En un episodio que parecía salido de una novela de ciencia ficción, un grupo de inversores en criptomonedas se unió con la ambiciosa intención de adquirir una copia original de la Constitución de los Estados Unidos, un documento emblemático de la historia y la democracia. Sin embargo, a pesar de sus esfuerzos y una campaña mediática que atrajo la atención de millones, el intento resultó en un fiasco que dejó a muchos preguntándose sobre las motivaciones y la dirección del movimiento cripto en la actualidad. La historia comenzó en noviembre de 2021, cuando la casa de subastas Sotheby’s anunció que iba a vender una de las 13 copias supervivientes de la Constitución, que datan de 1787. La noticia provocó un revuelo en diversos sectores, ya que este documento no solo es un símbolo del establecimiento de la democracia en Estados Unidos, sino que también tiene un valor monetario significativo. Un grupo de incondicionales de las criptomonedas, que se autodenominó "Constitution DAO", decidió entrar en la contienda y organizar una recaudación de fondos utilizando una estructura descentralizada autónoma (DAO por sus siglas en inglés).
La idea era simple: usar la tecnología blockchain para reunir dinero de inversores de todas partes del mundo, ofreciendo a todos una participación en la adquisición del histórico documento. La comunidad se movilizó rápidamente y en cuestión de días lograron recaudar más de 47 millones de dólares en criptomonedas, demostrando la capacidad del mundo cripto para movilizar capital rápido y eficazmente. Sin embargo, la historia dio un giro inesperado cuando la oferta final realizada por el Constitution DAO no fue suficiente. La copia de la Constitución fue finalmente comprada por el multimillonario Ken Griffin, CEO de Citadel, quien sugirió la importancia del documento para la historia y su deseo de tenerlo en privado. Griffin pagó una asombrosa cifra de 43 millones de dólares, superando así la oferta del DAO, lo que dejó a la comunidad de criptomonedas desilusionada y frustrada.
Este intento de adquisición no solo subraya la fascinación de los inversores de cripto por los activos tangibles, sino también la creciente intersección entre el mundo de la tecnología blockchain y las piezas de colección de valor histórico. A pesar del fracaso, muchos miembros del Constitution DAO resaltaron la experiencia como un momento de aprendizaje y una oportunidad para reflexionar sobre el potencial de la tecnología para cambiar no solo el ámbito financiero, sino también cultural. Desde la recaudación de fondos hasta las subastas de arte y ahora la compra de documentos históricos, la influencia de las criptomonedas se consolida. Este intento de compra de la Constitución expone un deseo más profundo entre los criptoentusiastas de establecer una presencia en la cultura y la historia, a menudo considerada como el dominio de los viejos ricos. Además, deja en evidencia la audacia y el espíritu disruptivo que caracteriza al movimiento cripto.
A medida que avanza la tecnología, también surgen dudas sobre la forma en que las criptomonedas y la blockchain pueden aplicarse a la propiedad intelectual y la preservación del patrimonio cultural. Si bien el Constitution DAO no logró su objetivo, ha sentado un precedente: las comunidades pueden unirse en torno a intereses comunes para adquirir y proteger elementos de la cultura. Este fiasco ha atraído atención mediática e impulsado debates en redes sociales sobre los límites del poder de la comunidad cripto. Algunos críticos cuestionan la idoneidad de utilizar la blockchain para adquirir artefactos significativos, sugiriendo que estos bienes deberían permanecer en manos de instituciones que puedan asegurar su preservación para futuras generaciones. Sin embargo, defensores de la idea argumentan que es precisamente este tipo de transacciones las que democratizan el arte y los objetos históricos, permitiendo que una mayor diversidad de personas pueda tener un interés y participación en su posesión.
La experiencia del Constitution DAO también sirve como un recordatorio de los riesgos y desafíos que enfrenta el mundo de las criptomonedas. Con la creciente popularidad de las inversiones en criptoactivos, se vuelve crucial que los inversores hagan su debida diligencia y comprendan el contexto de sus apuestas. A medida que los compradores de criptomonedas y tokens buscan expandir su portafolio, deben ser cautelosos y considerar no solo los beneficios, sino también las implicaciones culturales y éticas. El final del Constitution DAO podría verse como un toque de realidad para una comunidad que a menudo ha sido criticada por perseguir ganancias sin considerar el impacto en el mundo real. La historia nos recuerda la lucha entre la noción de propiedad descentralizada y el establecimiento tradicional, en un mundo donde lo digital y lo físico se entrelazan cada vez más.