En un mundo donde la computación en la nube ha dominado como el paradigma preferido para numerosas empresas, la decisión de 37signals de revertir esta tendencia y regresar a una infraestructura on-prem es un movimiento inusual que ha generado gran interés y análisis en la industria tecnológica. La compañía, conocida por sus productos Basecamp y HEY, ha concluido un proceso ambicioso para migrar todas sus operaciones fuera de Amazon Web Services (AWS) hacia servidores propios, logrando un ahorro anual significativo y demostrando que la computación en la nube no siempre es la mejor solución para todos los negocios. El origen de esta transición se remonta a 2022 cuando David Heinemeier Hansson, CTO de 37signals y creador del framework Ruby on Rails, decidió reevaluar los costos operativos asociados al uso de AWS. La factura anual superaba los 3.2 millones de dólares (equivalentes a 2.
4 millones de libras), un gasto elevado para la empresa, que motivó a su equipo a explorar alternativas más económicas sin sacrificar el rendimiento o la confiabilidad de sus servicios. La comparación entre correr cargas de trabajo en la nube pública frente a la inversión y operación de servidores físicos propios inició un proceso profundo de análisis. Finalmente, Hansson y su equipo optaron por adquirir potentes servidores Dell que permitieron internalizar sus necesidades de cómputo. La inversión inicial alcanzó los 700,000 dólares, pero la reducción en las facturas de AWS fue notable, con un ahorro anual de cerca de 2 millones de dólares. Este éxito en la «repatriación» de cómputo incentivó a 37signals a continuar con la siguiente fase: la migración de datos.
Decidieron mover sus 18 petabytes de almacenamiento, originalmente alojados en Amazon Simple Storage Service (S3), hacia sistemas on-premises provistos por Pure Storage. La inversión en esta infraestructura de almacenamiento fue de aproximadamente 1.5 millones de dólares, con un costo operativo anual estimado por debajo de 200,000 dólares. De esta manera, se prevé un ahorro de 1.3 millones de dólares cada año una vez que se amortice la inversión inicial, estabilizando el gasto total en infraestructura por debajo del millón de dólares anualmente.
Un aspecto relevante de este proyecto fue la negociación con AWS para la exoneración de las tarifas de egreso de datos, un cargo significativo cuando se transfieren grandes volúmenes de información fuera de la plataforma. Después de un proceso de aprobación, se logró una reducción de 250,000 dólares en estos costos asociados a la transferencia. Este apoyo inesperado por parte de AWS facilitó la culminación exitosa de la migración y posibilitó que 37signals elimine completamente su cuenta de AWS para mediados del año. La estrategia de 37signals desafía el discurso predominante de que la nube pública es la única vía viable para la gestión de infraestructuras tecnológicas modernas. David Heinemeier Hansson fue contundente al declarar que la industria tecnológica ha impulsado una narrativa para hacer creer que operar hardware propio o servidores Linux es complicado o inviable para las empresas actuales, cuando en realidad muchas compañías pueden beneficiarse de modelos híbridos o completamente on-premises según sus necesidades específicas.
Los ahorros económicos son el componente más visible, pero existen otros beneficios que complementan esta decisión. La capacidad para tener un control total sobre el hardware, la privacidad y seguridad de los datos, y la estabilidad sin depender de tarifas fluctantes o políticas externas contribuyen a una gestión más previsiblemente sustentable. Además, al no requerir la ampliación inmediata de personal para la operación de los servidores, el proyecto resultó en un impacto operativo eficiente. El caso de 37signals puntualiza un fenómeno conocido como cloud repatriation, donde empresas regresan a infraestructura propia tras evaluar que ciertos modelos cloud no se ajustan a sus perfiles de uso o resultan demasiado costosos. Este movimiento está ganando tracción para cargas de trabajo específicas, especialmente aquellas que implican grandes volúmenes de almacenamiento o computación constante y predecible.
Si bien la nube pública continuará siendo una opción válida y a menudo preferida para escenarios que demandan agilidad, escalabilidad dinámica y servicios administrados, no es un modelo universal que funcione perfectamente para todas las compañías. La experiencia de 37signals invita a repensar el equilibrio entre nube y on-premises, evaluando cuidadosamente aspectos económicos, técnicos y estratégicos antes de comprometerse a un proveedor concreto o metodología. En el contexto europeo y global, donde existen crecientes preocupaciones de soberanía tecnológica, privacidad de datos y autonomía frente a gigantes tecnológicos estadounidense, iniciativas como la de 37signals alinean intereses de control, optimización de costos y cumplimiento normativo. Movimientos paralelos en diversas regiones y sectores sugieren que la conversación sobre dónde y cómo almacenar y procesar la información crítica evoluciona hacia modelos más diversos y contextualizados. El futuro inmediato podría ver la consolidación de arquitecturas híbridas donde la nube y las instalaciones on-premises coexistan complementándose mutuamente, con decisiones tomadas en función del tipo de datos, requerimientos legales y perfil económico.