En un movimiento que busca fortalecer la economía y apoyar a los segmentos más vulnerables de la población, el gobierno tailandés ha puesto en marcha un ambicioso esquema de entrega de dinero digital que promete inyectar miles de millones de baht en la economía nacional. Sin embargo, un alto funcionario del Ministerio de Finanzas ha indicado que se espera que menos de 40 millones de personas se unan a esta iniciativa. Según Lavaron Sangsnit, secretario permanente del Ministerio de Finanzas, la primera fase del programa comenzará el 25 de septiembre y está diseñada para beneficiar a 14.5 millones de ciudadanos en situación vulnerable. La propuesta incluye la entrega de 450 mil millones de baht, equivalentes a aproximadamente 13.
6 mil millones de dólares, a 45 millones de personas. Cada beneficiario recibirá 10,000 baht, aproximadamente 300 dólares, que deberán ser utilizados en sus localidades dentro de un plazo de seis meses. Este ambicioso plan se enmarca dentro de una estrategia más amplia del gobierno para estimular la economía tailandesa, que ha enfrentado retos significativos en las últimas décadas, exacerbados por la pandemia de COVID-19. Durante este periodo, muchos tailandeses han enfrentado dificultades económicas, lo que ha llevado al gobierno a buscar soluciones innovadoras para abordar esta crisis. El uso de un sistema de billetera digital es una de las medidas más recientes para facilitar el acceso a fondos y fomentar el consumo local.
Sin embargo, el desafío es considerable. Hasta ahora, aproximadamente 36 millones de personas han registrado su interés en participar en el programa, lo que sugiere que puede haber una solapación con los grupos más vulnerables, quienes son el principal objetivo de la primera fase del proyecto. Sangsnit también mencionó que alrededor de 3 millones de personas en Tailandia no poseen teléfonos inteligentes, lo que podría limitar aún más la participación en este sistema digital. El hecho de que el gobierno espera que la participación no alcance los 40 millones de personas señala una posible restricción en el alcance del programa. Sangsnit indicó que, aunque la cifra estimada de participantes es inferior a lo esperado, esta situación podría facilitar una gestión presupuestaria más flexible.
No obstante, la gestión cuidadosa de estos fondos será crucial para el éxito del plan. La estrategia de Tailandia se alinea con tendencias observadas en otros países que han implementado esquemas de ayuda similar para mitigar el impacto económico de la pandemia. Por ejemplo, varios gobiernos en todo el mundo han optado por ofrecer transferencias monetarias directas, así como asistencia en la forma de becas y subsidios, para aliviar la carga de las comunidades de bajos ingresos. Estos esfuerzos tienen como finalidad no solo brindar un alivio inmediato, sino también estimular el consumo interno, un factor vital para la recuperación económica. El esquema de billetera digital también refleja un cambio hacia la digitalización en la administración pública tailandesa, lo que podría tener beneficios a largo plazo.
La digitalización de servicios y pagos puede simplificar procesos, reducir costos y mejorar la eficiencia en la distribución de ayudas. Además, podría fomentar una mayor inclusión financiera al ofrecer a las personas acceso más fácil a servicios bancarios y pólizas. Sin embargo, el camino hacia la implementación efectiva de este programa no está exento de desafíos. Aparte de los problemas de acceso a la tecnología, el gobierno debe asegurarse de que la información sobre el programa llegue a todos los rincones del país, incluyendo áreas rurales donde la conectividad digital puede ser limitada. También es crucial ofrecer orientación clara sobre cómo utilizar la billetera digital para evitar confusiones entre los beneficiarios.
La expectativa de que no se alcance la meta inicial de 40 millones de participantes podría derivarse de la falta de confianza en estos programas, especialmente entre los grupos más vulnerables que pueden haber tenido experiencias negativas con esquemas anteriores o que se sientan desinformados sobre el nuevo sistema. Para abordar estas preocupaciones, el gobierno deberá desarrollar campañas de comunicación efectivas que eduquen al público sobre los beneficios y el funcionamiento del programa. Es evidente que el éxito de esta iniciativa dependerá no solo de la cantidad de personas que se registren para participar, sino también de su capacidad para utilizar los fondos de manera eficaz. Por lo tanto, se debe poner énfasis en informar a los beneficiarios sobre cómo gastar el dinero en sus economías locales, lo que podría fomentar un ciclo positivo de consumo y ayudar a las pequeñas empresas y comerciantes. El enfoque del gobierno tailandés de priorizar a las personas en situación vulnerable es un paso en la dirección correcta, ya que busca aliviar las presiones económicas que muchos han enfrentado en tiempos recientes.
