Flappy Bird, el icónico juego que revolucionó los dispositivos móviles hace más de una década, está de regreso en una nueva versión que se adentra en el mundo de las criptomonedas, aunque ha dejado claro que se mantendrá alejado de los polémicos tokens no fungibles (NFTs). Este anuncio ha causado una gran expectación entre los fans del juego, así como en la comunidad cripto. El juego original, lanzado en mayo de 2013 por el desarrollador vietnamita Dong Nguyen, se convirtió rápidamente en un fenómeno viral. Su sencilla jugabilidad, donde los usuarios guiaban a un pequeño pájaro a través de una serie de obstáculos —tuberías verdes— mediante toques en la pantalla, desató una locura que llevó a Dong a retirar el juego en 2014 por considerarlo adictivo. Desde entonces, Flappy Bird ha permanecido en la memoria colectiva como uno de los ejemplos más representativos de los juegos móviles.
En una reciente entrevista con Cointelegraph, un portavoz de la Flappy Bird Foundation confirmó que la nueva versión del juego, lanzada como una aplicación mini en Telegram el 16 de septiembre de 2024, contará con integraciones de Web3. Esto significa que los jugadores podrán optar por utilizar funciones relacionadas con la tecnología blockchain, pero lo más importante es que no habrá lugar para los NFTs en este retorno del juego. “Flappy Bird nunca tendrá NFTs,” reiteró el portavoz, subrayando que la esencia del juego permanecerá intacta y accesible para todos. La decisión de no incluir NFTs puede parecer sorprendente, dado el auge de estos activos digitales en el mundo del entretenimiento y los videojuegos. Sin embargo, muchos en la comunidad de jugadores han expresado su descontento con la introducción de elementos cripto en sus juegos favoritos, citando preocupaciones sobre la monetización excesiva y el potencial de exclusión que pueden conllevar las NFTs.
En este contexto, la postura de Flappy Bird de evitar este tipo de funcionalidad ha sido vista como una decisión acertada. La Flappy Bird Foundation también aclaró que los nuevos lanzamientos del juego no requerirán una billetera de criptomonedas para jugar. Esta es una ventaja significativa para los usuarios que se sienten intimidados por la tecnología cripto o que no están familiarizados con ella. Los desarrolladores han prometido que todas las versiones de Flappy Bird seguirán siendo 100% gratuitas, centrándose en sus ingresos a través de transacciones dentro de la aplicación, como la compra de energía adicional y artículos que cambian la física del vuelo. El nuevo modelo de juego incluye un innovador sistema de “flap-to-earn”, que recompensa a los jugadores por participar activamente, así como también ofrece la posibilidad de obtener recompensas en la forma de bonificaciones o multiplicadores al ver anuncios, aunque ver dichos anuncios será completamente opcional.
Esto promete mantener el flujo de ingresos necesario para la sostenibilidad del juego, al tiempo que permite a los jugadores disfrutar de la experiencia sin estar obligados a gastar dinero. Un elemento intrigante asociado con el lanzamiento de esta nueva versión fue la mención de un token llamado “$FLAP”. Sin embargo, el portavoz de la fundación aclaró que, aunque se están evaluando características que permitan la integración con blockchain, cualquier funcionalidad relacionada con criptomonedas se implementará a través de The Open Network (TON), la blockchain vinculada a Telegram, en lugar de asumir riesgos innecesarios en otras plataformas. Esto significa que aunque habrá elementos de juego que puedan interactuar con criptos, el enfoque se mantendrá dentro de un marco seguro y accesible para todos. Otro punto destacado en la historia de esta nueva entrega es la distancia que ha tomado el creador original, Dong Nguyen, quien ha dejado en claro que no apoya la incorporación de elementos criptográficos en el juego.
Esto es especialmente notable dado que Nguyen había retirado el juego original alegando que había generado una dependencia negativa. Su ausencia en el proceso creativo de la nueva versión podría abrir el camino a un enfoque diferente que priorice la diversión y la accesibilidad sobre el lucro. La revivificación del juego ha sido un tema candente en las redes sociales, y muchos aficionados han comenzado a especular sobre las posibilidades de una colaboración futura en el espacio de los juegos impulsados por blockchain. Aun así, la Flappy Bird Foundation se ha mantenido firme en su compromiso de que las experiencias de juego no se vean empañadas por la especulación de la criptoinversion. La historia de Flappy Bird está marcada por la fascinación del público y por las controversias que rodean su éxito.
Desde su ascenso meteórico hasta su precipitado descenso, Flappy Bird se ha convertido en un referente cultural. Ahora, con su regreso al mercado, los desarrolladores están buscando una manera de equilibrar la nostalgia de los jugadores veteranos mientras se conectan con una nueva generación ansiosa por explorar nuevas tecnologías. En un mundo donde la interacción social, la diversión y el entretenimiento digital están en constante evolución, Flappy Bird enfrenta el reto de modernizarse sin perder su esencia. La promesa de un nuevo juego que mantiene la jugabilidad intuitiva del original, combinada con las opciones que brinda la Web3, crea un gran potencial para revivir el interés por el clásico. La creación de Flappy Bird como una aplicación en Telegram indica una clara intención de aprovechar las plataformas de comunicación existentes y hacer que el juego sea accesible en una amplia variedad de dispositivos.
Esto puede abrir nuevas puertas tanto para nuevos jugadores como para aquellos que experimentaron la fiebre original y están listos para una segunda oportunidad. En conclusión, aunque Flappy Bird ha elegido no participar en el bullicioso mundo de las NFTs, su enfoque estratégico hacia una experiencia de videojuego más inclusiva y centrada en el usuario parece posicionarlo favorablemente para captar el interés de una comunidad diversa. Con una mezcla de nostalgia y modernidad, Flappy Bird está listo para volar alto una vez más, esta vez en un cielo digital que promete ser igual de emocionante y menos controvertido.