En un mundo financiero en constante cambio y evolución, pocas criptomonedas han capturado tanto la atención de inversores y entusiastas como Bitcoin. En medio de esta fascinación, una nueva predicción del banco Standard Chartered ha despertado el interés y la curiosidad de muchos: Bitcoin podría experimentar un aumento del 117% si Donald Trump, autodenominado “presidente cripto”, logra nuevamente la presidencia en las elecciones de EE.UU. de 2024. Según los analistas del banco, este aumento podría llevar el valor de la criptomoneda a la asombrosa cifra de 125,000 dólares para finales de este año.
El informe de Standard Chartered, publicado recientemente, asegura que la llegada de Trump a la Casa Blanca podría resultar en un entorno regulatorio más favorable para las criptomonedas. El analista Geoff Kendrick destaca que bajo la administración de Trump, la regulación sobre criptomonedas cambiaría rápidamente, facilitando así un auge en el mercado cripto. Esto es una gran diferencia con respecto a las políticas más restrictivas que se han visto bajo la administración actual, liderada por el presidente Joe Biden. Trump no solo ha cambiado su postura respecto a Bitcoin, sino que ha prometido eliminar las regulaciones federales que, según él, obstaculizan el crecimiento del sector. Durante su intervención en la conferencia Bitcoin 2024 en julio, Trump anunció su intención de deshacerse de la denominada “Checkpoint 2.
0”, un conjunto de regulaciones que ha sido criticado por su supuesta rigidez. Además, mencionó que planea reemplazar a Gary Gensler, el actual presidente de la Comisión de Bolsa y Valores (SEC), para fomentar un clima más positivo hacia las criptomonedas. Esta transformación en la perspectiva de Trump hacia Bitcoin es notable, especialmente considerando que en el pasado se había mostrado escéptico respecto a las criptomonedas. Sin embargo, la realidad política y económica ha llevado al ex presidente a adoptar una postura más amigable hacia este activo digital. En su nuevo discurso, Trump también ha declarado su intención de mantener el 100% del Bitcoin en poder del gobierno federal en un “stockpile nacional”, lo que es igual a aproximadamente el 1% de todo Bitcoin que se llegará a minar.
La visión optimista de Standard Chartered se contrasta con el escenario que podría surgir si la actual vicepresidente, Kamala Harris, resultara ganadora en la carrera presidencial. Según el análisis del banco, si Harris asumiera la presidencia, Bitcoin podría alcanzar los 75,000 dólares para finales de 2024. Aunque esta cifra es inferior a la perspectiva ofrecida con un triunfo de Trump, los expertos sugieren que Harris podría proporcionar un entorno regulatorio más favorable comparado con el régimen de Biden. El analista Kendrick sugiere que, si bien la victoria de Harris podría provocar un pequeño retroceso inicial en el valor de Bitcoin, el mercado pronto reconocerá que las posibilidades de un cambio regulatorio positivo todavía están al alcance, aunque a un ritmo más lento. Esto indica que, independientemente del resultado electoral, se anticipa un crecimiento significativo para Bitcoin en el futuro cercano.
Además, el análisis de Kendrick se alinea con las expectativas de otros expertos, como Gautam Chhugani de Bernstein, quien también considera que Bitcoin tendría la posibilidad de dispararse bajo una administración de Trump. Chhugani sugiere que el mercado no ha comenzado a reflejar la posibilidad de un entorno regulatorio positivo, proyectando un aumento del precio de Bitcoin que podría alcanzar hasta los 90,000 dólares para diciembre de 2024. Este optimismo no solo proviene de la predicción sobre el futuro político de EE.UU., sino que también se basa en factores macroeconómicos.
Kendrick señala que la tendencia en los rendimientos del Tesoro está cambiando, lo que podría beneficiar a Bitcoin en los próximos meses. A pesar de que las entradas en fondos cotizados en bolsa (ETFs) de Bitcoin han sido débiles recientemente, la expectativa de una llegada de capital durante la temporada alta es una posibilidad que los analistas están considerando. Sin embargo, incluso con el entusiasmo del análisis de Standard Chartered, es importante tener en cuenta algunas advertencias. Kendrick ajustó su pronóstico anterior, que predecía que Bitcoin podría alcanzar los 150,000 dólares antes de que finalice este año, aunque sigue manteniendo su proyección de que la criptomoneda podría llegar a los 200,000 dólares hacia finales del próximo año, independientemente de quién sea el presidente. La especulación en torno a Bitcoin no es únicamente un tema financiero, sino que también se entrelaza con la política y el futuro de la regulación en el ámbito cripto.
La capacidad de Trump para cambiar la narrativa sobre las criptomonedas y fomentar un ambiente más propicio para su crecimiento podría tener repercusiones significativas no solo para Bitcoin, sino para todo el ecosistema de las criptomonedas, que ha estado lidiando con un panorama regulatorio incierto y, a menudo, adverso. De cara a las elecciones, las posturas de los candidatos hacia Bitcoin y el sistema financiero digital en general probablemente continuarán influyendo en las decisiones de inversión de muchas personas. La posibilidad de que Bitcoin se convierta en un activo aún más atractivo depende no solo de los elementos económicos, sino de cómo perciben los inversores el entorno regulatorio y político en el que operan. Así, el rumbo que tomen las elecciones y las políticas futuras sobre criptomonedas podrían ser factores determinantes en la evolución del precio de Bitcoin. Con la atención centrada en la figura de Trump y su potencial regreso al poder, el mundo cripto está a la espera de ver si López Obrador será el líder que impulse a Bitcoin hacia nuevas alturas o si el destino de la criptomoneda tomará un rumbo diferente bajo otras administraciones.
Los próximos meses serán cruciales para determinar el futuro de Bitcoin, particularmente en el contexto político actual. Con propuestas audaces y expectativas de crecimiento, el mundo de las criptomonedas sigue siendo un espacio lleno de oportunidades y, ciertamente, un tema de conversación apasionante a medida que se acercan las elecciones.