En los últimos meses, los fanáticos del UFC han manifestado una gran frustración debido a la aparente falta de anuncios importantes y peleas de alto perfil para los próximos eventos de pago por evento. Dos combates en particular han acaparado la atención de la comunidad: el esperado enfrentamiento entre el actual campeón de peso pesado Jon Jones y el retador Tom Aspinall, y la posible defensa del título ligero de Islam Makhachev contra Ilia Topuria. Ambas luchas tienen un peso significativo para el panorama actual del UFC y muchos esperaban que el presidente de la organización, Dana White, se apresurara a darle luz verde a estos encuentros. Sin embargo, las cosas han tomado un giro inesperado y bastante peculiar que ha generado un alboroto entre los seguidores y expertos del deporte. En lugar de centrarse en las negociaciones para estas peleas, Dana White ha sorprendido a sus seguidores con una atención poco convencional hacia su toro llamado “Playmate”, que recientemente promocionó en sus redes sociales.
Según White, este toro es particularmente atractivo, algo que ha generado un sinnúmero de reacciones en las plataformas digitales. En Instagram, compartió un video y una foto del animal mientras promocionaba su próxima aparición en un evento de rodeo profesional, lo que rápidamente fue respondido con críticas y burlas por parte de los fanáticos que exigían noticias sobre los combates pendientes. Este inesperado enfoque en un toro, anecdóticamente apodado el “Toro Guapo”, ha provocado un malestar notable dentro de la comunidad de MMA, que interpreta esta actitud como un desplante hacia su demanda por grandes peleas y contenidos relevantes que mantengan viva la emoción alrededor de UFC. En una respuesta sarcástica a un comentario que decía “¿A quién le importa tu vaca? Anuncia la pelea”, Dana White replicó con humor: “¡Jamás la anunciaré! ¿Qué tan guapo es este toro? ¡DILO!”. Este intercambio fue capturado en una captura de pantalla y ampliamente compartido en Reddit, donde miles de fanáticos y miembros de la comunidad del MMA debatieron y bromeaban sobre la situación.
Algunos defendieron a White, señalando que un hombre merece disfrutar sus intereses personales sin ser atacado, mientras que otros bromeaban insinuando que Jon Jones era realmente el “toro guapo” al que Dana White hacía referencia, lo que avivó aún más la controversia con interpretaciones y memes. Más allá de la atmósfera festiva y bizarra, subyace una problemática real para la que muchos espectadores buscan respuestas claras: ¿por qué Dana White mantiene silencio respecto a las peleas de gran interés? La espera parece cada vez más frustrante porque estas batallas no solo involucran el prestigio de los participantes, sino también el rumbo futuro de dos importantes divisiones. El combate de peso pesado ha estado en un limbo, con un campeón, Jones, que ha defendido su título solamente una vez en 786 días. Por su parte, la pelea de peso ligero podría representar un test crucial para Topuria e igualmente una oportunidad para Makhachev de consolidarse o incluso incursionar en nuevas categorías de peso. Detrás de la demora no solo hay cuestiones de entretenimiento; la organización está en un momento crítico de negociaciones con las emisoras que transmitirán futuros eventos.
Su contrato con ESPN, vigente desde 2018 tras una alianza multimillonaria que incluyó transmisión en pago por evento, está próximo a concluir. Dana White confirmó que el UFC está explorando otras opciones para su difusión a partir de 2026, lo que añade una capa estratégica sobre cuándo y cómo anunciar grandes peleas. El cierre del periodo exclusivo de negociaciones con ESPN el 15 de abril de 2025 liberó al UFC para negociar con nuevas cadenas o servicios, e incluso considerar un formato similar a ligas deportivas como la NBA o la NFL, donde los derechos están distribuidos entre múltiples canales. White dejó entrever que el objetivo es asegurar un acuerdo significativo, apuntando a cifras cercanas a los mil millones de dólares anuales, sin descartar la posibilidad de un cambio revolucionario en la forma en que se distribuyen los eventos de UFC. Sin embargo, este juego de tiempos para las negociaciones ha generado rumores en la comunidad de que la estrategia de retrasar el anuncio de peleas importantes como Jones vs.
Aspinall o Islam vs. Topuria podría estar relacionada con buscar mayores costos de transmisión. Esta percepción ha causado descontento entre fanáticos y medios, que ven el prolongado silencio como una falta de respeto al fanbase y a la esencia competitiva que debe caracterizar al UFC. Paralelamente, Dana White ha mencionado que el número de eventos en 2024, que asciende a 42, podría variar dependiendo de las exigencias de la nueva red asociada al UFC. Esto plantea interrogantes acerca de cómo se estructurarán los calendarios y qué impacto tendrá dicho cambio en la calidad y la frecuencia de las peleas top.
Por otra parte, la buena relación construida con ESPN a lo largo de los años también ha sido reconocida públicamente por Dana White, quien admitió que hubo un comienzo complicado pero que, con el tiempo, se consolidó un puente fuerte para la transmisión. Esta réplica a la transición genera la expectativa de que incluso dentro del posible cambio, los eventos mantendrán altos estándares y un alcance global que no se quiere comprometer. Esta tempestad entre lo personal y lo profesional que hemos visto con Dana White y su “Toro Guapo” pone de manifiesto un verdadero choque entre las prioridades de liderazgo y las pasiones de los fanáticos. Mientras White disfrutaba la promoción de su mascota taurina, millones esperan una señal clara sobre las peleas que definirán campeones y el destino de dos categorías en el UFC. Más allá del humor y la controversia por el toro, la situación refleja un fenómeno común en el mundo de los deportes profesionales donde la administración comercial y la demanda pública por espectáculo deben equilibrarse cuidadosamente.
Dana White, como principal figura y gestor del UFC, se ha encontrado en el centro de una tormenta donde sus decisiones y su comunicación afectan directamente la percepción pública y la confianza en el crecimiento del deporte. El futuro inmediato promete ser decisivo. El anuncio de las peleas de Jon Jones y Tom Aspinall, así como el combate entre Islam Makhachev e Ilia Topuria, no solo calmará a los fanáticos, sino que podrá marcar un nuevo capítulo en la consolidación del UFC como una plataforma global de alto nivel. Al mismo tiempo, la definición del nuevo acuerdo televisivo puede transformar la forma en que millones acceden a las peleas y vivirán la emoción de cada evento. Mientras tanto, la imagen del “Toro Guapo” seguirá siendo una curiosa y algo desconcertante anécdota dentro de una saga que mezcla la pasión deportiva, los negocios multimillonarios y la personalidad única de Dana White.
Para los fanáticos, la esperanza sigue siendo que pronto la atención vuelva a centrarse en lo que realmente importa dentro del octágono, donde los campeones deben ganarse su lugar y los espectadores vibrar al ritmo de combates épicos sin distracciones.