La regulación de las stablecoins en Estados Unidos, vista inicialmente como un logro casi garantizado para el mercado cripto y los actores financieros, atraviesa hoy un momento de máxima incertidumbre. La legislación que parecía un paso firme para definir con claridad las reglas del juego para estas monedas digitales estables ha visto su camino bloqueado por disputas políticas y preocupaciones que ahora amenazan su aprobación en el Congreso. Matt Hougan, director de inversiones de Bitwise, uno de los gestores más influyentes en el espacio de activos digitales, ha cambiado su perspectiva acerca de la viabilidad de esta regulación, alertando que no solo está en riesgo la aprobación de la ley específica sobre stablecoins, sino también la regulación más amplia del mercado cripto en Estados Unidos. En este contexto, el Senado estadounidense está intentando aprobar el denominado GENIUS Act, un proyecto de ley que busca establecer un marco regulatorio claro para las stablecoins, definiendo sus requisitos de respaldo, auditoría y supervisión. Inicialmente, la mayoría republicana parecía segura de poder avanzar con esta legislación, considerándola un acuerdo bipartidista accesible.
Sin embargo, la oposición de varios senadores demócratas ha complicado el escenario, llevando el proyecto a una situación crítica: un voto clave para limitar el debate, conocido como votación de cloture, representa el primer obstáculo para evitar el uso de tácticas de dilación como el filibusterismo. Las preocupaciones demócratas se han intensificado debido a una serie de factores relacionados con la transparencia, la seguridad y los posibles conflictos de interés político. En particular, el vínculo cada vez más evidente entre exfuncionarios y políticos, incluido el expresidente Donald Trump, con proyectos de stablecoins ha encendido alarmas dentro del partido opositor. El anuncio de una inversión multimillonaria de un fondo respaldado por Abu Dhabi, asociado a un nuevo stablecoin del que se ha informado que tiene vínculos con World Liberty Financial (WLFI), empresa que cuenta con respaldo político de Trump, ha generado un rechazo político que pone en jaque todo el proceso legislativo. Además, los senadores demócratas han planteado demandas para incluir disposiciones más robustas en materia de prevención de lavado de dinero, regulación de emisores extranjeros, seguridad nacional y mecanismos claros de responsabilidad para quienes no cumplan con la ley.
Estos aspectos, aunque fundamentales para una regulación efectiva, requieren modificaciones significativas al texto original del GENIUS Act, lo que podría retrasar aún más su discusión y aprobación. La relevancia de una regulación conjunta que incluya las stablecoins y la estructura general del mercado cripto se refleja en las declaraciones de Hougan, quien subraya que no basta con una ley parcial o inconsistente. La legislación sobre stablecoins debe aprobarse junto con un marco regulatorio que defina cómo se manejarán los activos digitales en general, incluyendo aspectos como la categorización de ciertos tokens, la supervisión de las plataformas y la protección al consumidor. Sin un consenso rápido, el cronograma exigido para antes del receso de verano en agosto parece cada vez más difícil de cumplir. Dentro del Congreso, existen además dos proyectos paralelos: el GENIUS Act en el Senado y el STABLE Act en la Cámara de Representantes.
Aunque ambos comparten una estructura y objetivos similares, con un enfoque en las stablecoins de pago, también existen diferencias notables, especialmente en el tratamiento de las stablecoins que generan rendimiento, conocidas como yield-bearing stablecoins. Por ejemplo, el STABLE Act incluye una moratoria de dos años para nuevas stablecoins algorítmicas y prohíbe explícitamente las stablecoins que paguen intereses, mientras que el GENIUS Act no aborda directamente este tema, dejando una posible apertura para que tales monedas sean consideradas valores. Esta disparidad añade complejidad al proceso legislativo, dado que ambas cámaras deberán reconciliar sus textos y llegar a un acuerdo unificado antes de que pueda promulgarse la regulación definitiva. En un entorno político cada vez más polarizado, encontrar puntos de encuentro se torna una tarea difícil, especialmente cuando los temas de seguridad nacional, influencia extranjera y el papel de actores políticos en el ecosistema cripto están puestos sobre la mesa. El retraso o posible rechazo de la legislación sobre stablecoins podría tener repercusiones significativas en el mercado financiero digital.
Las stablecoins tienen un rol clave como instrumentos de liquidez y estabilidad dentro del sector cripto, facilitando transacciones, pagos y la interoperabilidad con sistemas fiscales tradicionales. La regulación brinda además confianza a los inversores institucionales y corporaciones, quienes ven en estas monedas digitales un vehículo seguro para mover capital sin la volatilidad característica de las criptomonedas tradicionales. Si la regulación no avanza, se corre el riesgo de que el mercado permanezca fragmentado y poco seguro, lo que podría disuadir la participación de grandes instituciones financieras y limitar el desarrollo tecnológico y de innovación en el sector. También existe la preocupación de que, sin reglas claras y supervisión, algunos actores puedan aprovechar lagunas regulatorias para prácticas ilícitas o riesgos sistémicos que afecten la estabilidad del sistema financiero. Más allá del mercado, el retraso en la legislación también refleja una dinámica política que trasciende el sector cripto.
La inversión de fondos y el involucramiento de figuras políticas en proyectos vinculados a stablecoins han generado suspicacias y debates sobre la ética y transparencia en el manejo de estas nuevas tecnologías financieras a nivel institucional. Por su parte, líderes republicanos han expresado su disposición a negociar y modificar el proyecto GENIUS Act para conseguir un apoyo mayoritario en el Senado. Sin embargo, también han advertido que la falta de acuerdos podría hacer que la legislación sobre activos digitales sea vista como un tema exclusivamente de un partido, lo que complicaría aún más su futuro. El interés de la industria en la aprobación de la legislación es alto, considerando las donaciones sustanciales que compañías cripto han realizado a campañas políticas y fondos electorales en años recientes. Empresas como Ripple Labs, Coinbase o Crypto.
com han invertido en influencia política buscando un entorno regulatorio favorable que permita el desarrollo seguro de su negocio y del ecosistema en general. De cara a los próximos meses, el resultado de esta disputa legislativa marcará un punto de inflexión para el posicionamiento de Estados Unidos en el ámbito global de los activos digitales. Con otras naciones avanzando rápidamente en la regulación y adopción de monedas digitales respaldadas por activos, la demora o fracaso en consensuar una ley sólida podría disminuir la influencia y liderazgo estadounidense en este sector estratégico. Los expertos, incluyendo a Matt Hougan, estiman que si la legislación sobre stablecoins y la ley de estructura del mercado se aprueba en conjunto, esto podría desencadenar una oleada de adopción institucional que impulse a las finanzas tradicionales a integrarse con la criptoeconomía, generando oportunidades económicas y financieras en múltiples sectores. Aunque la situación actual genera incertidumbre, la posibilidad de un acuerdo bipartidista todavía persiste.