Moo Deng, la pequeña hipopótamo pigmeo, se ha convertido en la nueva sensación de Tailandia, cautivando a millones de personas en internet desde su llegada al Khao Kheow Open Zoo, ubicado al este de Bangkok. Con tan solo dos meses de vida, esta adorable hipopótamo ha generado un fenómeno viral gracias a sus travesuras y su ternura desbordante, que han conquistado los corazones de los internautas. Sin embargo, su rápido ascenso a la fama no ha ido acompañado solo de admiración; su cuidador expresa una creciente preocupación por los peligros que conlleva la atención masiva que recibe. Desde su nacimiento el 10 de julio, Moo Deng ha sido un verdadero imán para los visitantes. Con sus mejillas rosadas y un carácter juguetón, se ha convertido en el centro de atención de los medios y las redes sociales.
Los cuidadores del zoológico comenzaron a compartir videos y fotos de su vida diaria, mostrando desde sus momentos de juego hasta sus comidas, como devorar uvas frescas. Las imágenes de Moo Deng rodando por el suelo y chapoteando en el agua bajo el cálido sol tailandés han acumulado millones de vistas, con un video especial que muestra a Moo Deng disfrutando de un cariñoso roce en la barbilla que ha alcanzado más de 5.8 millones de visualizaciones en Facebook. El aumento repentino de visitantes es notable; según Narongwit Chodchoy, director del zoológico, la afluencia de público ha aumentado en un 30%. Aunque el zoo celebra el entusiasmo que genera Moo Deng, también enfrenta retos inesperados.
El director ha informado que algunos turistas han cruzado la línea, comportándose de manera inapropiada. Se han registrado incidentes en los que visitantes han arrojado objetos al hipopótamo o incluso han vertido agua sobre ella mientras se encontraba descansando. La fama de Moo Deng ha traído consigo no solo alegría, sino también una responsabilidad adicional para el equipo del zoológico. Narongwit ha hecho un llamado a la consideración de los visitantes, instando a todos a comportarse de manera respetuosa y amable hacia la pequeña estrella. Con la creciente atención, también se han discutido posibles medidas de seguridad, resaltando la necesidad de proteger a Moo Deng de cualquier daño o estrés que dicha fama podría acarrear.
El nombre Moo Deng, que significa "cerdito rebotando" en tailandés, fue elegido a través de una votación en Facebook que atrajo a más de 20,000 participantes. Este curioso nombre no es un caso aislado; otros hipopótamos en el zoológico, como Moo Toon y Moo Warn, también llevan nombres inspirados en la gastronomía tailandesa, reflejando la cultura local de una manera divertida y entrañable. El hipopótamo pigmeo, una especie nativa de África Occidental, se ha vuelto cada vez más vulnerable, con aproximadamente 2,000 ejemplares en libertad, principalmente en Liberia, Sierra Leona, Guinea y Costa de Marfil. La atención que recibe Moo Deng no solo es en razón de su ternura, sino también como un recordatorio de la necesidad de conservar las especies en peligro de extinción. El zoológico, además de entretener, busca educar a sus visitantes sobre la importancia de la conservación y el respeto hacia todas las criaturas.
Narongwit compartió que el mejor momento para ver a Moo Deng en acción es en las primeras horas de la mañana, entre las 8 a.m. y las 9 a.m., cuando los cuidadores preparan su recinto y realizan actividades que llenan de energía a la pequeña.
También es un espectáculo observarla seguir a su madre, Jona, durante la alimentación en las tardes. La inocente dependencia que muestra hacia su madre resalta el vínculo especial que existe entre ellos, y es algo que atrae la atención de las familias que visitan el zoológico. Mientras Moo Deng continúa deslumbrando a su público, su cuidadores permanecen alertas sobre la precariedad de su situación. Aunque más personas visitan el zoológico, creando un aumento en la recaudación, también es vital atender las necesidades emocionales y físicas de la pequeña hipopótamo. La interacción amigable y segura es crucial para su bienestar y desarrollo.
Narongwit ha enfatizado que el zoológico no escatimará esfuerzos para proteger a Moo Deng y está dispuesto a tomar acciones legales contra cualquiera que represente una amenaza para su seguridad. La historia de Moo Deng es un faro de esperanza y un recordatorio de la importancia de vivir en armonía con la naturaleza. Su carisma ha creado una conexión emocional con seguidores de todo el mundo, y su historia nos invita a reflexionar sobre nuestro papel como cuidadores del planeta. En un tiempo donde las redes sociales pueden amplificar el dolor y el conflicto, Moo Deng emerge como un símbolo de alegría que nos recuerda que también hay espacio para la ternura en nuestras vidas diarias. El zoológico tiene planes de seguir promoviendo la conservación y la educación a partir del interés generado por Moo Deng.
Ya se están considerando futuras actividades que involucran a visitantes en iniciativas de conservación y en el aprendizaje sobre la vida silvestre. La estrella del hipopótamo pigmeo podría ser la clave para inspirar una nueva generación de defensores de la vida silvestre, creando conciencia sobre la importancia de proteger a los animales en peligro y su hábitat. Moo Deng ha capturado la atención no solo de los tailandeses, sino de miles de personas alrededor del mundo que siguen su historia a través de las redes sociales. La esperanza es que esta chispa de interés por ella vele por su bienestar y, en un sentido más amplio, por la conservación de especies vulnerables. La pequeña hipopótamo pigmeo es más que un fenómeno viral; es un recordatorio de nuestra responsabilidad por la naturaleza y un llamado a actuar en su defensa.
A medida que la fama de Moo Deng sigue creciendo, también lo hace la necesidad de educar y fomentar un comportamiento responsable en los visitantes. Su historia apenas comienza, y todos, desde cuidadores hasta admiradores, tienen un papel vital que desempeñar en la búsqueda de un futuro donde la vida silvestre y las personas puedan coexistir pacíficamente. Con su gracia y encanto, Moo Deng está demostrando que incluso en el mundo digital, hay espacio para la inocencia y las riquezas de la naturaleza.