En el dinámico mundo de la tecnología, especialmente en el ámbito de la inteligencia artificial (IA) y la computación en la nube, dos gigantes se destacan de manera notable: Microsoft y Oracle. Ambas empresas han estado en una intensa carrera para capturar la creciente demanda de servicios en la nube potenciados por la IA. A medida que el mercado global de infraestructura en la nube se prepara para alcanzar cifras que superan los 2 billones de dólares para 2030, surge la pregunta: ¿cuál de estas dos compañías ofrece la mejor oportunidad de inversión en este campo en auge? Microsoft ha logrado establecerse como un pionero en el ámbito de la IA, en gran parte gracias a su asociación estratégica con OpenAI, creador de ChatGPT. Esta colaboración le ha permitido incorporar herramientas enfocadas en IA en una variedad de sus productos, incluyendo Azure Cloud, Windows y Microsoft 365. La empresa ha experimentado un crecimiento notable en su oferta de servicios de IA.
Un ejemplo destacado es Microsoft Copilot, un asistente de IA que ha ganado una tracción impresionante. Durante la última conferencia de resultados, el CEO Satya Nadella reveló que más de 77,000 usuarios empresariales han adoptado este sistema en la plataforma GitHub, lo que representa un aumento del 180% en comparación con el año anterior. Además, Copilot ha contribuido con más del 40% del crecimiento de los ingresos de GitHub en el año fiscal 2024. Por otro lado, Oracle, aunque ha sido tradicionalmente vista como un jugador más lento en la escena de la IA, ha dado pasos significativos en la última década. La compañía ha intensificado sus esfuerzos para capitalizar el crecimiento del mercado de infraestructura en la nube.
Durante el primer trimestre de su año fiscal 2025, Oracle reportó un aumento del 45% en sus ingresos por infraestructura en la nube, alcanzando los 2.2 mil millones de dólares. La demanda por sus servicios ha ido en aumento, y su capacidad de infraestructura como servicio está diseñada para satisfacer esa necesidad creciente. Oracle está proyectando un crecimiento robusto en los próximos años, con proyecciones que sugieren ingresos de al menos 104 mil millones de dólares para el año fiscal 2029. El crecimiento de Microsoft en el ámbito de la IA también se refleja en su negocio de computación en la nube.
La compañía reportó que 60,000 clientes utilizan su servicio de IA en la nube, con un incremento del 60% respecto al año anterior. Este crecimiento ha tenido un impacto significativo en los ingresos de Azure, que aumentaron un 30% en comparación con el año anterior, con un 8% de ese crecimiento atribuido a servicios de IA. Con una participación de mercado del 20%, Microsoft está bien posicionada para beneficiarse de la creciente adopción de servicios de IA en la nube. Sin embargo, es importante mencionar que Oracle no se queda atrás. La compañía ha experimentado un aumento del 80% en sus obligaciones restantes de rendimiento (RPO) en el último trimestre, lo que refleja la sólida demanda por sus servicios en la nube.
Con un plan para duplicar sus gastos de capital a 15 mil millones de dólares en el año fiscal 2025, Oracle está posicionándose para satisfacer la creciente demanda de su arquitectura en la nube, especialmente para modelos de IA. Las proyecciones de Oracle que sugieren un crecimiento de ingresos del 12% para el año fiscal 2026 indican que la compañía está lista para convertir su sólido pipeline de ingresos en resultados tangibles. La evaluación de las dos compañías también es un factor crucial a considerar al decidir dónde invertir. Actualmente, Microsoft tiene un índice de precios sobre ganancias (P/E) más bajo en comparación con Oracle, lo que podría hacerla parecer una opción más atractiva a un vistazo superficial. No obstante, el múltiplo de ganancias futuro de Oracle es significativamente más bajo que el de Microsoft, sugiriendo un potencial de crecimiento más sólido para el futuro.
Además, cuando se considera la relación precio/ganancias sobre crecimiento (PEG), Oracle se muestra como una opción más atractiva al tener un ratio inferior a 1, lo que indica que la acción está subvalorada en relación con su proyección de crecimiento. Ambas empresas tienen una fuerte presencia en el ecosistema de IA y computación en la nube, pero sus trayectorias son diferentes. Microsoft está experimentando un ritmo de crecimiento más rápido en este momento, impulsado por sus innovaciones y la adopción de su tecnología en varios sectores. Por el contrario, Oracle, aunque actualmente está creciendo a un ritmo más lento, tiene un innovador plan de crecimiento a largo plazo que podría superarla en los próximos años. La pregunta crucial que se plantean los inversores es qué empresa tiene el mejor futuro.
Si bien Microsoft ha sabido capitalizar su posición inicial y ha demostrado un crecimiento robusto en su base de clientes y sus productos, Oracle, con su sólido plan de expansión y sus proyecciones de crecimiento, podría representar una oportunidad más segura a largo plazo con su enfoque en aumentar la capacidad de infraestructura para satisfacer la demanda de IA. Los inversores deben valorar su apetito por el riesgo y sus preferencias de inversión. Microsoft podría ser adecuada para aquellos que buscan crecimiento inmediato y están dispuestos a asumir un riesgo moderado. Por otro lado, Oracle podría ser la opción ideal para los inversores que buscan una inversión a largo plazo en una compañía con un plan de crecimiento claro y sostenible en el altamente competitivo terreno de la inteligencia artificial y la computación en la nube. En conclusión, tanto Microsoft como Oracle tienen sus méritos y desventajas en la carrera por liderar el mercado de la inteligencia artificial y la computación en la nube.
La decisión de inversión dependerá de los objetivos a corto y largo plazo del inversor, así como de su evaluación del análisis fundamental y técnico de cada empresa. Con el auge de la IA y la computación en la nube, el futuro se presenta brillante para ambas compañías: el desafío será determinar cuál de ellas se alzará como la mejor en términos de rendimiento y éxito sostenido en el mercado.