Los mercados bursátiles de Estados Unidos han comenzado el mes de septiembre con un descenso significativo, marcando la caída más aguda desde principios de agosto. La venta masiva de acciones ha sido impulsada principalmente por un enfriamiento de la confianza de los inversores en el sector de los semiconductores, como se evidenció en una jornada en la que el índice S&P 500 disminuyó más del 2% y el Nasdaq Composite reportó una caída superior al 3%. Septiembre es conocido en los círculos financieros como uno de los peores meses para el rendimiento del mercado de valores, y este año no parece ser la excepción. Con el retorno de muchos inversores de sus vacaciones de verano, los datos económicos recientes han contribuido a un ambiente de ventas que ha dejado a muchos analistas y economistas preocupados por el futuro del mercado. Uno de los mayores contribuyentes a esta caída fue Nvidia, el gigante de los semiconductores y un pilar central en la conversación sobre inteligencia artificial (IA).
Nvidia experimentó una caída de casi el 10% en sus acciones, lo que afectó significativamente al índice de chips de Wall Street, que también vio un descenso del 8%. La razón detrás de este colapso se atribuye a una combinación de expectativas no cumplidas y un sentimiento generalizado de cautela entre los inversores. Analistas como Andrew Graham, fundador y socio gerente de Jackson Square Capital en San Francisco, sugirieron que la falta de un repunte en las acciones de Nvidia después de sus informes de ganancias provocó que los inversores decidieran vender. A pesar de haber reportado resultados positivos, la falta de un gran impulso posterior ha llevado a un sentimiento bajista, lo que plantea la pregunta de si nos encontramos en una fase de desilusión en el ciclo de la revolución tecnológica impulsada por la IA. El estratega jefe de SPDR, Michael Arone, agregó que "lo bueno ya no es suficiente" en el contexto de las ganancias de Nvidia.
A medida que las valoraciones alcanzan niveles altos y las tasas de crecimiento comienzan a desacelerarse, los inversores sienten que la inversión en IA, que antes se veía como un camino seguro hacia ingresos y ganancias en alza, podría no culminar en el retorno esperado. De hecho, mientras el S&P 500 se ha apreciado un 20% hasta finales de agosto, muchos están utilizando la actual caída como una excusa para obtener beneficios de las acciones tecnológicas que han visto subidas excesivas. Con el escenario económico marcado por la incertidumbre, la combinación de una desaceleración de las expectativas de crecimiento y la histórica debilidad del mercado durante el mes de septiembre ha llevado a un éxodo de dinero de las acciones tecnológicas hacia otros sectores. Sam Stovall, estratega jefe de inversiones de CFRA en Nueva York, expresó que "es poco probable que haya un solo catalizador que haya provocado la venta"; más bien, los inversores están respondiendo a la estacionalidad y a la percepción de que se avecinan tiempos inciertos. Varios informes de datos económicos han servido para añadir presión al ya frágil estado de ánimo del mercado.
En particular, la última lectura del ISM, que mostró una caída en la actividad manufacturera durante cinco meses consecutivos, generó dudas sobre la salud general de la economía. Analistas como JJ Kinahan, CEO de IG North America, sugirieron que el informe del ISM, que se esperaba que mostrara una ganancia, en realidad generó un clima de incertidumbre que empujó a muchos inversores a deshacerse de acciones. Por su parte, Carol Schleif, CIO de BMO Family Office, señaló que las próximas semanas podrían estar marcadas por una volatilidad aún mayor debido al clima político preelectoral, lo que podría aumentar la preocupación de los inversores que buscan asegurar sus ganancias ante un panorama incierto. La volatilidad es un tema recurrente en años de elecciones, y 2024 no parece ser una excepción. El estratega de ETF Todd Sohn advirtió también sobre la inusual cantidad de dinero que ha fluido hacia fondos de tecnología y semiconductores en los últimos 12 meses, lo que ha creado un exceso de inversiones en estas áreas.
Esto, combinado con la presión de ganancias en aumento, podría generar un reajuste inevitable en el mercado. Según Sohn, muchos inversores comenzaron a preguntarse si la creciente dependencia de la IA y las grandes expectativas asociadas a ella realmente culminarían en un aumento equivalente en ingresos y beneficios. De la misma manera, los mercados pueden estar mirando más allá de las caídas inmediatas para observar cómo la situación económica podría avanzar en el futuro. A pesar de la caída de hoy, nombres como Nvidia, Tesla y Apple continúan dominando las acciones bursátiles debido a su influencia en el mercado. Sin embargo, la creciente presión sobre estas acciones puede resultar en una respuesta más cautelosa en el futuro próximo.
Las preocupaciones sobre la dirección de la economía también se reflejan en el aumento del índice de volatilidad VIX, que subió por encima de 20 puntos. Este indicativo ha dejado en claro que los inversionistas están preocupados, un sentimiento que se reforzó tras un periodo de estabilidad en el que muchos comenzaron a confiar en el crecimiento del mercado. Mientras se desarrollan estas dinámicas, Scott Wren, estratega de mercados globales en Wells Fargo Investment Institute, enfatizó que los mercados ya estaban preocupados por cuán drástico podría ser el desaceleramiento en la economía. Este contexto lleva a muchos a liquidar posiciones en acciones que han experimentado las mayores ganancias en el año, lo que aumenta la posibilidad de un ajuste mayor en el mercado. Con el inicio de este mes, los inversores se encuentran en un estado de espera, evaluando la situación del mercado, las próximas decisiones de la Reserva Federal sobre tasas de interés y la posibilidad de un contexto económico más sombrío.
Callie Cox, estratega jefe de mercados de Ritholtz Wealth Management, subrayó que aunque septiembre suele ser un mes difícil, los inversores no deberían perder la fe en el mercado, aunque sí deberían prepararse para un período potencialmente turbulento. En conclusión, el inicio de septiembre ha traído consigo un cambio de narrativa en el mercado de acciones de Estados Unidos, marcando la pauta para una temporada que podría estar llena de desafíos, incertidumbres y nuevas oportunidades. La capacidad de los inversores para adaptarse y responder a estos cambios será crucial para navegar un otoño que, históricamente, ha presentado sus propias complejidades.