El Reino Unido ha dado un paso significativo hacia la regulación estricta del mercado de criptomonedas al anunciar una prohibición para que los inversores minoristas utilicen préstamos o tarjetas de crédito para financiar sus compras de activos digitales. La medida, impulsada por la Autoridad de Conducta Financiera (FCA, por sus siglas en inglés), busca proteger a consumidores de un sector que ha crecido rápidamente, pero que también ha demostrado un alto nivel de volatilidad y riesgos asociados. Este movimiento no solo afecta a los usuarios finales, sino que también introduce nuevos requerimientos para las plataformas, prestamistas, intermediarios y servicios de staking ligados a las criptomonedas. La regulación se presenta en un momento en que los gobiernos y organismos reguladores de todo el mundo tratan de establecer marcos legales que dominen el mercado cripto, con el objetivo de equilibrar la innovación financiera con la seguridad del consumidor y la estabilidad financiera. La prohibición del Reino Unido está dirigida principalmente a los inversores minoristas, es decir, aquellas personas que no operan profesionalmente en el mercado financiero, a quienes se les impedirá acceder a créditos para realizar adquisiciones de criptomonedas.
El motivo principal radica en la creciente preocupación por la acumulación de deudas insostenibles en este grupo, especialmente si el valor de las criptomonedas cae y estas personas quedan incapacitadas para cumplir con sus obligaciones crediticias. Los datos oficiales revelan que el porcentaje de usuarios británicos que compran cripto utilizando fondos prestados se ha duplicado en tan solo un año, pasando de un 6% en 2022 a un 14% en 2023, lo que subraya la necesidad de una acción regulatoria urgente. El director ejecutivo de pagos y finanzas digitales en la FCA, David Geale, ha declarado que aunque el sector de las criptomonedas representa una oportunidad de crecimiento para el Reino Unido, el mismo debe desarrollarse con las protecciones adecuadas para los usuarios. Geale comparó la regulación de las criptomonedas con la de otras inversiones de alto riesgo, resaltando que muchas de estas otras inversiones incluso carecen de las protecciones que se están implementando para los cripto activos. La intención del regulador no es obstaculizar el desarrollo del sector, sino convertir al Reino Unido en un entorno competitivo y seguro para las empresas y consumidores por igual.
Las nuevas reglas no solo endurecen las restricciones en materia de financiación para la compra de criptos, sino que también apuntan a restringir el acceso de los consumidores minoristas a plataformas y servicios que han demostrado ser riesgosos o poco transparentes. En particular, los prestamistas de criptomonedas como Celsius Network, que quebró en 2022 provocando pérdidas millonarias para sus usuarios, serán vetados bajo el nuevo marco regulatorio. La FCA también ha expresado preocupaciones sobre prácticas comunes en plataformas de intercambio y trading, tales como la manipulación del mercado, conflictos de intereses, incumplimientos en la liquidación de operaciones, baja liquidez, fallos en sistemas de negociación y falta de transparencia en la información que se brinda a los usuarios. Para contrarrestar estas problemáticas, se establecerán normas estrictas para que las plataformas de criptomonedas operen de manera transparente y justa. Estas medidas incluirán la obligación de mantener separadas las operaciones de la empresa de las de los clientes, asegurar la visibilidad total de los precios y de los procesos de ejecución de órdenes para los usuarios, y prohibir los pagos a intermediarios por el flujo de órdenes, una práctica que en otros países ha sido cuestionada por generar conflictos de interés y perjudicar la competencia.
Otra novedad importante en la regulación británica es la exigencia de que todas las empresas que ofrecen servicios de criptomonedas a usuarios en el Reino Unido establezcan una entidad legal registrada en el país. Esta directriz busca acabar con las lagunas legales que permiten a algunas plataformas operar desde jurisdicciones offshore donde los requerimientos regulatorios son más laxos, garantizando así que todas las compañías que quieran atender al mercado británico cumplan con los mismos estándares. El regulador también se ha enfocado en los servicios de staking, una modalidad cada vez más popular que permite a los usuarios bloquear criptomonedas a cambio de retornos o recompensas. Bajo el nuevo marco regulatorio, los operadores de servicios centralizados de staking deberán responder ante usuarios en caso de pérdidas derivadas de problemas de terceros, reforzando así la responsabilidad de quienes administran estos servicios. Sin embargo, los servicios verdaderamente descentralizados, que funcionan mediante código sin una entidad operativa clara, quedarán fuera de este ámbito, salvo que el regulador identifique una figura que ejerza control efectivo sobre el sistema.
A pesar de estos avances en regulación, la FCA advierte que el sector de las criptomonedas seguirá siendo inherentemente riesgoso. La mayoría de los activos digitales son catalogados como inversiones altamente especulativas, por lo que los consumidores deben estar preparados para la posibilidad de perder todo su capital. Al mismo tiempo, la FCA busca fomentar un crecimiento responsable del mercado que permita aprovechar las ventajas de la tecnología blockchain y la innovación financiera, sin sacrificar la protección y la confianza de los usuarios. La relación entre la industria cripto y el regulador británico ha sido hasta ahora bastante tensa debido a un riguroso proceso de registro y autorización. Entre abril de 2023 y abril de 2024, la FCA rechazó el 86% de las solicitudes para operar legalmente en el Reino Unido, aunque la tasa se ha reducido a un 75% en el último año, manteniéndose aún elevada.
Esta situación refleja la postura firme del regulador frente a las empresas que no cumplen con los requisitos ni demuestran suficiente compromiso con la transparencia y la seguridad. El impacto de las nuevas medidas en el mercado cripto es amplio y profundo. Por un lado, puede significar una disminución en la participación de inversores minoristas que dependían del crédito para operar, lo que podría traducirse en una reducción de la volatilidad especulativa impulsada por el endeudamiento. Por otro lado, se abre una oportunidad para que las plataformas y servicios que apuesten por la legalidad, la transparencia y la responsabilidad ganen confianza y atraigan a un público más amplio y profesional. La prohibición del endeudamiento para la compra de criptomonedas es un ejemplo claro de cómo el Reino Unido quiere posicionarse como un referente en la regulación financiera moderna, donde la innovación coexiste con un marco sólido de protección al consumidor.
Con esta decisión, se pretende evitar el fenómeno de usuarios que se endeudan para invertir en activos altamente volátiles, un problema que ha causado daños significativos en otros mercados financieros y ahora afecta el criptoecosistema. En definitiva, el nuevo panorama regulatorio visa crear condiciones claras y justas para todos los actores, desde los usuarios minoristas hasta los grandes inversionistas y las empresas operadoras. El plazo para consultas públicas se extiende hasta mediados de junio de 2025, mostrando la disposición del regulador a ajustar y perfeccionar las medidas a partir del feedback recibido de la industria. Esta regulación plantea un desafío importante y a la vez una oportunidad para el sector de las criptomonedas en el Reino Unido. La adaptabilidad y el cumplimiento serán determinantes para que las empresas puedan seguir operando y creciendo en un mercado cada vez más controlado y maduro.
Mientras tanto, los consumidores deben estar informados sobre los riesgos y las nuevas reglas para contar con un entorno más seguro en sus operaciones con activos digitales.