En un movimiento inesperado dentro del ámbito corporativo y legal, Microsoft ha decidido reemplazar a su despacho de abogados en una demanda presentada en la Corte de Cancillería de Delaware relacionada con la adquisición multimillonaria de Activision Blizzard. El gigante tecnológico ha optado por contratar a Jenner & Block, una firma que ha mantenido una postura adversaria frente a la administración del expresidente Donald Trump, en lugar de continuar con Simpson Thacher, el bufete que había representado inicialmente a Microsoft en este caso. Este cambio en la representación legal coincide con la complejidad y la relevancia del litigio que gira en torno a la compra de Activision Blizzard, valorada en 69 mil millones de dólares, la mayor adquisición en la historia de la industria de los videojuegos. La disputa judicial cuestiona si Activision aprobó adecuadamente el acuerdo de fusión, lo que ha provocado una batalla que involucra a accionistas y que amenaza con demorar o complicar la integración de ambas compañías. Jenner & Block ha saltado a la palestra no solo por su trayectoria en litigios de alto perfil, sino también por su enfrentamiento directo con medidas ejecutivas tomadas durante la presidencia de Donald Trump.
De hecho, este despacho fue uno de los litigantes que demandaron al exmandatario por órdenes ejecutivas que afectaron a bufetes de abogados, señalando que estas acciones representaron un abuso de poder constitucional y una represalia por la participación previa de algunos empleados de Jenner en investigaciones gubernamentales, incluyendo la pesquisa especial sobre las presuntas conexiones entre la campaña presidencial de Trump en 2016 y Rusia. Por el contrario, Simpson Thacher, una firma de Wall Street con una vasta lista de clientes en los sectores financiero y tecnológico, fue señalada por haberse adaptado a la administración Trump para evitar sanciones. La firma estuvo entre las que extendieron servicios legales gratuitos por un valor aproximado de mil millones de dólares al gobierno federal, en medio de las acusaciones por parte de Trump de que algunas empresas estaban "armando" el sistema legal en su contra. La elección de Jenner & Block, con su perfil combativo frente a políticas consideradas controversiales durante la administración Trump, puede interpretarse como una señal de la intención de Microsoft de adoptar una postura más firme y estratégica en el litigio, desligándose de una firma que pudo haber estado en conflicto directo con temas políticos de alto impacto. Fuentes cercanas a Microsoft indicaron que Simpson Thacher continuará representando a la compañía en otros asuntos legales, subrayando que la decisión no implica un rechazo absoluto hacia el despacho, sino una reevaluación estratégica específica para este caso.
En el ámbito corporativo, estas decisiones pueden estar motivadas por diversos factores, desde consideraciones económicas, hasta el manejo de posibles incompatibilidades o conflicto de intereses entre casos simultáneos. Este cambio se produjo en un contexto donde muchas compañías multinacionales enfrentan la necesidad de balancear sus estrategias legales con el panorama político actual o pasado, especialmente cuando litigios corporativos se cruzan con potenciales represalias gubernamentales o presiones políticas que pueden atentar contra sus intereses. La adquisición de Activision Blizzard por parte de Microsoft fue anunciada en 2022 y se erige como un movimiento clave para la expansión del conglomerado en el sector de entretenimiento digital y videojuegos, integrando populares franquicias como “Call of Duty” bajo su paraguas corporativo. La operación, sin embargo, ha enfrentado resistencia por parte de accionistas que cuestionan la legitimidad del proceso de aprobación de la fusión, generando una demanda que pone bajo escrutinio la gestión interna de la compañía adquirida. Microsoft solicitó en 2024 la validación judicial de la adquisición, buscando no solo consolidar la compra, sino también rechazar la solicitud de pago de honorarios legales cifrada en 15 millones de dólares hecha por los abogados que representan a uno de los accionistas de Activision.
Dentro del sector tecnológico y financiero, tales litigios no son inusuales, pero el trasfondo político complica aún más las perspectivas y puede influir en los resultados, considerando que las firmas legales, sus históricas relaciones con el gobierno y sus propias posturas ideológicas pueden repercutir en la dinámica del caso. El movimiento de Microsoft también refleja cómo las grandes empresas están cada vez más conscientes de que la selección de sus representantes legales va más allá de la experiencia y costos: implica una evaluación del contexto político, la reputación de las firmas y su capacidad para manejar litigios complejos frente a la arena pública y mediática. Además, la participación de Jenner & Block en acciones legales contra la administración Trump por medidas restrictivas que afectaron sus clientes añade un componente de resistencia y defensa del derecho corporativo frente a presiones políticas, lo que puede fortalecer la posición de Microsoft en un juicio donde la credibilidad y la estrategia de litigio son decisivos. Este caso también abre un debate más amplio sobre la influencia que figuras públicas y gobiernos pueden ejercer sobre el sistema legal y sobre la libre elección de asesoría legal por parte de las empresas, señalando la importancia de mantener la independencia judicial y el debido proceso en conflictos de enormes dimensiones económicas y políticas. En resumen, la sustitución de Simpson Thacher por Jenner & Block en el pleito por la adquisición de Activision Blizzard no sólo representa un cambio táctico en la defensa legal de Microsoft, sino que también pone de manifiesto la complejidad de navegar el ámbito empresarial cuando este se entrelaza con las disputas políticas.
