DHL Supply Chain ha confirmado el cierre de su almacén ubicado en Ontario, California, y el despido de 346 trabajadores, un movimiento que marcará una reestructuración importante dentro del sector logístico en el sur de California. La compañía, conocida a nivel mundial por su administración de almacenes, transporte de carga y cumplimiento de comercio electrónico, ha decidido cesar sus operaciones en esta instalación para finales de agosto de 2025 tras recibir la información de que uno de sus clientes trasladará parte de sus operaciones de distribución a otra ubicación. Esta notificación fue formalizada mediante un aviso presentado ante el Departamento de Desarrollo Laboral del estado de California, hecho que genera un impacto considerable no solo en la fuerza laboral local, sino también en el ecosistema de la logística y el comercio electrónico de la región. El almacén en Ontario, hasta ahora un centro clave para operaciones de almacenamiento y distribución, especialmente para el comercio electrónico, ha servido como un nodo fundamental para la gestión eficiente de pedidos y envíos. Sin embargo, la decisión de DHL de proceder con el cierre responde directamente a la reubicación de un cliente que prefiere mover sus operaciones a otras instalaciones posiblemente para optimizar costos, mejorar procesos o acercarse a mercados específicos.
Por razones contractuales y de confidencialidad, DHL no ha revelado públicamente la identidad del cliente ni los motivos exactos detrás de su decisión de traslado. Entre los empleos afectados se incluyen 222 puestos de “order filler pickers”, un claro indicativo de la naturaleza de la instalación como un centro de cumplimiento de comercio electrónico dedicado a la selección y preparación de pedidos para retailers. La pérdida de estos puestos refleja cómo las decisiones estratégicas de las grandes empresas pueden influir directamente en el tejido laboral regional, con consecuencias significativas para las familias y comunidades donde se encuentran los trabajadores afectados. Este acontecimiento también se da en un contexto más amplio de transformaciones en la industria logística y de distribución. Compañías como UPS están implementando estrategias agresivas de consolidación y automatización, cerrando múltiples centros de distribución en diversas partes de Estados Unidos con el objetivo de optimizar su red de entrega y adaptarse a las nuevas demandas del mercado.
En particular, UPS anunció el cierre de su instalación de paquetes en Holmen, Wisconsin, y el despido de 42 empleados, como parte de un plan a varios años para cerrar y consolidar hasta 164 instalaciones en un periodo de 18 meses. El cierre del almacén de DHL en el sur de California debe entenderse dentro de estas dinámicas de cambio estructural en el sector. La integración tecnológica, la automatización y la necesidad de mayor eficiencia operativa están impulsando a la industria a revisitar la ubicación y operación de sus centros logísticos. A medida que el comercio electrónico sigue creciendo con fuerza, la presión por reducir costos y acelerar la entrega está cambiando el mapa logístico tradicional. Para los trabajadores, el cierre representa un desafío inmediato en términos de estabilidad laboral y potencial desplazamiento.
La ley de Notificación de Ajuste y Recapacitación Laboral (WARN, por sus siglas en inglés) obliga a la empresa a informar con anticipación sobre las terminaciones masivas, lo que permite a los empleados, sindicatos y autoridades locales prepararse para las consecuencias y buscar alternativas como la recapacitación profesional o la búsqueda de nuevos empleos. Sin embargo, la magnitud del despido y la rapidez con la que se ejecutará el cierre plantea un panorama difícil para gran parte de la mano de obra involucrada. A nivel regional, Ontario ha sido un punto estratégico para la logística y el transporte en el sur de California, dada su proximidad a Los Ángeles y el importante número de rutas y conexiones que facilitan la distribución de mercancías en la costa oeste y el interior del país. La pérdida de un centro de estas características puede generar impactos secundarios, como la disminución de la actividad económica directa e indirecta vinculada, incluyendo servicios de transporte, mantenimiento, proveedores locales y más. No obstante, estos cambios también pueden abrir la puerta a nuevas oportunidades.
Las industrias logísticas y de comercio electrónico se encuentran en constante evolución, impulsadas por innovaciones tecnológicas y transformaciones en los hábitos de consumo. La demanda de eficiencia en las entregas ha incrementado el interés en centros automatizados y el acercamiento a consumidores finales mediante micro-almacenes o centros de distribución urbanos. En este sentido, la reubicación de operaciones que motivó el cierre en Ontario podría en parte obedecer a estas tendencias, priorizando instalaciones con tecnologías avanzadas o ubicaciones más estratégicas para la cobertura del mercado. Las empresas deben equilibrar la necesidad de competitividad y optimización económica con la responsabilidad social que implica el manejo de su fuerza laboral. El sector logístico, siendo un pilar para el comercio y la economía, enfrenta el reto de mantenerse ágil y rentable sin descuidar el bienestar y desarrollo profesional de sus empleados.
Este cierre se suma a un panorama en el que la automatización, la digitalización y la globalización continúan transformando la manera en que las mercancías se almacenan, gestionan y entregan. La tendencia hacia la reducción de centros logísticos menos eficientes y el aumento de aquellos con mejores capacidades tecnológicas caracteriza el movimiento actual en la logística mundial. Finalmente, aunque el cierre afectará directamente a cientos de trabajadores, también es una señal de la adaptación necesaria de las empresas ante un mercado que demanda rapidez, precisión y costos optimizados. La dinámica del comercio electrónico no solo cambia la experiencia del consumidor, sino que también redefine la configuración física de la cadena de suministro y los espacios logísticos en los que descansan las operaciones. El caso de DHL en Ontario es un ejemplo palpable de estas transformaciones, donde decisiones estratégicas, aunque difíciles para los afectados, se desarrollan en un marco más amplio de innovación y competencia en la industria.
Será fundamental observar cómo las autoridades locales, las empresas y la sociedad en general responden para mitigar los impactos negativos y aprovechar las oportunidades que emergen en este ecosistema en constante evolución.