El expresidente Donald Trump se enfrenta a un reto financiero considerable después de ser ordenado a pagar más de 354 millones de dólares en daños por un tribunal en un caso de fraude civil. Esta decisión, que se produce en un contexto de turbulencias legales y financieras para Trump, plantea la pregunta: ¿cómo podrá cubrir esta exorbitante penalización? La sentencia fue emitida por un juez que no solo impuso una multa significativa, sino que también prohibió a Trump hacer negocios en el estado de Nueva York durante tres años. Sin embargo, a pesar de esta aparente derrota, Trump ha negado cualquier implicación en actividades fraudulentas y planea apelar la decisión. La apelación permitiría que se suspendiera el pago de la multa mientras un tribunal superior revisa el caso, pero para hacerlo, Trump deberá depositar la cantidad total de la sanción en un plazo de 30 días, lo que complica aún más su situación. La magnitud de la multa—354,9 millones de dólares—representa entre el 14% y el 17% de su patrimonio neto, que Forbes estima en 2.
6 mil millones de dólares. A esto se suma la obligación de pagar 83.3 millones de dólares a la escritora E. Jean Carroll por otro caso de difamación; una carga que, sumada a otros gastos legales, supera los 500 millones de dólares. Esto plantea dudas sobre la liquidez de Trump y su capacidad para hacer frente a todas estas responsabilidades financieras.
Una de las opciones que tiene Trump es asegurar un bono. Este procedimiento implica un acuerdo con una compañía de bonos que garantice el pago completo de la multa. Sin embargo, para obtenerlo, Trump tendría que desembolsar aproximadamente el 10% del monto total, que sería unos 35 millones de dólares. Este dinero sería un gasto no reembolsable, lo que significa que costear un bono no es una solución sin sacrificios. Además, es probable que tenga que presentar garantías adicionales, complicando aún más su situación financiera.
Otra alternativa sería vender activos para conseguir el efectivo necesario. Durante un testimonio anterior, Trump aseguró tener 400 millones de dólares en efectivo disponibles. Sin embargo, esa suma puede no ser suficiente para cubrir la penalización total, especialmente teniendo en cuenta sus otras obligaciones legales. Según varios analistas, Trump tendría que considerar liquidar algunas de sus propiedades. Su fortuna está principalmente ligada a sus inversiones en bienes raíces.
Forbes valora su imperio inmobiliario en Nueva York en unos 490 millones de dólares, lo que incluye propiedades emblemáticas como Trump Tower, valorada en 56 millones. También posee varios campos de golf, condominios, hoteles y un viñedo, todos ellos fuentes potenciales de líquido en esta crisis. Adicionalmente, Trump es accionista del Grupo Trump Media y Tecnología, que opera la plataforma de redes sociales Truth Social. Aunque se estima que su participación en esta compañía vale casi 4 mil millones de dólares, el reciente volátil comportamiento del mercado ha llevado a los inversores a cuestionar la estabilidad de su valoración. Según los términos de su acuerdo de salida a bolsa, Trump no podría vender acciones de inmediato para generar los fondos necesarios, lo que reduce sus opciones.
Una opción menos convencional, pero no menos viable, sería recurrir a su sólido núcleo de seguidores para obtener apoyo financiero. Trump ha utilizado su aparato de recaudación de fondos para cubrir en gran medida sus gastos legales. Dos comités de acción política, Save America y Make America Great Again, recaudan fondos para financiar su defensa legal, a pesar de que normalmente se utilizan para fines políticos. Desde su primera acusación en marzo de 2023, Save America gastó casi 40 millones de dólares en honorarios legales y otros gastos relacionados. Sin embargo, el desafío de recaudar una cantidad tan considerable de dinero en un corto período presenta sus propias complicaciones.
Aunque Trump ha demostrado ser un maestro en la recaudación de fondos, un requerimiento financiero tan alto podría abrumar incluso a sus más leales seguidores. Según sus informes ante la Comisión Federal de Elecciones, Save America comenzó el año 2024 con solo 5 millones de dólares en efectivo disponible. Así, el camino hacia la recaudación de 354 millones de dólares en un tiempo breve se convierte en un desafío monumental. Además, aunque existe la posibilidad de usar estos fondos para pagar una sanción judicial, hay limitaciones que impiden el uso de cuentas de campaña oficiales para este propósito. Esto podría obligar a Trump a ser aún más creativo en sus enfoques para reunir los fondos necesarios.
A través de todos estos escenarios, la situación financiera de Trump parece volverse más tensa. Los expertos en derecho y finanzas han señalado que esta suma significativamente alta podría llevarlo a una \"crisis de flujo de efectivo\". No importa cómo decida abordar este problema, el impacto monetario de esta decisión marcara un golpe considerable en su fortuna, obligándolo a maniobrar en un laberinto financiero con pocas salidas claras. A pesar de su riqueza, la realidad es que muy pocas personas tienen 400 millones de dólares disponibles en un instante, algo que podría compararse a lo que sucedería en las finanzas de cualquier ciudadano común. Aunque Trump ha afirmado repetidamente su riqueza, la carga de múltiples responsabilidades financieras podría ejercer presión sobre su imagen pública y sobre su capacidad de realizar negocios.
El resultado final de esta situación no solo afectará las finanzas de Trump, sino que también tendrá implicaciones más amplias. Si se ve obligado a vender bienes o asumir deudas significativas, podría perder una parte importante de su legado inmobiliario y empresarial. Este caso pone en evidencia la vulnerabilidad de un hombre que alguna vez fue considerado uno de los titanes de los negocios en América. A medida que avanza el proceso judicial, no solo la atención de los medios se centrará en Trump y sus maniobras financieras, sino que también observará a sus seguidores y al impacto que esta situación tendrá en su futuro político. La manera en que logre manejar esta crisis determinará no solo su situación financiera, sino su carrera como figura pública.
La encrucijada a la que se enfrenta podría ser un punto de inflexión significativo, llevándolo a reevaluar sus prioridades y la dirección de su vida en un momento en que la presión nunca ha sido tan alta.