En un mundo cada vez más interconectado y mediado por la tecnología, el auge de las criptomonedas ha captado la atención de una variedad de figuras influyentes, desde empresarios hasta políticos. En medio de esta oleada de interés, ha surgido un fenómeno peculiar: importantes personalidades políticas como el expresidente Donald Trump y la vicepresidenta Kamala Harris han comenzado a hablar sobre criptomonedas a medida que se aproximan las elecciones presidenciales de noviembre. ¿Por qué exactamente estas figuras políticas están abordando el criptomundo? La respuesta puede estar en el libro "Number Go Up" del autor Zeke Faux, donde explora la dinámica de estas monedas digitales y su lugar en el futuro financiero global. El libro "Number Go Up" se centra en el atractivo que las criptomonedas tienen para muchos de sus defensores, quienes las describen como "oro digital". Sin embargo, Faux señala que más allá de su utilidad teórica como refugio de valor, la realidad es que el precio de las criptomonedas está intrínsecamente vinculado a otros activos de riesgo.
Y a pesar de la noción de que estas monedas sirven como un escudo contra la inflación o inestabilidad económica, la correlación entre las criptomonedas y los mercados bursátiles sugiere un fenómeno más complejo. Durante una reciente conversación con Julie Hyman y Josh Lipton de Yahoo Finance, Faux compartió su perspectiva sobre cómo el discurso en torno a las criptomonedas ha evolucionado, especialmente en el contexto del ciclo electoral. "Cuando hablo con defensores de Bitcoin, recibo muchas presentaciones sobre su valor como oro digital", afirmó. "No obstante, la mayoría de los Bitcoiners han dejado de intentar venderlo como una moneda utilizable en la vida diaria. Más bien, están enfocados en la idea de que su valor aumentará".
La frase "Number Go Up", que se traduce como "el número sube", encapsula la mentalidad que rodea a las criptomonedas. Esta idea se basa en la premisa de que un aumento en el precio genera más interés y, por ende, más compras, lo que lleva a un ciclo aparentemente interminable de aumento de valor. Faux relata que escuchó esta frase en una conferencia de criptomonedas y la encontró particularmente reveladora. "Si el precio sube, la gente se emociona, compra más, y entonces el precio sube aún más", explica. Aunque reconoce que esta mentalidad puede parecer entretenida, no está seguro de que sea sostenible a largo plazo.
A medida que Trump y Harris abordan el tema de las criptomonedas en sus mensajes de campaña, muchos se preguntan si sus comentarios están impulsados por un conocimiento profundo del sector o si simplemente están intentando captar la atención de un electorado cada vez más diversificado. En su análisis, Faux sugiere que el interés de los políticos por las criptomonedas podría estar más relacionado con su deseo de atraer a votantes afines que con un compromiso real con la innovación tecnológica. La naturaleza efímera de los mercados de criptomonedas, caracterizada por su volatilidad y el surgimiento de numerosos fraudes, ha dificultado que muchos periodistas cubran el tema con seriedad. Faux menciona que, aunque el entusiasmo por las criptomonedas ha disminuido considerablemente, en Washington D.C.
se ha mantenido un discurso que sigue promoviendo la narrativa de que hay un importante número de votantes de Bitcoin. "Es curioso, especialmente para alguien que cubre el cripto, porque hemos visto tantas estafas y tanta desinformación", lamenta Faux. Además, la realidad es que el número de personas para quienes las criptomonedas son una prioridad en su vida es relativamente pequeño. Sin embargo, un grupo de ricos inversores en criptomonedas definitivamente ha captado la atención de los líderes políticos, llevando a muchos a considerar sus preocupaciones y deseos como parte de su plataforma. Es importante destacar que, en el contexto de la campaña, los comentarios de Trump y Harris también se insertan en un marco más amplio de la lucha por la regulación de las criptomonedas.
A medida que su popularidad ha crecido, también lo han hecho las inquietudes sobre la falta de regulación y protección para los inversores. Esto ha llevado a un llamado a la regulación más estricta de las criptomonedas, con las autoridades tratando de encontrar un equilibrio entre fomentar la innovación y proteger a los consumidores. Mientras tanto, el diálogo sobre criptomonedas también se ha convertido en un barómetro del clima político en general. Algunos analistas sugieren que la inclinación de Trump y Harris hacia el criptomercado, aunque aparentemente contradictoria, puede reflejar un deseo más amplio de los políticos de navegar por cuestiones que son relevantes para sus bases electorales. En este sentido, el abstruso mundo de las criptofinanzas se suma a la complejidad de la política moderna, donde los temas financieros y tecnológicos se cruzan con la cultura, la regulación y las perspectivas económicas.