Los adultos mayores son uno de los grupos más vulnerables frente a las estafas debido a una combinación de factores como su confianza natural, menor familiaridad con las nuevas tecnologías y, en algunos casos, su aislamiento social o deterioro cognitivo. Por esta razón, es fundamental entender las tácticas que emplean los estafadores y cómo podemos ayudar a nuestros familiares a mantenerse protegidos. Una de las estafas más sofisticadas y lucrativas es el llamado 'pig-butchering', un término que quizás suene extraño pero que describe perfectamente una técnica de fraude que se lleva a cabo a largo plazo. El 'pig-butchering' es un proceso meticuloso y elaborado en el que los estafadores invierten tiempo en ganar la confianza de la víctima, generalmente mediante mensajes de texto o interacciones en redes sociales. Inicialmente, el contacto puede parecer inocente y amistoso, incluso como si alguien quisiera entablar una conexión sincera.
Sin embargo, esta relación cuidadosamente construida tiene un propósito oculto: convencer a la persona de invertir en criptomonedas a través de plataformas falsas. Esta estafa funciona gracias a la combinación del juego psicológico y la ilusión de ganancia segura. A medida que la confianza crece, el estafador muestra supuestos resultados positivos de inversiones previas y anima a la víctima a probar con una cantidad pequeña de dinero. Cuando ven que supuestamente todo funciona, las cantidades de inversión aumentan paulatinamente hasta que el fraude culmina con la desaparición de los estafadores y la pérdida total del dinero. Además del 'pig-butchering', existen otros fraudes comunes que afectan a los adultos mayores.
Las estafas relacionadas con el soporte técnico falso son clásicas y suelen presentarse mediante llamadas telefónicas o mensajes emergentes en el computador. El objetivo es convencer a la persona de que su equipo está infectado o tiene algún daño grave, para así obtener acceso remoto o solicitar pagos por servicios innecesarios o inexistentes. Lo recomendable es ignorar estas llamadas y nunca facilitar información ni permitir acceso a distancia a quienes no hayan solicitado asistencia legítima. Otro tipo persistente es la suplantación de identidad de entidades gubernamentales como el Servicio de Impuestos Internos, la Seguridad Social o los programas de salud. Estos estafadores suelen usar técnicas agresivas, como amenazas de arresto o pérdida de beneficios si no se realiza un pago inmediato.
La urgencia y la presión son claras señales de alarma, pues los organismos oficiales no usan estos métodos para comunicarse con los ciudadanos. Existe también la llamada estafa del nieto, que ha evolucionado con las nuevas tecnologías y el uso de inteligencia artificial. En esta variante, los delincuentes utilizan herramientas de clonación de voz para simular llamadas de supuestos familiares en problemas urgentes, solicitando dinero para supuestas emergencias como accidentes o arrestos. El elemento de confidencialidad, donde piden a la persona que no hable con otros miembros de la familia, es un indicio fundamental para sospechar. Las falsas promesas de premios, loterías o sorteos también representan una amenaza frecuente.
Los mensajes que anuncian haber ganado un gran premio muchas veces exigen el pago previo de impuestos o tarifas para poder reclamarlo. Comprender que los premios legítimos nunca solicitan pagos de antemano ayuda a evitar caer en estas trampas. Para proteger a los adultos mayores es fundamental educarlos sobre los comportamientos sospechosos. Reconocer signos como solicitudes urgentes de dinero, pedidos de pagos poco comunes como tarjetas de regalo, transferencias bancarias o criptomonedas, así como mensajes con errores gramaticales o expresiones extrañas, puede ser clave para evitar el fraude. Creando un ambiente de confianza donde los mayores se sientan cómodos consultando cualquier comunicación dudosa con familiares o personas de confianza, se fortalece su defensa ante posibles engaños.