Las cadenas de bloques de capa 1 (Layer 1) han sido el centro de atención en el ámbito de las criptomonedas y la tecnología blockchain durante los últimos años. A medida que el espacio digital se expande, estas cadenas han proliferado, prometiendo ofrecer escalabilidad, descentralización y una experiencia de usuario mejorada. Sin embargo, a pesar de este auge, surge una pregunta crítica: ¿estamos ante un mercado sobrepoblado y sobrevalorado? Para resolver este enigma, exploramos la perspectiva de desarrolladores y expertos en la materia. Las plataformas de capa 1 forman la columna vertebral de muchas aplicaciones descentralizadas (dApps) y protocolos. Ethereum y Bitcoin, entre otras, han establecido un dominio en este espacio, pero continuamente aparecen nuevos competidores que intentan abordar los desafíos persistentes de la blockchain.
Sin embargo, la llegada de múltiples cadenas de bloques plantea una duda fundamental: ¿realmente necesitamos más, o estamos complicando el ecosistema sin aportar mejoras significativas? Jack O’Holleran, cofundador de Skale Labs, es uno de los que sostiene que el mercado de L1 ha llegado a estar abarrotado. Según él, aunque hay numerosos proyectos en este ámbito, solo unos pocos realmente están ganando tracción en el mercado. “El mercado de L1 ha sido saturado desde el punto de vista narrativo y de nuevos tokens, pero una cantidad mucho menor de cadenas está ejecutando realmente en términos de tracción en el mercado”, afirma O’Holleran. Este fenómeno se puede corroborar a través de métricas de plataformas como CoinGecko, que revelan que la mayoría del impulso de desarrolladores y usuarios se concentra en las principales 10 cadenas. “En este momento, hay una lucha por parte de las nuevas cadenas para obtener un lugar en el mercado de desarrolladores”, agrega O’Holleran.
Aunque algunos de estos nuevos proyectos ofrecen soluciones novedosas, eso no garantiza su éxito, lo que demuestra que solo las cadenas más fuertes prevalecerán. Por otro lado, Charles Wayn, cofundador de Galxe y Gravity, adopta un enfoque diferente. Para él, la proliferación de nuevas cadenas de L1 es un signo de innovación. Recientemente, su compañía lanzó Gravity, una nueva solución de capa 1 diseñada para enfrentar desafíos de escalabilidad. “El espacio de la capa 1 ha explotado, con muchas nuevas cadenas de bloques ingresando al mercado”, dice Wayn.
Según él, estas nuevas L1 no son simplemente redundantes; en cambio, aportan escalabilidad y especialización. Wayn argumenta que las cadenas más antiguas enfrentan congestión y tarifas altas, mientras que las nuevas L1 ofrecen un mejor rendimiento y costos de transacción. Además, menciona que algunas de estas nuevas cadenas están incorporando tecnologías avanzadas como las Pruebas de Conocimiento Cero (ZKPs), lo que mejora la privacidad y la seguridad. Este enfoque refleja una demanda creciente de cadenas de bloques especializadas que aborden necesidades específicas de la industria. En el contexto actual, las soluciones de capa 2 (Layer 2) han ganado popularidad como una alternativa eficaz.
Estas soluciones buscan mejorar la escalabilidad construyendo sobre cadenas de bloques existentes, lo que reduce la necesidad de crear nuevas infraestructuras. Matt Katz, cofundador y CEO de Caldera, destaca las ventajas de las soluciones de L2. Su plataforma “rollup-as-a-service” ayuda a los desarrolladores a crear rápidamente cadenas de L2 para Ethereum. “En última instancia, la distinción entre una L1 y una L2 implica detalles de implementación que afectan la arquitectura general de la blockchain”, afirma Katz. Para él, aunque L1 proporciona la base, las soluciones de L2 ofrecen mayor flexibilidad sin el costo adicional de construir una nueva cadena.
También menciona que las nuevas soluciones de L1 suelen enfrentarse a problemas de interoperabilidad y fragmentación de liquidez. Sin embargo, a pesar de los beneficios de las soluciones de L2, Katz reconoce que la llegada de nuevas L1 puede perjudicar el ecosistema. Un exceso de L1 puede llevar a la fragmentación, problemas de liquidez y una competencia feroz que, en totalidad, podría sofocar la innovación. El camino hacia adelante parece estar en una encrucijada. Es evidente que la industria blockchain tiene que decidir si debe centrarse en el lanzamiento de nuevas cadenas de L1 o en la optimización de las soluciones de L2.
Cada enfoque tiene sus méritos, y lo que es claro es que no existe una solución única que aborde todas las preocupaciones sobre escalabilidad. O’Holleran sostiene que el mercado naturalmente filtrará las cadenas más débiles, dejando solo a aquellas que aporten un valor real. Por el contrario, Wayn cree que las nuevas L1 son esenciales para incentivar la innovación, mientras que Katz ve las soluciones de L2 como un medio para agilizar el ecosistema. El dilema no termina ahí. Si bien la competencia puede parecer positiva para la innovación, también puede generar confusión entre los usuarios y desarrolladores.
Una alta oferta de opciones podría llevar a la parálisis, donde las decisiones de los usuarios se complican ante la variedad de cadenas disponibles. La naturaleza competitiva del espacio está en una constante evolución. A medida que las plataformas existentes intentan mejorar sus capacidades y atraer más usuarios, los proyectos emergentes deben ser lo suficientemente innovadores y efectivos para destacar entre las filas. De acuerdo con O’Holleran, la clave va a ser cómo estas nuevas cadenas pueden realmente aportar a la comunidad en lugar de simplemente intentar replicar lo que ya existe. A medida que avanzamos hacia el futuro, es evidente que la tenencia de cadenas de bloques de L1 y L2 dependerá de un delicado equilibrio entre la necesidad de innovación y la búsqueda de un ecosistema más escalable e interoperable.
El objetivo final es construir una infraestructura de blockchain que pueda soportar los crecientes requisitos de una economía digital en expansión. En conclusión, aunque el ecosistema de cadenas de bloques de capa 1 puede estar saturado, también representa una oportunidad para la innovación y la mejora. Las voces divergentes dentro de la comunidad desarrolladora subrayan la complejidad del panorama actual, donde el éxito dependerá tanto de la capacidad de los nuevos proyectos para ofrecer soluciones auténticas como de la agilidad de las cadenas existentes para adaptarse a un entorno en constante cambio. La historia de las L1, pues, va más allá de ser simplemente una cuestión de números; es un testimonio de la evolución de la tecnología y de los anhelos de una comunidad por construir un futuro más conectado y eficiente.