La crianza de los hijos es una de las tareas más desafiantes y gratificantes que se pueden afrontar. Sin embargo, la forma en que los padres abordan esta responsabilidad puede variar considerablemente dependiendo de si trabajan o no. Un nuevo estudio revela que, aunque las circunstancias pueden parecer diferentes en la superficie, las experiencias de los padres trabajadoras y no trabajadoras tienen más puntos en común de lo que se podría pensar. A continuación, exploramos los hallazgos más destacados de esta investigación y lo que significan para la vida cotidiana de los padres. Recientemente, se llevó a cabo una encuesta que involucró a 2000 padres de niños de entre 0 y 6 años, con un equilibrio entre aquellos que trabajan y aquellos que no.
Los resultados sorprenden al mostrar que los padres trabajadores dedican en promedio 18 horas al día a diversas responsabilidades relacionadas con la crianza. Incluir el tiempo trabajado, que a menudo se extiende más allá de las horas laborales, parece indicar que la jornadas laborales son solo una parte del quehacer diario. Preparar a los niños para el día, administrar el hogar, llevar a cabo actividades planificadas y buscar momentos de descanso personal son tareas que todos los padres, independientemente de su estado laboral, deben realizar. Por otro lado, los padres no trabajadores también tienen una agenda apretada, aunque la forma en que dividen su tiempo es diferente. De las 17 horas que pasan en tareas diarias, el tiempo no se destina a un trabajo remunerado, sino que se dedica principalmente al cuidado de sus hijos.
Además, estos padres también emplean horas significativas en tareas domésticas como cocinar y limpiar, y en transportar a los niños y manejar otras responsabilidades. Uno de los puntos comunes que emerge de la encuesta es que, independientemente de su estatus laboral, casi todos los padres (96%) sienten que están siempre "de guardia". Esta sensación de estar constantemente disponibles para sus hijos es una presión que no parece distinguir entre papás y mamás trabajadoras y no trabajadoras. El estudio también reveló que, al final del día, tanto los padres trabajadoras como los no trabajadoras logran solo alrededor de 31 minutos de "tiempo para ellos mismos". Este breve respiro se convierte en una necesidad vital, aunque el 15% de los padres admite que nunca logran permitirse ese tiempo personal.
Es un recordatorio de lo exhaustivas que pueden resultar las responsabilidades parentales y lo difícil que puede ser encontrar equilibrio entre el autocuidado y la crianza. A pesar de la carga, la mayoría de los padres se muestran positivos al asumir el reto de la crianza; el 73% de ellos se siente seguro al entrar en la paternidad. Sin embargo, el sentimiento de culpa persiste, ya que un 56% de los encuestados confiesa que no pasan suficiente tiempo con sus hijos, lo que les genera ansiedad e insatisfacción. Particularmente revelador fue el descubrimiento de que ambos grupos de padres comparten ansiedades y preocupaciones similares sobre el desarrollo de sus hijos. En promedio, los padres informan que se preocupan por el crecimiento y desarrollo de sus hijos hasta cuatro veces al día.
Las habilidades que todos intentan cultivar en sus hijos incluyen la construcción de un buen carácter (63%), habilidades sociales (62%), confianza (61%) y regulación emocional (56%). Sin embargo, también es cierto que muchos padres sienten que carecen de las herramientas necesarias para enseñar habilidades críticas como el pensamiento crítico (26%), la capacidad de conexión con otros (25%) y la construcción de confianza (23%). Estas preocupaciones comunes pueden abrir una ventana a una mayor colaboración entre padres que difieren en su situación laboral. La búsqueda del apoyarse entre sí, la búsqueda de recursos y estrategias que enriquecen la vida familiar puede servir para unir a estos grupos. La intervención de la comunidad y la creación de redes solidarias deberían ser vistas como una prioridad, no solo para el bienestar de los padres, sino también para fomentar un entorno más saludable para los niños.
Cuando se les preguntó cómo están trabajando para desarrollar la confianza de sus hijos, muchos padres revelaron que han recurrido a diversos métodos como facilitar interacciones sociales (64%), practicar afirmaciones positivas (54%) o hablar sobre la gratitud (47%). La búsqueda de ideas en línea también se ha vuelto común, como "juegos para desarrollar la confianza de los niños" o "cómo construir la confianza en los niños". Otra área interesante abordada en la encuesta fue el uso de servicios de cuidado infantil, un recurso que tanto los padres trabajadores como los no trabajadores consideran beneficioso. Aproximadamente el 31% de los encuestados están utilizando alguna forma de cuidado infantil. Esto incluye al 45% de los padres que trabajan y al 17% de los que no.
Sorprendentemente, el 85% de los que utilizan estos servicios afirma que el cuidado infantil les ayuda a mantener un sentido de independencia y bienestar personal, además de ofrecer beneficios al desarrollo de sus hijos. El 48% de los padres mencionó que uno de sus mayores momentos de ansiedad había sido enviar a sus hijos a la escuela por primera vez, lo que indica el alto nivel de involucramiento de los padres en la educación de sus hijos, independientemente de su situación laboral. Esto revela que el deseo de brindar lo mejor para sus hijos es un hilo conductor entre todos los padres. Los investigadores concluyen que, aunque el contexto laboral puede influir en cómo los padres estructuran sus días, las similitudes en sus preocupaciones, deseos y experiencias de crianza son innegables. Al final, cada padre, ya sea trabajador o no, enfrenta un conjunto similar de desafíos.