El mundo de la contabilidad está experimentando un cambio significativo con el anuncio de la jubilación de Carl Peterson, vicepresidente de intereses para pequeñas firmas de la American Institute of Certified Professional Accountants (AICPA). Peterson, que ha sido una figura clave para fortalecer las relaciones y abordar las necesidades de las pequeñas firmas desde que ingresó en la organización en 2014, se retirará oficialmente el 30 de junio de 2025. Su legado y contribuciones han impactado profundamente a este segmento esencial dentro del ámbito contable, dejando un legado que sin duda influirá en el futuro inmediato de la profesión. La AICPA es una entidad fundamental para los contadores certificados en Estados Unidos, tanto para grandes empresas como para pequeñas firmas. La atención dedicada a las pequeñas firmas es crucial porque representan una gran parte del tejido económico y profesional del país.
Estos despachos, generalmente con menos recursos y personal que las grandes firmas, enfrentan retos únicos que requieren una representación y apoyo específicos dentro de un organismo influyente como la AICPA. Carl Peterson se convirtió en un pilar irremplazable para las pequeñas firmas desde su incorporación a la AICPA. Con una carrera previa destacada como socio gerente de una pequeña firma en Minnesota y con roles de liderazgo en la Sociedad de Contadores Públicos Certificados de Minnesota, Peterson comprendía de primera mano las realidades de este sector. Su experiencia práctica aportó una perspectiva profunda y realista a su trabajo, algo que fue especialmente valorado dentro de la AICPA y por la comunidad de pequeñas firmas. Durante su gestión, Peterson actuó como un nexo vital entre la AICPA y las sociedades estatales de CPA, estableciendo canales de comunicación fluida y constante.
Organizó numerosas mesas redondas a nivel nacional donde se debatían los desafíos específicos de las pequeñas firmas, lo que permitió la identificación precisa de problemas y la generación de soluciones más efectivas. Su acercamiento personal y dedicado, que incluía llamadas telefónicas fuera del horario regular, reflejaba no solo su compromiso sino también su comprensión de la importancia de mantener un diálogo abierto y constante. Uno de sus roles más destacados fue como asesor técnico del Grupo de Consultoría para Pequeñas y Medianas Prácticas de la Federación Internacional de Contadores (IFAC). En este espacio internacional, Peterson contribuyó a la discusión sobre problemáticas del sector, mostrando la representatividad global y generando un puente entre los problemas locales y la agenda global. Además, su contribución a iniciativas impulsadas por el Banco Mundial demostró su capacidad para influir en políticas que afectan a la profesión contable en un contexto más amplio.
La defensa de los intereses de las pequeñas firmas fue otro frente en el que Peterson desempeñó un papel activo y necesario. A través de testimonios y participaciones en legislaciones estatales clave, abogó por regulaciones que favorecieran a los pequeños profesionales, asegurando que sus voces no se perdieran en discusiones dominadas por grandes firmas o intereses contrapuestos. Esta defensa fue vital para garantizar condiciones más equitativas y un entorno legal favorable para la sostenibilidad y el crecimiento de pequeñas firmas. La AICPA tendrá la tarea crítica de seleccionar un sucesor para continuar el trabajo iniciado por Peterson. Esta responsabilidad no es menor, dado que la pequeña firma requiere una representación que combine la experiencia práctica con la visión estratégica para anticipar y responder a las transformaciones del mercado, la tecnología y las regulaciones.
Las futuras políticas y programas que adopte la AICPA deberán contener la esencia del compromiso que Peterson demostró, para mantener el apoyo sólido y la confianza de las pequeñas firmas. La jubilación de Peterson también coincide con otros cambios dentro de la AICPA, como el nombramiento en octubre de 2024 de Mark Koziel como nuevo CEO. Este contexto indica un proceso de renovación y adaptación de la organización a los nuevos tiempos, con un enfoque posiblemente renovado en fortalecer no solo a las pequeñas firmas, sino también a toda la comunidad contable frente a los retos tecnológicos, económicos y regulatorios que surgen aceleradamente. El impacto de Peterson en el sector de pequeñas firmas va más allá de su gestión administrativa. Su capacidad para comprender a fondo las circunstancias de estos profesionales y trasladar esa realidad a las políticas de una entidad tan influyente como la AICPA ha reforzado la relevancia y la visibilidad de un segmento que podría haberse sentido relegado.
Esta labor contribuye a elevar los estándares profesionales, asegurar derechos y generar recursos que facilitan la práctica eficiente y adaptada a nuevas necesidades. La salida de Peterson representa un momento de reflexión para el sector, pero también una oportunidad para evaluar hacia dónde se dirige la contabilidad en pequeñas firmas. Las organizaciones y profesionales deberán analizar cómo han evolucionado las demandas, cuáles son los nuevos desafíos tecnológicos, como la automatización y el uso de inteligencia artificial, y qué estrategias pueden implementar para mantener competitividad y calidad en sus servicios. Además, el ecosistema global seguirá afectando a la profesión, con regulaciones internacionales, economía globalizada y nuevas formas de trabajo. La figura del vicepresidente para intereses de pequeñas firmas será importante para defender y alinear las prioridades locales con estos cambios globales, brindando apoyo personalizado a despachos con menos recursos pero vitales para la economía.
El reconocimiento público hacia Peterson, expresado por líderes como Susan Coffey, CEO de AICPA en contabilidad pública, es un testimonio sobre la importancia de su trabajo. Su capacidad para conectar con los profesionales y entender sus realidades permitió que las estrategias internas no perdieran de vista lo esencial: el bienestar y el desarrollo de las pequeñas firmas. En un contexto donde las entidades grandes muchas veces dominan el discurso, destacar esta sensibilidad marca una diferencia sustancial. En conclusión, la jubilación de Carl Peterson marcara el cierre de un ciclo con una fuerte influencia en la AICPA y en el sector contable de pequeñas firmas. Su legado será un referente para quienes tomen su lugar, quienes deberán afrontar un sector tan dinámico como exigente.
Para los profesionales y organizaciones que forman parte del mundo de las pequeñas firmas, este momento abre la puerta a nuevas oportunidades para consolidar avances y adaptarse a las nuevas realidades del mercado, impulsando la evolución de la contabilidad hacia un futuro más justo, innovador y colaborativo.