El explorador australiano Eric Philips se prepara para una aventura sin precedentes en el ámbito de la exploración espacial como parte de la misión Fram2, un vuelo espacial que partirá en diciembre a bordo de un cohete Falcon 9 de SpaceX. Esta misión histórica marcará un hito, ya que será el primer vuelo humano en orbitar las regiones polares de la Tierra. Philips, conocido por sus expediciones a lugares remotos y desafiantes, se une a un selecto grupo de astronautas, convirtiéndose en el cuarto australiano en viajar al espacio y el primero en hacerlo con SpaceX. Desde su infancia, Eric Philips ha estado fascinado por el espacio y la exploración. Recuerda vívidamente el día en que vio la llegada del hombre a la Luna en 1969, un momento que dejó una profunda impresión en él.
"Estaba en el gimnasio de mi escuela primaria, rodeado de compañeros, todos mirando una pequeña pantalla que mostraba a los astronautas del Apolo aterrizando en la Luna. Desde entonces, supe que quería explorar más allá de nuestro planeta", comentó Philips. Más de cinco décadas después, su sueño de la infancia está a punto de hacerse realidad. La misión Fram2 lleva el nombre de una famosa embarcación polar que realizó expediciones notables a través de los océanos Ártico y Antártico a finales del siglo XIX y principios del XX. La elección de este nombre no es casualidad; la misión busca celebrar el espíritu de exploración y descubrimiento que ha caracterizado a la humanidad a lo largo de la historia.
Durante su vuelo, Philips y su equipo orbitarán la Tierra, cruzando las regiones polares y realizando observaciones científicas. El financiamiento de la misión proviene de Chun Wang, un empresario de criptomonedas, quien será el comandante de la misión. La historia de cómo Philips se unió a esta misión es igualmente fascinante. Durante una expedición de esquí en el Ártico, Philips se encontró con Wang, quien compartió su interés por los viajes espaciales. "Hablamos de lo que sería viajar a la Luna y Marte, y de repente me di cuenta de que estaba cantando 'Fly Me to the Moon'.
Creo que esa conversación captó su atención", recordó Philips. Un año después, Wang lo contactó para ofrecerle la oportunidad de unirse a la misión. Esta aventura no será solo un viaje turístico a la estratosfera. En el transcurso de tres a cinco días, la tripulación llevará a cabo importantes experimentos científicos. Uno de los aspectos más destacados será la captura de imágenes de emisiones de luz inusuales que se asemejan a auroras.
Estos fenómenos, que se han observado en altitudes de hasta 500 kilómetros sobre la atmósfera terrestre, ofrecen una oportunidad única para estudiar la ionosfera y sus efectos sobre el clima espacial. "Para mí, ver la Antártida desde 450 kilómetros de altura será asombroso", afirmó Philips. "Tendremos la posibilidad de abrir la tapa del habitáculo de la cápsula Dragon y observar la Tierra a través de una cúpula de cristal diseñada para ver el cosmos". Además, la misión buscará capturar las primeras imágenes de rayos X de un ser humano en el espacio, lo que permitirá investigar los efectos del vuelo espacial en el cuerpo humano. Son experimentos que no solo ayudarán en la ciencia, sino que también proporcionarán información valiosa para futuras misiones de larga duración.
"Estamos trabajando en proyectos que son realmente innovadores, y no puedo esperar a poder compartir más detalles en los próximos meses", mencionó Philips. El entrenamiento para esta misión ha sido intensivo. Aunque la cápsula Dragon es un vehículo autónomo, los astronautas deben estar preparados para cualquier eventualidad. Philips y sus compañeros han tenido que someterse a rigurosas pruebas médicas y entrenamientos de centrifugación. "La preocupación por el mareo fue real, ya que a menudo me siento mal en barcos.
Sin embargo, descubrí que no existe correlación entre el mareo y el mareo espacial, y gracias a eso, el entrenamiento salió bien", compartió. La preparación también incluyó ejercicios en simuladores de cápsulas para enfrentar emergencias potenciales. A medida que se acerca la fecha de lanzamiento, el entusiasmo de Philips crece. La misión no solo representa un hito personal sino también un logro para Australia y el avance en la exploración espacial comercial. Un aspecto que hace que la misión Fram2 sea aún más especial es su enfoque en la divulgación científica y la inspiración.
El objetivo de Wang con esta misión va más allá de simplemente realizar experimentos; busca motivar a la sociedad a explorar y descubrir el mundo que nos rodea. "Queremos que esta misión despierte un sentido de maravilla y curiosidad en el público", dijo Philips. Este objetivo se alinea con la creciente tendencia de utilizar la tecnología y el espíritu de aventura para fomentar la educación y la exploración. El entusiasmo por el viaje ha captado la atención de medios de comunicación y del público en general. La idea de que un explorador polar se convierta en astronauta ha despertado la imaginación de muchos, y el relato de Philips es un recordatorio de que los sueños a menudo pueden convertirse en realidad si se persigue con pasión y dedicación.
La misión Fram2 representa un capítulo emocionante en el naciente turismo espacial y el interés por los vuelos espaciales suborbitales. A medida que más empresas emergen en este campo, el futuro de la exploración espacial parece más accesible para todos. Eric Philips es un testimonio de que la curiosidad y el deseo de explorar no tienen límites, y su viaje inspirará a las futuras generaciones de exploradores. Ante la proximidad de la fecha de lanzamiento, Philips se siente emocionado y un poco nervioso. "Nada se puede controlar al 100% y siempre hay que estar preparados para cualquier situación que pueda surgir.
Sin embargo, todo se ha ido desarrollando perfectamente y el equipo está bien preparado", afirmó. Este espíritu de resiliencia y aventura es lo que ha impulsado a Philips a lo largo de su carrera, y ahora, en sus 62 años, se encuentra en un umbral que nadie podría haber previsto. La misión Fram2 seguramente dejará una huella en la historia de la exploración espacial y abrirá nuevas fronteras en la comprensión de cómo los humanos pueden sobrevivir y trabajar en ambientes extremos. La trayectoria de Eric Philips proseguirá más allá de las alturas terrenales, llevando consigo no solo su espíritu aventurero, sino también el legado de aquellos que han soñado con mirar hacia las estrellas.