En un entorno político cada vez más polarizado, un reciente estudio ha revelado una tendencia interesante que podría influir en las próximas elecciones estadounidenses: los propietarios de criptomonedas tienden a favorecer al expresidente Donald Trump, mientras que aquellos que no poseen activos digitales muestran una clara preferencia por la vicepresidenta Kamala Harris. Este hallazgo proviene de una encuesta realizada por la Universidad Fairleigh Dickinson (FDU), que ha arrojado luz sobre la relación entre la propiedad de criptomonedas y las inclinaciones políticas de los votantes. Según la encuesta, aproximadamente uno de cada siete votantes afirma poseer algún tipo de criptomoneda. Entre ellos, el 50% manifestó su apoyo a Trump, quien ha emergido como un defensor vocal de las criptomonedas en los últimos tiempos. En contrapartida, solo el 38% de los propietarios de criptomonedas declaró respaldar a Harris.
Esta disonancia se amplía aún más al observar la opinión de quienes no poseen criptomonedas: el 53% de este grupo apoya a Harris, frente al 41% que se inclina por Trump. Los resultados revelados por el estudio no solo muestran un claro contraste entre los diferentes grupos de votantes, sino que también destacan una significativa disparidad de género en la propiedad de criptomonedas. Los hombres son más del doble de propensos que las mujeres a invertir en activos digitales. Este fenómeno puede ser interpretado como un reflejo de un cambio cultural en las expectativas en torno a la masculinidad y el éxito financiero. El profesor Dan Cassino, director ejecutivo de la encuesta FDU, argumenta que para muchos hombres jóvenes, las criptomonedas representan una vía para alcanzar el éxito financiero y la sofisticación tecnológica que la sociedad espera de ellos.
“El cripto es visto como un camino para que los jóvenes logren lo que la sociedad demanda: hacer dinero, ser proveedores y navegar en el complejo mundo de las finanzas y la tecnología”, escribió Cassino en un análisis reciente publicado en el Washington Post. Sistema educativo y trabajo duro son algunas de las vías tradicionales que muchos hombres consideran como caminos hacia la prosperidad, pero el ascenso de las criptomonedas ha ofrecido una alternativa que parece más accesible y emocionante, aunque también arriesgada. A pesar de que el potencial de ganancias financieras significativas a menudo se ve sobreestimado, un gran número de personas perciben las criptomonedas como un medio para lograr lo que antes consideraban fuera de su alcance. La encuesta también profundizó en las percepciones de masculinidad entre los hombres encuestados. Curiosamente, los hombres que se identifican como “completamente masculinos” suelen ser menos propensos a poseer criptomonedas.
Sin embargo, se observó una tendencia inesperada entre aquellos hombres que no se ven a sí mismos como totalmente masculinos, pero que aún adhieren a ciertas nociones tradicionales sobre masculinidad, como la creencia de que los hombres deberían estar al mando. Este grupo, que Cassino describe como atrapado en una “trampa de la masculinidad”, es más propenso a invertir en criptomonedas y respaldar a Trump. Cerca de una cuarta parte de los hombres encuestados califica para este grupo, que es predominantemente joven, negro y latino. Entre ellos, el 37% posee criptomonedas, en comparación con solo el 18% de los hombres que se consideran completamente masculinos. Para estos individuos, la postura antiinmigración de Trump, su oposición a China y sus críticas a las políticas de diversidad, equidad e inclusión (DEI) resuenan profundamente.
Cassino argumenta que tanto el fenómeno de las criptomonedas como el apoyo a Trump representan una especie de “falsa esperanza” para esos hombres que sienten que están desconectados de las rutas tradicionales hacia el éxito. Es interesante notar que la relación entre Trump y el mundo de las criptomonedas ha evolucionado. Anteriormente escéptico, quien fuera presidente se ha convertido en un ferviente defensor de las criptomonedas, haciendo promesas audaces para desmantelar las regulaciones que, según él, limitan el potencial de crecimiento de este mercado. Trump ha llevado su relación con las criptomonedas un paso más allá al adoptar una postura activa en el espacio. Semanas atrás, el expresidente hizo un gesto simbólico al comprar una hamburguesa con Bitcoin, un acto que subraya su compromiso con el ámbito digital.
Además, anunció una nueva iniciativa centrada en las criptomonedas, World Liberty Financial, aunque se reportó que sus hijos no tienen participación en el proyecto. Este movimiento ha sido interpretado como un intento de acercarse a la comunidad cripto, que ha respondido positivamente a su retórica. En el reciente Bitcoin 2024, Trump realizó declaraciones contundentes, prometiendo restaurar y fortalecer la posición de Estados Unidos en el ámbito de las criptomonedas. “El día en que asuma el cargo, la cruzada anti-cripto de Joe Biden y Kamala Harris habrá terminado”, afirmó ante una multitud entusiasta. Su partido ha comenzado a aceptar donaciones en criptomonedas, aunque han tenido que devolver recientemente $1 millón en contribuciones de Bitcoin de los gemelos Winklevoss debido a limitaciones regulatorias.
La encuesta y sus hallazgos ponen de manifiesto un camino político que podría resultar crucial en las elecciones venideras. A medida que más estadounidenses comienzan a invertir en criptomonedas, las percepciones sobre estos activos digitales podrían afectar enormemente la dinámica política. Los propietarios de criptomonedas, que perciben su inversión como una vía hacia la libertad financiera y la innovación, se sienten atraídos por un candidato que les promete un enfoque favorable hacia sus intereses. Por otro lado, los no propietarios, que pueden sentirse en desacuerdo con la desregulación del sistema financiero, optan por un liderazgo que promueve un enfoque más tradicional. Con las elecciones de 2024 a la vuelta de la esquina, los partidos políticos tendrán que considerar cómo sus plataformas abordan el tema de las criptomonedas y los intereses de un electorado que cambia rápidamente.
Tanto Trump como Harris deberán navegar este terreno complejo para captar el voto de un grupo demográfico cada vez más influyente. En conclusión, la polarización observada en la encuesta de la FDU entre propietarios y no propietarios de criptomonedas justifica una reflexión más profunda sobre cómo los activos digitales están redefiniendo no solo el panorama financiero, sino también las lealtades políticas en el país. Con el crecimiento del cripto y su intersección con la política, el futuro electoral podría verse marcado por tendencias que, hasta hace poco, parecían impensables.