En el ámbito creativo, la protección de los derechos de autor es fundamental para garantizar que el trabajo de artistas, fotógrafos, escritores y otros creadores sea respetado y valorado. Sin embargo, uno de los grandes debates legales en este campo es determinar cuándo comienza a contar el plazo para que un creador pueda demandar por una infracción. Una demanda reciente presentada por el fotógrafo Michael Grecco contra la diseñadora de calzado Ruthie Davis podría redefinir este aspecto tan crucial del derecho de autor y sentar un precedente importante para creadores de todo el mundo. El caso tiene sus raíces en 2017, cuando Michael Grecco tomó una serie de fotografías a la modelo Amber Rose, quien llevaba zapatos diseñados por Ruthie Davis. Posteriormente, la diseñadora publicó algunas de estas fotografías en su sitio web y en la red social X, antes conocida como Twitter, sin obtener la autorización del fotógrafo.
Aunque la publicación se realizó en 2017, fueron hasta cuatro años después, en 2021, que Grecco decidió presentar una demanda por la presunta infracción de sus derechos de autor. Originalmente, la corte de distrito desestimó la demanda de Grecco argumentando que, por ser un demandante “sofisticado”, debería haber descubierto la infracción mucho antes y que por lo tanto el caso estaba fuera del plazo permitido para iniciar una acción legal. La corte basó su juicio en la experiencia previa de Grecco en identificar y denunciar usos no autorizados de sus obras, considerándolo por tanto responsable de iniciar el proceso de inmediato. No obstante, esta decisión fue revertida por el Tribunal de Apelaciones del Segundo Circuito, que consideró que no existía ninguna base legal para tratar de manera distinta a los demandantes más experimentados. Es decir, la sofisticación o conocimiento previo del demandante no debía influir en el inicio del plazo para presentar la demanda, protegiendo más equitativamente los derechos de los creadores.
Lo que está ahora en juego es el concepto legal conocido como la "regla del descubrimiento" frente a la "regla del daño" o "injury rule". La primera sostiene que el plazo para presentar una demanda por infracción comienza a contar desde el momento en que el creador descubre la infracción. En cambio, la segunda establece que el reloj inicia en el momento en que sucede la infracción, independientemente de cuándo se entere el creador. Ruthie Davis, a través de sus abogados, solicitó a la Corte Suprema de los Estados Unidos que analice el caso y confirme que el plazo para demandar comienza en el momento de la infracción, y no cuando el fotógrafo se percata de ella. Según su argumento, permitir la aplicación de la regla del descubrimiento sin fundamento legal sólido equivale a extender indefinidamente el plazo para demandas, generando inseguridad jurídica y potencial abuso en litigios contra quienes usan contenidos de terceros.
El debate no es menor, ya que la Ley de Derechos de Autor establece un plazo de prescripción de tres años para la presentación de demandas por infracción. Si el reloj corre desde la infracción, los creadores que no descubran tardíamente el uso no autorizado de sus obras podrían perder la oportunidad de reclamar legalmente. Por el contrario, la aplicación de la regla del descubrimiento permite proteger a creadores que no pudieron detectar la infracción en tiempo, ofreciéndoles un margen para actuar una vez que sean conscientes del daño. Este asunto no es nuevo; ya en 2024 la Corte Suprema analizó un caso relacionado, Warner-Chappell Music, Inc. contra Nealy, donde aunque no adoptó formalmente una postura definitiva, asumió la validez de la regla del descubrimiento para permitir a un creador recuperar daños por infracciones que empezaron años atrás.
Sin embargo, no resolvió si dicha regla debe aplicarse de manera general o excepcional. La importancia de que la Corte Suprema se pronuncie en este nuevo caso es vital para establecer un criterio firme que afectará a la industria creativa en su conjunto. Para fotógrafos, músicos, escritores, desarrolladores de software y otros artistas, la decisión determinará sus posibilidades y limitaciones para proteger sus derechos cuando los detecten infracciones tardíamente. Desde una perspectiva práctica, muchos creadores no se enteran de que sus obras son usadas sin permiso hasta mucho después, especialmente en la era digital donde la distribución es rápida y global. La regla del descubrimiento resguarda a estos creadores, evitando que pierdan la facultad de demandar únicamente por desconocimiento o falta de medios para monitorear constantemente el uso que se hace de sus obras.
Por otro lado, los detractores de esta regla advierten que podría usarse para presentar demandas injustificadamente pasados varios años, afectando negocios, plataformas tecnológicas y usuarios que podrían enfrentar reclamos fuera del tiempo razonable para buscar resolución o prueba del uso indebido. Por ello, la redefinición del inicio del plazo implica un equilibrio delicado entre protección al creador y seguridad para el público y empresas. Más allá del sector fotográfico, esta disputa tiene un impacto directo en cómo se administra la ley de derechos de autor en la práctica y podría influir en normativas futuras, tanto en Estados Unidos como en otros países que sigan el ejemplo legal estadounidense para actualizar sus propias legislaciones. En el contexto actual, donde la creación y distribución de contenido están en auge y la tecnología facilita la copia y difusión instantánea, la claridad para los creadores sobre cuándo y cómo pueden actuar en defensa de sus obras es esencial para fomentar la innovación y el respeto por la propiedad intelectual. Finalmente, este caso abrirá un debate más amplio sobre la responsabilidad de los creadores de monitorear activamente el uso de sus obras y las limitaciones razonables que el sistema legal debe establecer para todas las partes involucradas.
La resolución de esta denuncia probablemente será un hito en la historia del derecho de autor, con consecuencias significativas en la forma en que los creativos gestionan sus derechos y potencialmente en cómo las plataformas digitales moderan y controlan el contenido compartido. En conclusión, la demanda de Michael Grecco contra Ruthie Davis no solo pone en juego la protección particular de unas fotografías sino que cuestiona uno de los pilares del derecho de autor relacionado con la temporalidad para garantizar justicia. La decisión de la Corte Suprema podría cambiar radicalmente la manera en que los creadores protegen sus trabajos y participan en la cadena creativa global, consolidando un nuevo marco jurídico que debe equilibrar equidad, eficacia y certeza jurídica para todos.