En los últimos años, la industria de las criptomonedas ha emergido como una de las fuerzas más influyentes en la política de Estados Unidos, y Arizona no es una excepción. A medida que las elecciones para el Senado y la Cámara de Representantes se acercan, los candidatos en el estado han comenzado a recibir sumas significativas de dinero de grupos que apoyan las criptomonedas. Estos fondos no solo están moldeando la narrativa política, sino que también están evidenciando un cambio en cómo se perciben las criptomonedas en el panorama político. Según datos de la Comisión Federal de Elecciones, dos organizaciones que abogan por la creciente industria de las criptomonedas han gastado aproximadamente 5.9 millones de dólares en sus esfuerzos por influir en las carreras federales en Arizona.
Esta cifra representa alrededor de un sexto del total de los grandes gastos de “expenditures” independientes en lo que va del año. Las entidades que realizan estos gastos pueden apoyar a los candidatos sin coordinarse formalmente con ellos, lo que les permite inyectar grandes sumas de dinero sin las restricciones habituales de las contribuciones directas. El objetivo de los defensores de las criptomonedas es claro: quieren desplazar el centro gravitacional de la política estadounidense, alejándose de los escépticos que consideran la tecnología como un riesgo para la seguridad financiera y el bienestar de los consumidores, y acercándose a aquellos que ven a las criptomonedas como una herramienta que podría democratizar el acceso a los mercados financieros y fortalecer el dólar estadounidense. Este cambio de perspectiva es particularmente evidente en un contexto donde las posiciones sobre las criptomonedas en el Partido Demócrata son variadas, mientras que los republicanos han adoptado casi universalmente una postura pro-cripto. La postura política sobre las criptomonedas parece estar afectando a muchos candidatos en carreras sumamente competitivas.
Un ejemplo notable es el congresista demócrata Rubén Gallego, quien previamente criticó la industria de las criptomonedas en el pasado, pero que, tras recibir alrededor de 3 millones de dólares en apoyo de grupos pro-cripto, ha modificado su discurso. Gallego, quien se postula para el Senado contra la republicana Kari Lake, ha comenzado a abogar por un entorno regulador más favorable para las criptomonedas, argumentando que se debe fomentar el crecimiento de este sector por razones económicas y de seguridad nacional. Este cambio en el discurso de los candidatos no es aislado. En muchos casos, los políticos que antes luchaban contra las criptomonedas están comenzando a suavizar sus posturas. Incluso aquellos que no han recibido fondos directamente de la industria se ven obligados a adaptar su retórica en medio de la creciente influencia del dinero criptográfico en la política.
La reciente campaña de Yassamin Ansari, exvicealcaldesa de Phoenix y candidata demócrata en el distrito 3 de la ciudad, es un ejemplo de cómo el apoyo financiero ha podido dictar cambios en las posiciones políticas. Ansari recibió 1.3 millones de dólares de la organización Protect Progress, un grupo que apoya a los demócratas pro-cripto, y ganó su carrera por un estrecho margen de 39 votos. Su victoria es vista como un triunfo significativo por parte de los defensores de las criptomonedas, quienes creen que su ascenso al cargo ayudará a establecer un entorno más amigable para la innovación y el desarrollo de esta nueva tecnología en Arizona. Sin embargo, la relación entre la criptomoneda y la política en Arizona no ha sido completamente positiva para la industria.
A pesar de los grandes gastos en campañas, no todos los candidatos respaldados por grupos pro-cripto han logrado éxito. Por ejemplo, el grupo Defend American Jobs, que apoya a los republicanos, gastó 583,000 dólares en la campaña del capitalista de riesgo Blake Masters, quien terminó en segundo lugar en la primaria de la GOP en el Valle Oeste. Similarmente, Protect Progress invirtió 415,000 dólares en la candidatura de Andrei Cherny, quien se postulaba en el primer distrito congresional del área de Scottsdale y perdió ante un candidato que, irónicamente, recibió una evaluación negativa de la industria cripto. La dinámica en torno a las criptomonedas, sin embargo, está cambiando rápidamente, incluso en un entorno donde la preocupación por las estafas relacionadas con este tipo de monedas ha aumentado. Un reciente informe del FBI reveló que los estadounidenses perdieron más de 5 mil millones de dólares en estafas relacionadas con criptomonedas solo en el año 2023.
Este panorama lleno de riesgos sugiere que, a pesar del apoyo financiero a ciertos candidatos, la industria enfrenta un desafío constante en la construcción de una confianza pública adecuada. Con las elecciones a la vuelta de la esquina, las criptomonedas se han convertido en un tema caliente de debate entre los votantes, aunque la mayoría aún no entiende completamente las implicaciones de esta tecnología. A medida que los grupos pro-cripto continúan invirtiendo en campañas, queda por ver si realmente podrán cambiar la percepción pública y política en relación a las criptomonedas, o si la resistencia persistente provocará una respuesta reactiva que limite su crecimiento en el futuro. El hecho de que los candidatos comiencen a alinearse más estrechamente con los intereses de la industria cripto podría ser un indicativo de que la presión política ejerce una influencia mayor que la propia comprensión del público sobre lo que significa realmente el uso de criptomonedas. Las elecciones en Arizona ofrecen una microcosmos de un caso de mayor alcance a nivel nacional donde el dinero y la política se entrelazan, afectando potencialmente el futuro de la regulación y adopción de este tipo de activos financieros.
En resumen, mientras que Arizona se encuentra en el epicentro de esta lucha por el alma de la política pro-cripto, los candidatos están tomando nota. A medida que la industria continúa invirtiendo en campañas, la forma en que las criptomonedas serán percibidas por el público, y su impacto en la política y las elecciones futuras, serán cuestiones cruciales que definirán el futuro del panorama político no solo en el estado, sino en todo el país. La llegada del dinero de las criptomonedas a la política es un desarrollo significativo que plantea más preguntas que respuestas y que, sin duda, merecerá ser seguido de cerca en los próximos años.