Kenny Wax, un reconocido productor del teatro británico, ha hecho olas en la industria con su enfoque visionario y sostenible hacia la producción teatral. Conocido por obras exitosas como "The Play That Goes Wrong", que celebra su décimo aniversario en el West End, Wax comparte su filosofía sobre lo que realmente significa ser un productor de teatro en un mundo en constante cambio. Más allá de las ganancias inmediatas, su objetivo se centra en la longevidad y la relevancia a largo plazo. Desde el inicio de su carrera, Wax ha demostrado una profunda comprensión de lo que hace que el teatro sea relevante y atractivo. En una industria que a menudo prioriza el beneficio rápido, él se destaca al abogar por una visión más amplia.
Durante una reciente entrevista, Wax declaró: "No estoy interesado en obtener el máximo beneficio. Quiero estar aquí en diez años". Esta afirmación refleja su compromiso con el arte más allá de los números. La producción teatral no es solo un negocio; es una forma de arte que merece cuidado y atención. Wax, quien ha trabajado en numerosas obras de renombre, entiende que los espectadores buscan experiencias que resuenen con ellos.
Al construir historias que conectan emocionalmente con el público, logra generar una base de seguidores leales que aseguran la continuidad de sus producciones. Esto, según él, es la clave para sobrevivir en un entorno tan competitivo como el del West End. Un ejemplo de su enfoque a largo plazo se puede observar en "The Play That Goes Wrong". Esta comedia ha tenido un impacto monumental en el teatro contemporáneo, no solo atrayendo a audiencias de todas las edades, sino también estableciendo un repertorio que ha creado nuevas oportunidades para los actores y el equipo técnico. Wax no solo ve esto como un mero éxito financiero; lo considera una plataforma para el futuro del teatro.
"Lo que hemos logrado con esta obra es más que solo una racha de éxito. Hemos construido una comunidad alrededor de ella", afirma. Las palabras de Wax resuenan principalmente en un momento en que muchos productores están luchando con la incertidumbre económica y los cambios en las preferencias del público. La pandemia de COVID-19 dejó una marca imborrable en el sector teatral, y muchos han estado buscando formas de adaptarse. En este contexto, la visión de Wax de priorizar la calidad sobre la cantidad se convierte en un faro de esperanza.
Un aspecto crucial de su enfoque es la diversidad e inclusividad. A lo largo de los años, ha trabajado para asegurar que sus producciones no solo sean entretenidas, sino también representativas de una amplia gama de voces y experiencias. Al hablar de la importancia de la diversidad en el teatro, Wax dice: "El público es reflejo de la sociedad. Si no representamos a todos, estamos haciendo un flaco favor al arte". Además, este productor no duda en experimentar con formatos y estilos poco convencionales.
Wax reconoce la necesidad de evolucionar con el tiempo y encontrar nuevas formas de contar historias que resuenen con audiencias modernas. Ha promovido la idea de unir el teatro con nuevas tecnologías y plataformas de medios, explorando cómo estas pueden complementar y enriquecer la experiencia teatral. Pero, ¿cómo logra Wax equilibrar la búsqueda de la longevidad con los desafíos de hacer que una producción sea financieramente viable? Para él, la clave está en construir relaciones sólidas con los actores, el equipo creativo y el público. Con un enfoque centrado en la colaboración, ha cultivado un ambiente de respeto y creatividad, donde todos los involucrados se sienten valorados y escuchados. "El éxito de una producción no solo depende de la historia que contamos, sino de las personas que la hacen posible", señala.
Además, Wax es consciente de la importancia de la educación en el teatro. Ha apoyado iniciativas para involucrar a las nuevas generaciones y en fomentar un interés genuino por el arte escénico. Desde talleres hasta colaboraciones con escuelas, su misión es garantizar que el teatro siga siendo una forma de expresión vibrante en el futuro. La capacidad de adaptarse y reinventarse es vital para cualquier productor moderno. Wax ha llevado la antorcha de esta creatividad al abrazar un enfoque experimental en sus producciones.
"El teatro siempre debe estar en evolución", expresa. Su constante búsqueda de nuevas narrativas y formas innovadoras de representación pone de manifiesto su deseo de no solo sobrevivir, sino de prosperar en un entorno cambiante. En la conversación, Wax también menciona la importancia de aprender de los fracasos. No todas las producciones han sido un éxito rotundo, y esos momentos difíciles ofrecen lecciones valiosas. "Cada fracaso es una oportunidad disfrazada.
Te enseñan a ser resiliente y a encontrar nuevas formas de abordar los desafíos", comenta. Se puede concluir que la filosofía de Kenny Wax resuena profundamente en una época en la que la sostenibilidad y la relevancia son cruciales. Su visión de un teatro que trasciende las ganancias inmediatas en favor de una relación duradera con audiencias y artistas establece un nuevo estándar en la industria. Al mirar hacia el futuro, su objetivo es claro: quiere ser parte de la conversación teatral no solo de hoy, sino de las próximas décadas. Con una combinación de pasión, compromiso y una visión a largo plazo, Wax continúa desafiando las normas de la producción teatral.
Con "The Play That Goes Wrong" como un ejemplo brillante de éxito sostenible, queda claro que la suerte favorece a aquellos que están dispuestos a invertir en el futuro del arte. Mientras tanto, los seguidores del teatro pueden esperar que sus producciones no solo entretengan, sino que también generen un diálogo significativo y reflejen la diversidad de la sociedad contemporánea. La decisión de Kenny Wax de priorizar la longevidad sobre las ganancias rápidas no solo es inspiradora, sino también necesaria en un tiempo en el que el verdadero valor del arte se mide en su capacidad para conectar con el público a lo largo del tiempo.