En la vasta y colorida historia del cine indio, algunas producciones y canciones sobresalen no solo por su calidad artística, sino también por la magnitud de su presupuesto y el impacto cultural que generan. Uno de los ejemplos más emblemáticos es el icónico filme Mughal-e-Azam, una obra maestra del cine Bollywood que no solo destacó por su narrativa y dirección, sino también por su opulencia en producción. Entre sus secuencias memorables, la canción “Pyar Kiya To Darna Kya” se ha convertido en un símbolo eterno de amor y desafío, además de ser la más costosa en la historia de la India en la época, filmada hace 64 años, pero que aún hoy sigue conquistando los corazones de millones de espectadores. Mughal-e-Azam, estrenada en la década de 1960, es reconocida por su grandiosidad, por su relato épico situado en la era del emperador Akbar y el amor prohibido entre su hijo Salim y la bailarina Anarkali. El filme no solo destaca por su calidad técnica y artística sino también por la ambición y el cuidado extremo puesto en cada detalle, lo que lo convirtió en uno de los productos más caros y lujosos para su época.
La canción “Pyar Kiya To Darna Kya” es una pieza central del filme y se filmó en un set único llamado Sheesh Mahal, o Palacio de los Espejos. La construcción de este set fue un evento en sí mismo: medía 150 pies de largo, 80 pies de ancho y se elevaba a 35 pies de altura. Esta estructura monumental tardó dos años completos en construirse y costó aproximadamente 15 lakh de rupias en ese momento, lo que hoy equivaldría a alrededor de 55 crore de rupias, reflejando una inversión extraordinaria en una sola canción. Este hecho en sí mismo fue revolucionario, ya que el costo total de muchas películas durante esos años no alcanzaba dicha magnitud. Uno de los mayores desafíos a los que se enfrentó el equipo de producción durante la filmación fue precisamente la naturaleza del set Sheesh Mahal, repleto de espejos que reflejaban las luces de la cámara, lo que hacía casi imposible obtener las tomas perfectas.
Se recurrió incluso a expertos de Hollywood para resolver este inconveniente sin éxito, lo que llevó a la desesperación y la contemplación de destruir el set. Finalmente, fue R.D. Mathur, un operador de cámara indio, quien descubrió un ángulo perfecto sin reflejos que salvó la filmación y permitió capturar la secuencia con la exactitud visual que requería. El proceso creativo detrás de la canción también fue minucioso y exigente.
Las letras de “Pyar Kiya To Darna Kya” fueron revisadas y cambiadas nada menos que 105 veces antes de que el legendario director musical Naushad diera su aprobación final. Este nivel de perfección refleja la dedicación al detalle y la importancia que los creadores le daban a cada aspecto de la canción. Un dato curioso y fascinante asociado a esta pieza musical tiene que ver con la manera en que se logró el efecto de eco que se escucha en la voz de la cantante Lata Mangeshkar. En una época en la que la tecnología digital y los efectos de sonido sofisticados no estaban disponibles, Naushad decidió que la interpretación vocal debía realizarse dentro de un baño para aprovechar la reverberación natural del espacio, consiguiendo así un efecto de eco auténtico y mágico. El impacto cultural de “Pyar Kiya To Darna Kya” ha trascendido generaciones.
Esta canción no es solo un sello del cine clásico indio, sino que ha dejado una huella indeleble en la industria del entretenimiento y en la memoria colectiva. Su melodía, combinada con la interpretación apasionada y la grandilocuencia visual del Sheesh Mahal, continúa inspirando a artistas, cinéfilos y amantes de la música. La canción captura perfectamente el espíritu de amor valiente, destacando la narrativa del filme que gira en torno al coraje frente a la adversidad y a la lucha por la libertad amorosa. La película Mughal-e-Azam además destaca por su grandeza en producción, utilizando más de 2000 camellos, 4000 caballos, joyería fina proveniente de Hyderabad y elaborados trajes de Delhi, todo lo cual enriqueció aún más la ambientación histórica. El costo total del filme fue de aproximadamente 1.
5 crore de rupias en esa época, una suma récord que reflejaba la ambición sin precedentes de la película. En comparación, la sola canción “Pyar Kiya To Darna Kya” representó un gasto que sobrepasaba el presupuesto habitual de las películas tradicionales de la década. Mughal-e-Azam y su emblemática canción han sido homenajeados constantemente en diversas formas dentro y fuera de la India. Adaptaciones teatrales, remakes y referencias culturales han reforzado la vigencia del filme y de la canción, asegurando que las nuevas generaciones puedan conectarse con esta icónica expresión musical y cinematográfica. Por supuesto, la película también destaca por las actuaciones memorables de Dilip Kumar, Madhubala y Prithviraj Kapoor, cuya química y entrega añadieron profundidad a una leyenda romántica histórica.
Además del valor artístico y cultural, el éxito y legado de “Pyar Kiya To Darna Kya” demuestran la visión visionaria de sus creadores y el elevado nivel de artesanía involucrado en las producciones clásicas del cine indio. La valentía en arriesgar un recurso económico tan grande en un solo número musical muestra cómo el cine puede elevarse a la categoría de arte cuando cada elemento es tratado con pasión y esmero. Hoy, más de seis décadas después, la canción de Mughal-e-Azam no solo sigue siendo escuchada con adoración, sino que se mantiene como una fuente de inspiración para creadores, músicos y cinéfilos. Gracias a la tecnología moderna, el filme ha sido restaurado en varias ocasiones para preservar su esplendor visual y sonoro, lo que resalta su valor histórico y artístico en la historia del cine mundial. En resumen, la historia de la canción más costosa de la India es mucho más que una anécdota de cifras kilométricas.
Representa un capítulo fundamental en la evolución del cine bollywoodense, un símbolo de la dedicación incansable y el talento indomable de una época. “Pyar Kiya To Darna Kya” es un testimonio de cómo una obra puede combinar artesanía, innovación y emoción para crear una experiencia cinematográfica inmortal que trasciende el tiempo y las generaciones, conquistando para siempre los corazones del público.