En los últimos años, las máquinas de cajero automático de Bitcoin han proliferado en todo Estados Unidos, desde lavanderías hasta tiendas de conveniencia, convirtiéndose en una forma accesible para que muchas personas ingresen al mundo de las criptomonedas. Sin embargo, esta facilidad de acceso también ha dado lugar a un aumento alarmante de estafas relacionadas con estos dispositivos. Según datos recientes, los estadounidenses perdieron más de 65 millones de dólares en el primer semestre de 2024 únicamente por estafas asociadas a los cajeros automáticos de Bitcoin. Este fenómeno ha llamado la atención de organizaciones de protección al consumidor, que advierten que “nadie es inmune” a estos fraudes. La falta de regulaciones adecuadas y una escasa protección al consumidor han convertido a los cajeros automáticos de Bitcoin en un blanco atractivo para los criminales.
Los esquemas de estafa a menudo son complejos y muy bien elaborados. Los estafadores son expertos en manipular emocionalmente a sus víctimas, llevándolas a estados de desesperación que las incapacitan para tomar decisiones racionales. Un ejemplo desgarrador es el de un hombre en el área de Houston que recibió una llamada de un individuo que se hacía pasar por un oficial de la ley. El estafador le dijo que tenía una orden de arresto por no haber presentado su jurado. La única manera de evitar problemas legales era ingresando dinero en un cajero automático de Bitcoin cercano.
Cuando el hombre terminó de depositar, había perdido casi 60,000 dólares. Las máquinas de cajero automático de Bitcoin se han vuelto omnipresentes, con un estimado de 49,000 unidades en diversas ubicaciones comerciales. Estas instalaciones permiten que las personas compren Bitcoin de manera rápida y sin necesidad de tener conocimientos técnicos avanzados. Sin embargo, a diferencia de los cajeros automáticos tradicionales, los cajeros de criptomonedas no permiten retiros. Esto significa que una vez que el dinero es depositado, es prácticamente imposible recuperarlo, ya que los estafadores pueden mover los fondos a cuentas diferentes en cuestión de minutos.
Una de las dificultades para los consumidores es que quienes operan estos cajeros no suelen tener formación adecuada para identificar estafas en curso. A menudo, los empleados de las tiendas donde están ubicados los cajeros automáticos carecen de la capacitación necesaria para intervenir o dar advertencias a posibles víctimas. Esto se complica aún más porque los estafadores a menudo brindan instrucciones precisas a sus víctimas, indicándoles cómo crear nuevas cuentas en línea y en qué dirección enviar el dinero. Además, muchos cajeros automáticos no cuentan con avisos claros sobre las posibles estafas, dejando a los usuarios vulnerables. La Comisión Federal de Comercio (FTC) de Estados Unidos ha estado alertando sobre el aumento de las estafas con cajeros automáticos de Bitcoin, señalando que las pérdidas han aumentado casi diez veces desde 2023.
Según la FTC, el monto medio perdido por víctima es de 10,000 dólares, pero ese número puede ser mucho más alto dependiendo de las circunstancias. El hecho de que las personas mayores de 60 años sean un blanco preferido de estos timadores indica que las estafas son especialmente efectivas a la hora de explotar la vulnerabilidad de los más experimentados. Los expertos en fraude recomiendan que cualquier intento de alguien por hacer que una persona deposite dinero en un cajero automático de Bitcoin debe tomarse como una señal de alerta inmediata. Ya sea que el solicitante se presente como un amigo, un familiar o incluso un funcionario gubernamental, siempre hay que tener cuidado. Algunas estafas comienzan como una relación amistosa o romántica en línea, donde el estafador cultiva la confianza poco a poco, antes de pedir ayuda para resolver una “emergencia” que requiere el uso de un cajero automático de Bitcoin.
Las tácticas de estos criminales son variadas y sofisticadas. A menudo, crean una sensación de urgencia, presionando a sus víctimas para que actúen rápidamente y sin pensar, sugiriendo que su bienestar o incluso su libertad está en juego. La presión psicológica generada por estas interacciones puede llevar a personas que normalmente son cautelosas a tomar decisiones imprudentes. “Si sientes que te están presionando para actuar rápidamente, no importa cuán grave suene la situación, detente y consulta con un amigo o un ser querido”, aconsejan los expertos. Además, los estafadores pueden emplear técnicas avanzadas para hacer que parezcan legítimos, aprovechando la información pública sobre sus víctimas.
Esto incluye datos que pueden obtenerse de violaciones de datos o incluso a través de investigaciones en línea, utilizando estos detalles para intimidar o convencer a sus objetivos. Por ello, los consumidores deben ser extremadamente cautelosos ante cualquier comunicación que implique demandas urgentes de dinero. Las promesas de grandes retornos de inversión también son un método común utilizado por los estafadores de Bitcoin. Las ofertas que garantizan ganancias rápidas y seguras son casi siempre engañosas. Aquellos que deseen involucrarse en inversiones en criptomonedas deben hacerlo con cautela, y solo después de haber realizado una investigación exhaustiva.
La pregunta que muchos se hacen al verse involucrados en estas estafas es si pueden recuperar el dinero perdido. Desafortunadamente, porque las transacciones de criptomonedas son casi imposibles de rastrear una vez que se completa la transición, los fondos requieren un nivel de control y regulación que actualmente no existe. Aunque algunas legislaturas federales podrían cambiar esto en el futuro, por ahora, los estafadores continúan aprovechándose de la inseguridad del sistema. Si alguna vez sospechas que has sido víctima de una estafa relacionada con un cajero automático de Bitcoin, es fundamental que informes de inmediato a tu banco y a las autoridades pertinentes. Hacerlo no solo ayuda a preservar un registro de la estafa, sino que también puede contribuir a que la policía pueda identificar patrones y, con suerte, poner tras las rejas a algunos de estos criminales profesionales.
El panorama de las estafas de criptomonedas es complejo y en constante evolución, pero algunos pasos simples pueden proteger a los consumidores. La educación y la información son nuestras mejores herramientas en esta lucha, y nunca debemos subestimar la astucia de los criminales que constantemente se están adaptando y perfeccionando sus métodos. En un mundo donde la tecnología avanza rápidamente, es crucial mantenerse alerta y siempre escéptico ante ofertas y solicitudes inusuales, especialmente aquellas que involucren nuestras finanzas y activos digitales. La prevención es la mejor defensa.