La firma de inversión activista Engine Capital ha intensificado su presión sobre Lyft, la conocida plataforma de transporte compartido, para que evalúe opciones estratégicas que podrían incluir la venta total o parcial de la compañía. Esta insistencia llega en un contexto complicado para Lyft, que ha experimentado un descenso significativo en el valor de sus acciones desde su oferta pública inicial (OPI) en 2019 y enfrenta un panorama competitivo cada vez más desafiante, dominado por su rival Uber. Engine Capital, que posee aproximadamente un 1% de las acciones de Lyft, ha reiterado su preocupación acerca de la gestión actual de la empresa y la estructura de su junta directiva. La firma ha señalado que siete de los diez miembros de la junta carecen de la experiencia financiera necesaria para liderar una empresa pública de esta magnitud, lo que podría estar afectando la capacidad de Lyft para tomar decisiones estratégicas efectivas. En un movimiento claro y directo, Engine Capital nominó a dos candidatos para la junta directiva a principios de este mes, buscando así reemplazar a miembros que, según afirman, no han cumplido con las expectativas de los accionistas.
Sin embargo, las propuestas y los intentos de diálogo por parte de Engine con la alta dirección de Lyft fueron rechazados, lo que ha escalado la tensión entre ambas partes y llevado al activista a hacer públicas sus sugerencias. Entre las alternativas que promueve Engine Capital está la posible venta de Lyft, ya sea en su totalidad o mediante la división y venta de partes del negocio. Esta recomendación surge tras el desempeño pobre y sostenido de las acciones de Lyft, que han caído un 83% desde su salida a bolsa. Esta depreciación contrasta notablemente con el progreso y las ganancias sustanciales obtenidas por Uber, cuyo valor de mercado es significativamente mayor, alcanzando los 164 mil millones de dólares, frente a los 5.2 mil millones de Lyft.
Además de la venta, Engine Capital propone que Lyft implemente un programa acelerado de recompra de acciones por valor de 750 millones de dólares. Esta propuesta apunta a mejorar la confianza del mercado y compensar la subvaloración del precio de las acciones, además de demostrar que la empresa tiene suficiente respaldo financiero para invertir en sí misma. Cabe destacar que, a finales del año previo, Lyft contaba con un saldo en efectivo y activos a corto plazo cercano a los 2 mil millones de dólares, lo que pone a la empresa en una posición favorable para llevar a cabo tal iniciativa. No obstante, desde la dirección de Lyft se mantiene un tono optimista. La empresa ha destacado sus recientes movimientos estratégicos, incluyendo la entrada en el mercado europeo a través de la adquisición de Freenow, un competidor local, lo que amplía su alcance geográfico y diversifica sus fuentes de ingresos.
Además, Lyft lanzó un programa de recompra de acciones a principios de este año, señalando que está comprometida con la creación de valor para sus accionistas y confiada en sus perspectivas a largo plazo. Más allá de las operaciones financieras y estratégicas, Engine Capital ha apuntado a una cuestión estructural en la gobernanza de Lyft que considera un problema significativo: la doble clase de acciones. Esta estructura concentra el 30% del poder de votación en manos de los cofundadores, a pesar de poseer solo cerca del 2.3% del capital accionario. Desde la perspectiva del inversor activista, esta concentración excesiva de poder limita la influencia de los accionistas minoritarios y puede desacoplar los intereses de la alta administración de los de los inversores públicos.
Además, cuestiona la existencia de elecciones escalonadas en el directorio y denuncia una dilución excesiva de las acciones, que ha promediado casi un 8% anual. Esta dilución socava el valor para los inversores y debilita la confianza en las políticas de gestión del capital de la compañía. Las críticas y propuestas de Engine Capital forman parte de un fenómeno cada vez más común en el mundo corporativo, donde los inversores activistas ejercen presión para cambios en la administración, estrategias de crecimiento o estructurales, con el fin de mejorar la rentabilidad y el desempeño financiero. En el caso de Lyft, estas tensiones reflejan una insatisfacción creciente con el rumbo que ha tomado la empresa, especialmente en comparación con competidores más robustos. El sector de la movilidad compartida ha mostrado un ritmo acelerado de consolidación y competencia en los últimos años.
Uber, con su enorme capitalización de mercado y presencia global, domina el escenario, lo que deja a Lyft en una posición de desventaja evidente. La expansión internacional y la diversificación de servicios son pasos clave que Lyft intenta dar para mantenerse relevante y competitivo. Los desafíos que enfrenta Lyft son también resultado de presiones externas, incluyendo cambios regulatorios y el impacto de la pandemia, que alteró significativamente los patrones de movilidad y afectó la demanda de transporte compartido. Recuperar la confianza de los inversores y demostrar una estrategia clara y viable para el crecimiento futuro es fundamental para que Lyft pueda revertir su deterioro en el mercado bursátil. La decisión de explorar alternativas estratégicas, incluyendo la venta, abriría un abanico de posibilidades para Lyft.
Podría significar una adquisición total por parte de un competidor o empresa interesada en el sector, una fusión que permita mayor escala y eficiencia, o el desmembramiento del negocio para maximizar el valor de cada unidad. En este contexto, la respuesta final de la junta directiva de Lyft a estas presiones será crucial. La aceptación o rechazo de las recomendaciones de Engine Capital puede determinar no solo el futuro inmediato de la compañía, sino también la confianza de los inversionistas y el posicionamiento en un mercado cada vez más competitivo. Con una valoración actual relativamente modesta frente a su rival principal, Lyft está en una encrucijada que requiere decisiones estratégicas audaces pero bien fundamentadas. La mejora en la gobernanza, la claridad en los planes de crecimiento, la optimización en el manejo del capital y la respuesta a las demandas de sus accionistas son elementos clave para su recuperación y sostenibilidad.