La situación del ejecutivo de Binance, Tigran Gambaryan, quien se encuentra detenido en Nigeria, ha llamado la atención de los medios y de la opinión pública, especialmente después de que su familia y su equipo legal afirmaran que su estado de salud se estaba deteriorando rápidamente. Sin embargo, la Comisión de Crímenes Económicos y Financieros (EFCC) ha salido al paso de estas afirmaciones, argumentando que la salud de Gambaryan no es tan grave como se ha presentado. Gambaryan enfrenta serias acusaciones de lavado de dinero en Nigeria, un país que ha intensificado sus esfuerzos para combatir el crimen financiero. Su detención ha sido objeto de un fuerte escrutinio, ya que los documentos legales y las declaraciones de su familia sugieren que su salud se ha visto gravemente afectada por su estancia en prisión. En particular, su familia declaró que Gambaryan "ya no puede caminar" debido a problemas relacionados con un disco herniado.
La discusión sobre la condición de salud de Gambaryan se llevó a cabo en el Tribunal Federal de Abuja, donde su abogado, Mark Mordi, solicitó la liberación de su cliente para que pudiera recibir atención médica adecuada. Mordi argumentó que la situación de salud de Gambaryan estaba en peligro y que, debido a una serie de complicaciones, su bienestar físico había empeorado. Según el abogado, la solicitud de libertad condicional fue presentada el 28 de agosto de 2024, y pidió al tribunal que la revisara de inmediato, ya que aún no se había proporcionado el informe médico que el tribunal había solicitado. En respuesta, el abogado de la EFCC, Ekene Iheanacho, aseguró al juez Emeka Nwite que la condición médica de Gambaryan no era tan seria como lo afirmaba su defensa. Iheanacho presentó una contraparte al pedido de libertad condicional y aseguró que había revisado los registros médicos de Gambaryan, que indicaban que aunque tiene un historial de problemas de disco, su estado no era crítico según lo que se había comunicado.
Según Iheanacho, las autoridades nigerianas han estado proporcionando atención médica regular a Gambaryan, llevándolo a diversos hospitales para asegurarse de que reciba el trato necesario. Además, el abogado del EFCC mencionó que los funcionarios de la prisión informaron que Gambaryan es capaz de caminar dentro del complejo penitenciario, lo que contradice las afirmaciones de su defensa. Gambaryan, al ser interrogado en la corte, confirmó que había estado padeciendo de su condición durante 12 años, pero enfatizó que el hecho de no recibir tratamiento adecuado durante su tiempo en prisión había agravado su estado, lo que había llevado a un daño permanente en los nervios. En una declaración emocional, expresó su frustración al afirmar que había estado quejándose de su situación durante un tiempo considerable y que las acciones para tratar su salud no se habían realizado adecuadamente. La corte adjournó la audiencia y programó una nueva fecha para el 4 de septiembre.
Este caso ha suscitado un intenso debate sobre la calidad del cuidado médico proporcionado a los prisioneros en Nigeria y plantea preguntas sobre cómo se tratan los derechos humanos en el contexto del sistema judicial del país. La defensa de Gambaryan ha calificado de “desafortunado” que una situación así se esté produciendo en Nigeria, sugiriendo que la atención médica en las prisiones podría no ser suficiente para los reos que padecen problemas de salud. El caso de Gambaryan se produce en un momento en que Nigeria, como muchos países, se enfrenta a crecientes críticas por la manera en que maneja los casos de crimen financiero y la protección de los derechos de los detenidos. La atención internacional se ha centrado no solo en la situación particular de Gambaryan, sino también en cómo el sistema judicial nigeriano está estructurado para tratar a los casos de este tipo. Las acusaciones de lavado de dinero son serias y la presión sobre la EFCC para actuar contra delitos financieros es mayor que nunca.
Sin embargo, el caso destaca la delgada línea que existe entre la necesidad de hacer justicia y garantizar el bienestar de los individuos bajo custodia. La detención de ejecutivos de alto perfil como Gambaryan también pone de relieve la creciente importancia de los servicios de criptomonedas y su regulación en todo el mundo. Mientras la defensa de Gambaryan continúa argumentando que su salud está en riesgo, la EFCC defiende su postura, respaldada por informes médicos que, según dicen, reflejan un estado de salud no tan crítico. Este tira y afloja legal está destinado a continuar, a medida que ambas partes luchan por la opinión pública en este caso, que ha captado el interés de muchos en el ámbito financiero y legal. El caso también plantea la cuestión de la transparencia en el manejo de la salud y bienestar de los reclusos.