En los últimos años, el mundo del criptomonedario ha evolucionado de maneras inesperadas, y uno de los desarrollos más intrigantes ha sido la aparición de piscinas y baños que funcionan con energía generada por la minería de Bitcoin. Estos establecimientos no solo desafían las nociones tradicionales sobre el uso de la energía, sino que también abordan de manera creativa la calefacción, al mismo tiempo que contribuyen a la economía de criptomonedas. Uno de los ejemplos más destacados de esta tendencia es Bathhouse, un spa en Manhattan, Nueva York, que ha incorporado con éxito máquinas de minería de Bitcoin para calentar sus impresionantes instalaciones. Al cruzar la entrada de Bathhouse, los visitantes son recibidos por un ambiente de tranquilidad, con piscinas a una temperatura perfecta de 40 grados Celsius, rodeadas de mármoles elegantes y tableros de cedro. Sin embargo, en las habitaciones traseras del establecimiento, un sistema de computadoras en constante funcionamiento crea la energía necesaria para mantener el calor de las piscinas.
Fue cofundado por Jason Goodman y Travis Talmadge en 2019, Bathhouse ha crecido para incluir múltiples ubicaciones, aprovechando la gran demanda de espacios de relajación en Nueva York. El proceso que emplean para calentar estas instalaciones puede parecer inusual a primera vista: utilizan el calor residual producido por las máquinas de minería de Bitcoin. Los mineros de criptomonedas realizan cálculos complejos en sus computadoras, un proceso que requiere un consumo significativo de energía y genera una gran cantidad de calor. Sin embargo, en lugar de desperdiciar este calor, Goodman y Talmadge han decidido reutilizarlo para su beneficio. La idea surgió tras descubrir un video en YouTube de un minero de Bitcoin que había encontrado una forma innovadora de calentar su piscina utilizando el calor de su operación minera.
Inspirados por esta noción, decidieron implementar una estrategia similar en su propio negocio. Actualmente, Bathhouse cuenta con 12 máquinas ASIC (un tipo específico de computadora diseñada para la minería de Bitcoin) en Brooklyn y 20 en Manhattan, lo que les permite generar aproximadamente 1.5 Bitcoins al año, equivalentes a unos 90,000 dólares a precios actuales. Goodman explica que, en comparación con métodos tradicionales, el uso de las máquinas de minería no solo resulta más eficiente, sino que también permite acumular un activo que esperan que se revalorice en el futuro. Aunque sus cuentas se mantienen aproximadamente en un nivel constante —unos 20,000 dólares al mes en Brooklyn y 40,000 en Manhattan—, creen que los beneficios de esta innovación son mucho más que cuestiones económicas.
Aunque muchos clientes no piensan en cómo se calientan las piscinas, el enfoque innovador de Bathhouse ha atraído la atención de los detractores que argumentan que la minería de Bitcoin consume grandes cantidades de energía, a menudo proveniente de fuentes no renovables. Jeremy Fisher, asesor principal del Sierra Club en cuestiones de clima y energía, indica que "calentar una piscina con energía residual de un centro de datos puede parecer una buena idea, pero no aborda el problema fundamental de consumir energía limpia." Sin embargo, los cofundadores de Bathhouse ven su operación no solo como una solución eficiente, sino como un paso hacia un futuro más sostenible y consciente de la energía. Además de Bathhouse, hay otros establecimientos en todo el mundo que están explorando formas innovadoras de reutilizar el calor generado por sus operaciones, incluyendo una piscina olímpica en París y una localidad en Finlandia que calienta sus instalaciones utilizando calor residual de los centros de datos. La importancia de la creación de infraestructura más ecológica no puede ser subestimada.
Según estudios recientes, el crecimiento de los centros de datos y de la minería de criptomonedas ha llevado a un aumento significativo del consumo de energía, lo cual plantea un riesgo tanto ambiental como económico. Mientras que algunos piensan que iniciativas como las de Bathhouse pueden ser una forma de "greenwashing", otros expertos argumentan que este tipo de soluciones podrían ser una parte clave de un enfoque más amplio para abordar el cambio climático. Otra startup británica, Deep Green, ha estado trabajando en un modelo de sistema cíclico en el cual el agua fría de las piscinas se utiliza para enfriar los servidores, y el calor generado se utiliza nuevamente para calentar el agua. Este tipo de ciclo logra no solo una mayor eficiencia energética, sino que también ayuda a reducir las emisiones de carbono. Según Mark Bjornsgaard, fundador y CEO de Deep Green, el objetivo es crear centros de datos que apoyen a las comunidades locales con calor gratuito y eficiente.
Mientras la industria de la minería de Bitcoin y los centros de datos continúan en auge, muchos se preguntan si estas innovaciones serán suficientemente efectivas para mitigar el impacto negativo que generan. Sasha Luccioni, investigadora en inteligencia artificial y líder climática en la plataforma Hugging Face, advierte: "Aunque estas iniciativas son sin duda positivas, plantean la interrogante de si serán lo suficientemente rápidas o suficientemente grandes para marcar una diferencia significativa." Las piscinas y los baños alimentados por Bitcoin están, sin duda, a la vanguardia de una revolución en la forma en que pensamos sobre el uso de la energía. Mientras que algunos siguen cuestionando la sostenibilidad de estas prácticas, los cofundadores de Bathhouse se mantienen firmes en su visión de ofrecer a sus clientes no solo un lugar de relajación, sino también un modelo de negocio que podría inspirar a otros a seguir su ejemplo. Al final, la interacción entre el mundo de las criptomonedas y la sostenibilidad ambiental podría ser el catalizador que impulse una transformación esencial en la búsqueda de un futuro más responsable energéticamente.
La combinación de la tecnología, la innovación y la ecología es un fenómeno que, aunque todavía está en sus primeras etapas, promete generar un impacto profundo en nuestra forma de vida. Bathhouse y empresas similares están a la vanguardia, desafiando las normas y ofreciendo soluciones creativas que podrían comenzar a transformar el mundo tal como lo conocemos. ¿Estamos ante el nacimiento de la nueva era de la sostenibilidad energéticamente consciente? Solo el tiempo lo dirá, pero su propuesta ya ha dejado una huella importante en la conversación sobre el futuro energético del planeta.