Ghana, conocido como uno de los gigantes en la producción mundial de oro, ha tomado una decisión importante que podría cambiar drásticamente la dinámica de su mercado local de oro. Desde el 30 de abril de 2025, ningún extranjero podrá participar en la compra, venta o comercio directo del oro en el país, debido a una nueva ley que otorga autoridad exclusiva a una entidad estatal llamada Ghana Gold Board, también conocida como GoldBod. Esta normativa forma parte de una estrategia más amplia del gobierno para incrementar los ingresos nacionales, frenar la minería ilegal y reorganizar un sector que enfrenta retos ambientales, económicos y sociales significativos. Ghana ocupa un lugar preeminente en la producción global de oro, siendo el mayor productor en África y el sexto a nivel mundial. Sin embargo, pese a estas cifras impresionantes, el país ha tenido dificultades para transformar la riqueza mineral en beneficios económicos sólidos y sostenibles para su población.
La minería ilegal, comúnmente conocida como "galamsey", ha sido un problema persistente y creciente, especialmente entre los jóvenes desempleados del país. Esta actividad no regulada no solo afecta la economía formal, sino que también causa daños ambientales graves, como la contaminación de ríos y la degradación extensiva del ecosistema. Más del 60% de las fuentes de agua en Ghana han sido impactadas por estas prácticas. El nuevo marco jurídico llegó después de su aprobación en el Parlamento y la firma del presidente John Mahama, con el objetivo de que la Ghana Gold Board sea la única entidad autorizada para comprar, vender y exportar el oro producido por el sector artesanal y de pequeña escala. Este cambio pone fin a la participación directa de extranjeros en el mercado local de oro, aunque se les permite comprar oro directamente a GoldBod bajo licencia, pero sin acceso al comercio interno del sector.
Esta medida apunta a varios objetivos clave. Primero, busca aumentar los ingresos fiscales y divisas provenientes de la explotación del oro, fundamentales para un país que atraviesa dificultades económicas y una alta inflación que afecta el costo de vida de sus ciudadanos. El gobierno asignó un presupuesto significativo a GoldBod con la meta de exportar al menos tres toneladas de oro semanalmente, una iniciativa dirigida a estabilizar la moneda local y atraer flujos de divisas más controlados y previsibles. En segundo lugar, la prohibición quiere poner orden en el caos generado por la presencia de extranjeros, en particular ciudadanos chinos, en la minería informal y el comercio del oro. Estos actores han sido señalados por evadir las regulaciones locales y contribuir a la degradación ambiental.
La intervención estatal busca cerrar estos espacios y recuperar la autoridad sobre las actividades mineras y comerciales, garantizando que el beneficio económico regrese al país de forma transparente y regulada. Uno de los factores que ha alimentado la minería ilegal es el aumento de los precios internacionales del oro, impulsados recientemente por tensiones comerciales globales, especialmente entre Estados Unidos y China. Los altos precios convierten el oro en un refugio seguro para la inversión y una fuente atractiva de ingresos para quienes no encuentran oportunidades laborales formales. El gobierno de Ghana esperanzadamente busca canalizar esta demanda hacia sectores legales y regulados, mejorando así la recaudación fiscal y reduciendo los impactos sociales y ambientales. No obstante, la nueva normativa también ha provocado preocupaciones entre actores locales del sector.
La Cámara de Comerciantes de Lingotes de Ghana ha expresado inquietudes sobre si el gobierno podrá financiar la compra total del oro disponible y cómo será gestionada la transición para los comerciantes actuales. Aunque apoyan la lucha contra la ilegalidad, prefieren modelos que permitan la colaboración con inversionistas extranjeros bajo supervisión estatal, en lugar de una exclusividad total por parte de una entidad estatal. La eliminación de la participación extranjera en el comercio local del oro también tiene implicaciones geopolíticas y económicas más amplias. Ghana busca enviar un mensaje claro a los actores internacionales que durante años han operado al margen de la ley y las regulaciones ambientales nacionales. La medida es un paso contundente para reclamar soberanía sobre sus recursos naturales y proteger su riqueza para las generaciones futuras.
Adicionalmente, la gestión exclusiva por parte de GoldBod se espera que facilite un mejor control y trazabilidad de la producción aurífera nacional. Al centralizar la compra y venta, se pueden implementar criterios más rigurosos para certificar la legalidad y sostenibilidad de cada transacción. Esto puede atraer a mercados internacionales interesados en el oro responsable, involucrándose en cadenas de suministro éticas y responsables con el medio ambiente. El impacto ambiental es un tema central para Ghana, donde la minería ilegal ha causado daños irreparables en ecosistemas sensibles. Las actividades de galamsey destruyen la tierra, contaminan cuerpos de agua con mercurio y otros químicos tóxicos, y afectan la salud de las comunidades locales.
La prohibición para extranjeros, junto con la concentración del comercio en una entidad estatal, podría ser el primer paso para implementar controles ambientales más efectivos y para promover la minería sostenible. En un contexto donde Ghana es también un actor destacado en la producción mundial de cacao, otro producto crucial para su economía, las autoridades buscan fortalecer sus sectores primarios y aumentar el valor agregado generado dentro del país. A pesar de su relevancia, los ingresos que Ghana recibe por estos recursos no siempre reflejan su potencial real, debido a estructuras comerciales complejas y las actividades informales que escapan a la regulación. Por lo tanto, este cambio en la política de comercio de oro forma parte de una visión más amplia para modernizar y formalizar sectores económicos estratégicos claves. El nuevo gobierno vincula esta modificación con compromisos electorales relacionados con la lucha contra el galamsey y la promesa de un manejo transparente, responsable y rentable de los recursos naturales que beneficie a toda la población.
Desde el punto de vista económico, la medida también puede ayudar a estabilizar la moneda local, el cedi ghanés, que ha enfrentado presiones por la volatilidad en los precios de commodities y por desequilibrios en la balanza de pagos. Una mejor captación y gestión de divisas provenientes del oro pueden crear un colchón financiero capaz de contener fluctuaciones macroeconómicas y mantener la estabilidad económica general. Este proceso de transformación no estará exento de retos, ya que será necesario asegurar la eficiencia y transparencia del Ghana Gold Board para generar confianza tanto entre productores locales como en los mercados internacionales. El éxito dependerá de una implementación firme, el respeto a las normativas ambientales y la inclusión social de las comunidades mineras. La prohibición de la participación extranjera en el mercado local de oro es, sin duda, una iniciativa ambiciosa que busca equilibrar intereses económicos, ambientales y sociales en Ghana.