remitentes de los volantes. En la esquina de los mismos, aparece la frase «Resistencia Suiza 78p», un nombre que no ha sido vinculado públicamente a ningún grupo conocido. Aunque se ha mencionado que la agrupación de extrema derecha «Junge Tat» no está involucrada en esta acción, el contexto de su acción pone de relieve la creciente preocupación sobre la proliferación de ideologías xenófobas en Suiza y en Europa en general.
A pesar de que hasta ahora no se han presentado denuncias formales ante la policía de Zúrich relacionadas con estos volantes, la situación ha creado un ambiente de incertidumbre y temor entre los estudiantes extranjeros. Muchos de ellos, que han elegido Suiza como su nuevo hogar para estudiar y desarrollarse, se han sentido atacados y menospreciados por el mensaje que emana del contenido de estos volantes. Mientras tanto, la ETH continúa destacando su compromiso con fomentar un entorno seguro y inclusivo para todos sus estudiantes. La universidad ha reforzado su mensaje de apoyo a la diversidad y ha invitado a todos los miembros de la comunidad a unirse y manifestarse en contra de actitudes discriminatorias. Sin embargo, la pregunta que queda en el aire es: ¿será suficiente este rechazo verbal a la xenofobia? Es importante tomar en cuenta que la xenofobia no es un problema que se limita solo a Suiza.
A medida que Europa enfrenta una crisis migratoria y económica, el resurgimiento de movimientos nacionalistas y de derecha está llevando a un aumento de la intolerancia hacia aquellos que provienen de diferentes contextos culturales. Este fenómeno puede observarse en muchas naciones, donde los inmigrantes y refugiados son a menudo chivos expiatorios de los problemas sociales y económicos existentes. La ETH Zürich, como una de las universidades más prestigiosas del mundo, tiene la responsabilidad de posicionarse firmemente contra la intolerancia y el odio. Con una comunidad que es un microcosmos de la diversidad del mundo, la universidad no solo debe educar a los líderes del mañana, sino que también debe ser un faro de inclusión y respeto en un mundo cada vez más polarizado. Los próximos meses serán críticos para la ETH.