En el fascinante mundo de la música, pocos nombres resuenan con tanta fuerza como el de Rick Rubin. Conocido por su habilidad para moldear y transformar géneros, este productor ha sido una figura clave en la evolución del hip-hop y el rock. Sin embargo, sus inicios tienen raíces inesperadas en la escena del punk neoyorquino. Todo comenzó con una banda llamada Hose y un EP que, aunque no es ampliamente conocido, jugaría un papel crucial en la creación de uno de los sellos discográficos más influyentes del mundo: Def Jam Records. Rick Rubin, un joven de Long Island que se adentró en la Universidad de Nueva York (NYU) en 1981, formó Hose junto a amigos en una época donde el punk representaba un grito de rebeldía.
En su mayoría, los adolescentes de esa era encontraban en el punk una forma de expresarse contra el sistema establecido. Así fue como Rubin, junto a Warren Bell, Joel Horne y Rick Rosen, se unió a este movimiento. Hose, aunque no alcanzó el estrellato, fue un producto de su tiempo, un reflejo de la pasión y la desesperación juvenil. En abril de 1983, la banda lanzó un EP de 12 pulgadas que representaba un hito en la historia de la música. Con una carátula que homenajeaba las obras del artista moderno Piet Mondrian, este disco no solo fue un intento de hacer música, sino que también sería la primera producción con el logo que más tarde se haría famoso: el de Def Jam.
Aunque en su momento el EP pasó desapercibido, se convirtió en la plataforma de lanzamiento para la carrera de Rubin en la música. Lo que distingue a Hose de otros grupos punk es la esencia del cruce entre dos mundos musicales. Rubin entendía la importancia de la melodía y el estribillo, algo que cambiaría la forma en que se producía el hip-hop. “Antes de Def Jam, los discos de hip-hop eran generalmente largos y carecían de ganchos,” decía Rubin en una entrevista con The New York Times en 2007. Con un enfoque audaz y una visión fresca, buscó hacer que los discos de rap sonaran más como canciones pop.
Esta mezcla de influencias fue fundamental en la forma en que se desarrolló el hip-hop en los años posteriores. Aunque la banda Hose se movía en un entorno punk, el interés de Rubin por el hip-hop lo llevó a enamorarse de dos géneros que, a primera vista, parecen opuestos, pero comparten el mismo espíritu de rebelión. La cultura punk y el hip-hop surgieron de la necesidad de expresarse y de romper las normas sociales. Rick Rubin, una figura solitaria en su adolescencia, encontró inspiración en ambas escenas y, a través de Hose, comenzó a fusionarlas. El EP de Hose, a pesar de su simplicidad y su sonido amateur, contenía rastros de lo que sería el estilo característico de Rubin.
Abría con “Only the Astronaut Knows the Truth”, una mezcla cacofónica de patrones de batería y riffs de guitarra poco refinados, donde la voz del cantante apenas se alzaba por encima del ruido. Un enfoque caótico y visceral que parecía un precursor de lo que más tarde se convertiría en la norma en muchos de sus trabajos posteriores. Sin embargo, la ambición de Rubin no se detuvo ahí. Después de la experiencia con Hose y el lanzamiento del EP, comenzaron sus primeros pasos en la creación de lo que sería Def Jam. El año 1984 marcó un cambio crucial en su carrera y en la música en general.
Junto a Russell Simmons, Rubin fundó el icónico sello y lanzó varios álbumes que no solo catapultarían el hip-hop a la corriente principal, sino que redefinirían la producción musical. Rubin también tuvo la visión de mezclar géneros de forma que nadie había pensado antes. En el transcurso de su carrera, trabajó con artistas de diferentes estilos, desde Johnny Cash hasta los Beastie Boys. Su verdadero talento reside en la capacidad de captar la esencia de un artista y traducirla en un sonido que resuena con el público. Esto se evidenció claramente en su trabajo más tarde con grupos como Run-D.
M.C., donde se entrelazaron riffs de guitarra del rock con rap cargado de energía. Aunque el EP de Hose no logró grandes ventas, su importancia radica en lo que representó. Se trata de un símbolo de independencia y de lucha contra el conformismo en la música.
A través de Hose, Rubin aprendió sobre la creación de música desde un lugar auténtico, que más tarde aplicaría en sus producciones masivas. La pasión que juntos compartieron en aquellos tiempos de ensayos crudos y experimentación se refleja en su compromiso de siempre priorizar el arte sobre los intereses comerciales. Con el tiempo, Def Jam se convirtió en un pilar del hip-hop. Sin embargo, el viaje de Rubin no fue sencillo. A medida que la industria musical cambiaba, también lo hacían las prioridades de su sello.
En una entrevista con Zane Lowe, Rubin mencionó que entre él y Simmons existían diferencias fundamentales en cuanto a sus objetivos: “Siempre me importó hacer buena música, mientras que Russell se preocupaba por el éxito comercial”. A pesar de las tensiones entre su amor por la música y los objetivos comerciales de la empresa, Rubin nunca perdió de vista su compromiso con la calidad. Su trabajo en obras como “99 Problems” de Jay-Z, más de una década después de haber fundado Def Jam, es testimonio de su regreso triunfal a la escena con una dedicación mayor que nunca. “Los discos que estaba haciendo en ese momento eran punk rockers haciendo hip-hop,” resumió Rubin, capturando la esencia de su continuo recorrido musical. El legado de Hose, aunque pequeño en comparación con los logros de Rubin más tarde en su carrera, fue un momento crucial que sentó las bases para una revolución musical.