La Comisión de Valores de EE. UU. (SEC) ha tomado medidas drásticas contra TelexFree, acusando a la compañía de orquestar un masivo esquema piramidal que ha defraudado a inversionistas en todo el mundo por un total de, al menos, 1.1 mil millones de dólares. El caso, que ha resonado fuertemente no solo en el ámbito financiero, sino en las comunidades hispanas, especialmente entre inmigrantes dominicanos y brasileños, expone las tácticas engañosas de la compañía y sus promotores.
TelexFree, que se presentaba como un proveedor de servicios de VoIP (voz sobre IP), prometía retornos astronómicos a sus usuarios a cambio de pequeñas inversiones. La SEC sostiene que la compañía no solo ofrecía un producto, sino que incentivaba a sus miembros a reclutar nuevos participantes, classificando sus operaciones más como un esquema Ponzi que un negocio legítimo. La promesa era tentadora: con una inversión de 289 dólares, se podía obtener un retorno anual que supuestamente superaba el 200%. Por otro lado, aquellos que invirtieran 1,375 dólares podrían alcanzar un retorno de más del 250% al ingresar al programa. El funcionamiento de TelexFree era en apariencia sencillo; los participantes debían colocar anuncios en línea y recibir pagos por ello.
Sin embargo, la realidad era mucho más oscura. La SEC indica que, mientras los inversionistas continuaban inscribiéndose cada día, la estructura del sistema colapsaba. En sus informes, afirmaban que TelexFree generó aproximadamente 1.3 millones de dólares en ventas de VoIP entre agosto de 2012 y marzo de 2014, una cifra irrisoria en comparación con el más de 1.1 mil millones acumulados por los participantes.
La SEC acusó a varios directores y promotores de TelexFree, incluyendo a James M. Merrill y Carlos N. Wanzeler, de haber realizado múltiples violaciones a las leyes de valores federales. Estas acusaciones no solo incluyen la falta de transparencia sobre la salud financiera de la empresa, sino también la promoción de información falsa acerca de la experiencia y formación académica de sus líderes. Por ejemplo, James Merrill fue presentado como un graduado de economía cuando, de hecho, solo asistió a la universidad durante dos años antes de abandonar.
El esquema de TelexFree no solo atrajo a miles de inversionistas a nivel mundial, sino que también se benefició de una red de promotores que recibían comisiones exorbitantes por cada nuevo reclutamiento, creando un incentivo adicional para que esparcieran información engañosa. Aquellos que lograban captar nuevos miembros podían recibir bonos de hasta 100 dólares, así como un 2% de todos los pagos hechos a sus reclutados, lo cual alimentaba aún más el ciclo de captación y remuneración. A medida que el escándalo comenzaba a desmoronarse, el gobierno de Massachusetts también se involucró, acusando a TelexFree de ser un esquema piramidal masivo. La compañía presentó una solicitud de quiebra en una corte federal de Nevada, en un intento posiblemente desesperado por proteger sus activos y asegurar alguna forma de recuperación para sus miles de víctimas. Las autoridades afirmaron que la situación de TelexFree es un claro ejemplo de cómo los esquemas piramidales pueden proliferar, especialmente entre comunidades vulnerables que buscan oportunidades de inversión legítimas.
Los métodos de la compañía, que incluían la promoción de "kits publicitarios" que prometían garantías de ingresos sin necesidad de ventas reales, resonaron fuertemente en la comunidad latinoamericana, donde muchos vieron en ella un camino rápido hacia la prosperidad. El impacto de este esquema ha sido devastador. Muchos inversionistas han perdido ahorros de toda una vida, arriesgando la estabilidad financiera de sus familias. La SEC ha señalado que no solo busca sancionar a los responsables de la gestión de TelexFree, sino que también busca recuperar los fondos que fueron defraudados para que puedan ser devueltos a las víctimas. Algunos analistas han comparado el caso de TelexFree con otros fraudes de alto perfil, señalando que estos esquemas tienden a prosperar en momentos de incertidumbre económica, donde la gente está más dispuesta a buscar oportunidades que parecen demasiado buenas para ser ciertas.
La combinación de tecnología moderna, desinformación y la desesperación de los inversionistas ha creado un caldo de cultivo ideal para que tales fraudes florezcan. La SEC ha quedado comprometida en su lucha contra los fraudes en el ámbito de las inversiones, y este caso resalta la importancia de la educación financiera entre las comunidades más afectadas. Expertos advierten sobre la necesidad de ser cautelosos ante inversiones que prometen retornos excesivos sin justificaciones razonables, enfatizando que, si suena demasiado bueno para ser verdad, probablemente lo sea. A medida que TelexFree enfrenta sus días en el tribunal, el llamado a la justicia por parte de las víctimas sigue resonando. La SEC está buscando un alivio permanente, la recuperación de ganancias mal adquiridas y la imposición de sanciones monetarias a los responsables.