El Primer Ministro del Reino Unido, Keir Starmer, ha tomado un enfoque decidido al abordar los numerosos desafíos económicos que enfrenta su gobierno desde que asumió el cargo en julio de 2024. Con la presentación de su primer presupuesto programada para el 30 de octubre, Starmer ha dejado claro que su objetivo principal es fomentar el crecimiento económico y garantizar la estabilidad fiscal, a pesar de las dificultades que le ha dejado la administración conservadora anterior. Durante una reciente conferencia de prensa en Roma, donde se reunió con la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, Starmer subrayó su compromiso de no permitir que su primer presupuesto socave los objetivos de crecimiento económico de su gobierno. La situación económica es complicada; enfrenta un "vacío" fiscal estimado en 22 mil millones de libras esterlinas, lo que equivale a aproximadamente 29 mil millones de dólares. Este déficit es resultado de la falta de atención a la sostenibilidad fiscal por parte de las administraciones anteriores, un problema que Starmer y su nuevo ministro de Finanzas, Rachel Reeves, están decididos a abordar.
Starmer enfatizó que cualquier medida en el presupuesto debe ser evaluada a través del prisma del crecimiento. "Si promueve el crecimiento económico, estará en la columna del 'sí'; si inhibe el crecimiento económico, entonces estará en la columna del 'no'", expresó con firmeza. Este enfoque claro y directo resuena no solo con los miembros de su partido, el Partido Laborista, sino también con los inversores y la población en general, que buscan claridad en un panorama económico incierto. Una de las principales preocupaciones de Starmer es la estabilidad económica. Inversores y analistas han advertido que un entorno económico estable es una condición sin la cual es prácticamente imposible lograr el crecimiento económico deseado.
De hecho, el Primer Ministro mencionó que la estabilización de la economía es vital: "No creo que tengamos crecimiento económico si no estabilizamos la economía. Vamos a hacer ahora lo realmente difícil", afirmó, subrayando la necesidad de tomar decisiones difíciles y responsables. El Partido Laborista ha establecido reglas fiscales claras para guiar su enfoque: los costos diarios deben ser cubiertos por los ingresos, y la deuda debe estar en disminución como parte de la economía en un plazo de cinco años bajo las proyecciones del presupuesto. Starmer también hizo hincapié en que es fundamental mantener una regla fiscal sólida, a pesar de las preocupaciones de algunos economistas sobre la subinversión en la economía británica. Él argumentó que es un balance delicado entre permitir la inversión a través de endeudamiento y evitar la repetición de errores del pasado que llevaron a la crisis económica que forzó la salida del ex Primer Ministro conservador, Liz Truss, en 2022.
Entre los errores del pasado, Starmer destacó los compromisos de gasto no financiados que marcaron la administración de Truss. El Primer Ministro advirtió que "los compromisos no financiados para el gasto son tan perjudiciales como los recortes fiscales no financiados y probablemente tendrán el mismo impacto en la economía". Este mensaje es relevante en un contexto en el que los votantes son cada vez más escépticos respecto a las promesas políticas, ansiosos por ver acciones concretas que conduzcan a una mejora tangible en sus vidas. Starmer también está lidiando con expectativas tanto internas como externas. Al ser un líder laborista, se enfrenta a la presión de cumplir con los principios del partido en cuanto a justicia social y equidad económica.
Sin embargo, también tiene que mostrar a los mercados e inversores que su gobierno puede ser responsable fiscalmente, algo que muchos ven como un reto monumental. Hay una sensación palpable de que el éxito de este presupuesto podría definir la dirección futura de su liderazgo y del Partido Laborista en su conjunto. La historia reciente ha enseñado que las promesas vacías pueden provocar una pérdida de confianza significativa en los gobiernos, llevándolos a enfrentar dificultades políticas. Además, la situación internacional también influye en las decisiones económicas del Reino Unido. La inestabilidad en las economías globales, la inflación persistente y los conflictos geopolíticos son factores que complican aún más el panorama.
Los analistas están observando cuidadosamente cómo Starmer abordará estos problemas en su presupuesto, y la forma en que su administración intente atraer inversiones extranjeras y fomentar un entorno favorable para el crecimiento empresarial. Las promesas de crecimiento económico requieren una estrategia clara y medidas audaces. Starmer ha indicado que está dispuesto a considerar la deuda en el contexto de inversiones necesarias pero ha puesto límites claros para evitar hacer promesas que no pueda cumplir. Este enfoque medido podría ser atractivo para aquellos que están cansados de la retórica política vacía y buscan resultados reales. Poco antes de la presentación del presupuesto, el Primer Ministro también enfrentará la creciente presión de los grupos de interés y sindicatos, quienes exigen que se traten asuntos como el aumento del salario mínimo y la mejora de las condiciones laborales.
Hay un delicado equilibrio que debe lograrse para satisfacer las demandas de los trabajadores mientras se garantiza que la economía se mantenga en un rumbo sostenible. La administración de Starmer está en una encrucijada. La presentación de su primer presupuesto representará no solo un testimonio de su capacidad para manejar los asuntos económicos del Reino Unido, sino también un momento decisivo que podría definir su legado político. Si logra presentar un plan que promueva el crecimiento mientras aborda el déficit fiscal, podría establecer las bases para un crecimiento económico robusto y sostenido. Sin embargo, si no logra equilibrar estos objetivos, podría enfrentar críticas tanto de sus opositores como de su base de apoyo, lo que generaría un clima de inestabilidad política.
En resumen, el camino hacia la recuperación económica del Reino Unido es arduo y está lleno de desafíos. Con un ministerio marcado por la presión de repensar en serio el enfoque hacia la economía, el Primer Ministro Starmer se prepara para dar su primer gran paso hacia la consolidación de su gobierno. El 30 de octubre será una fecha crucial, no solo para el futuro inmediato del Reino Unido, sino para la dirección a largo plazo del Partido Laborista bajo su liderazgo.