El debate sobre las viviendas de alquiler a corto plazo en Maui ha alcanzado un nuevo nivel de intensidad, especialmente tras la reciente propuesta del alcalde Richard Bissen de eliminar aproximadamente 7,000 de estas propiedades legalmente registradas. Un estudio exhaustivo realizado por la Asociación de Tecnología de Viajes y los consultores económicos Kloninger & Sims destaca que la eliminación de estos alquileres podría costar a Maui un asombroso 91.8 millones de dólares en ingresos fiscales anuales. Esta cifra no solo revela el impacto económico inmediato de la medida, sino que también plantea preocupaciones profundas sobre las repercusiones a largo plazo para la economía local y el bienestar de la comunidad. En el informe presentado, se estima que los alquileres de corto plazo generaron en 2023 una actividad económica de 2.
2 millones de dólares en Maui, contribuyendo significativamente al desarrollo económico de la isla. La investigación sugirió que, si la eliminación de estos alquileres se lleva a cabo a nivel estatal, Hawai podría sufrir pérdidas de hasta 554 millones de dólares en ingresos fiscales anuales. Esta situación hace que muchos se cuestionen: ¿es realmente viable sacrificar tan grandes ingresos en nombre de una regulación más estricta? Los alquileres de corto plazo han sido, durante años, un pilar fundamental en la economía de Maui. Además de proporcionar hospedaje a los visitantes, que en su gran mayoría buscan disfrutar de las hermosas playas y el entorno natural de la isla, estos alquileres crean miles de empleos en sectores relacionados, como la limpieza, la construcción y el mantenimiento. De hecho, el informe reveló que, en el mejor de los escenarios, la pérdida de estos alquileres podría afectar directamente a unos 23,000 puestos de trabajo en Maui.
La eliminación completa de los alquileres a corto plazo podría llevar a la pérdida de entre 128.3 y 280.9 millones de dólares en impuestos combinados, incluyendo el impuesto sobre la propiedad, el impuesto de alojamiento transitorio (TAT) y el impuesto general sobre las ventas (GET). Además, la actividad económica total generada por estos servicios podría caer hasta 2.2 mil millones de dólares, resultando en un impacto devastador en la industria turística y en la economía local.
Las preocupaciones van más allá de las estadísticas. La comunidad de Maui se encuentra en un momento crítico, balanceando la necesidad de vivienda asequible para sus residentes con los beneficios económicos que traen los alquileres a corto plazo. Algunos defensores de la eliminación argumentan que los alquileres han contribuido a la crisis de vivienda en la isla, al elevar los precios y reducir la disponibilidad de viviendas a largo plazo para los residentes locales. Sin embargo, mientras que la protección de la comunidad es vital, muchos se preguntan si la eliminación de estos alquileres es la solución más eficaz. El economista Erik Kloninger, quien participó en el estudio, enfatizó que aproximadamente un tercio de todos los visitantes de Hawai utilizan alquileres a corto plazo para su alojamiento, y en Maui, esta proporción es incluso mayor.
“Reducir la cantidad de alquileres a corto plazo limitaría las opciones de alojamiento y probablemente podría llevar a una disminución en el número de visitantes, resultando en pérdidas laborales en diversos sectores de la economía y un déficit significativo en los ingresos fiscales para el Condado de Maui y el Estado”, afirmó Kloninger. Laura Chadwick, presidenta y directora ejecutiva de Travel Tech, también expresó su preocupación por la propuesta del alcalde. Ella destacó que los alquileres de vacaciones han sido una parte fundamental de la economía de la isla durante décadas. Estos alojamientos no solo benefician a los turistas, sino que también proporcionan empleo y ayudan a financiar servicios comunitarios esenciales. “Esperamos que los líderes de Maui y Hawái consideren otras opciones para equilibrar los beneficios económicos de los alquileres a corto plazo con las necesidades habitacionales de la comunidad”, dijo Chadwick.
En medio de estas tensiones, algunas voces sugieren que una regulación más eficaz de los alquileres a corto plazo podría ser una solución viable que permitiría a los residentes locales acceder a viviendas asequibles sin sacrificar importantes ingresos fiscales. Esto podría incluir la implementación de límites en la cantidad de días que una propiedad se puede alquilar, la obligación de registrarse formalmente y pagar impuestos, o incluso la creación de un sistema de licencias que garantice que las propiedades cumplan con ciertos estándares. La pregunta central sigue siendo si Maui y otras islas de Hawai pueden encontrar un equilibrio que beneficie tanto a los residentes como a los turistas. Como señala el estudio, la industria del turismo continúa siendo una de las principales fuentes de ingresos y empleo en la isla, y reducir el acceso a opciones de alojamiento podría tener consecuencias inauspiciosas. En conclusión, el futuro de los alquileres a corto plazo en Maui es incierto.
Mientras que el deseo de proteger a la comunidad y asegurar viviendas asequibles es comprensible y necesario, es crucial que las decisiones que se tomen sean informadas y consideren el impacto económico a gran escala. Con millones de dólares y miles de empleos en juego, el gesto de eliminar estos alquileres debe abordarse con cautela y reflexión. La comunidad de Maui necesita un diálogo abierto sobre cómo preservar su identidad y economía sin perder la riqueza que trae el turismo y los alquileres a corto plazo.