BBVA, uno de los bancos más prominentes de España, está dando pasos audaces hacia el mundo de las criptomonedas al anunciar su intención de lanzar una stablecoin para el año 2025. Esta iniciativa, desarrollada en asociación con Visa, se enmarca dentro de un ambicioso esfuerzo por parte de las instituciones financieras para crear activos tokenizados en el panorama cripto. La stablecoin, concebida como una moneda digital que busca mantener un valor estable, podría transformar cómo se realizan las transacciones en el ecosistema financiero, y BBVA está decidido a estar a la vanguardia de esta revolución. El anuncio fue realizado por Francisco Maroto, el responsable de activos digitales y blockchain de BBVA, quien comentó que el banco actualmente se encuentra en la fase de “sandbox” del programa de Visa. Este entorno de pruebas permite experimentar con nuevas ideas en un espacio controlado antes de lanzarlas al mercado real.
Maroto agregó que la entidad planea avanzar hacia la creación de un prototipo y pruebas en vivo para el próximo año, subrayando la rapidez con la que los bancos deben adaptarse a un entorno financiero en constante cambio. Uno de los aspectos más intrigantes sobre el desarrollo de la stablecoin de BBVA es que, aunque el banco está trabajando en su estructura, aún no ha tomado una decisión final sobre cómo estará respaldada. Posiblemente, podría depender de depósitos, fondos del mercado monetario o monedas fiduciarias como el euro o el dólar estadounidense. La flexibilidad en este sentido podría brindar al banco una ventaja significativa al momento de establecer una moneda que no solo sea funcional, sino también confiable en el volátil espacio de las criptomonedas. Es importante contextualizar que BBVA no es un recién llegado al mundo de los activos digitales.
Desde 2014, el banco ha estado explorando cómo la tecnología blockchain puede revolucionar el intercambio de valor. Maroto ha destacado la convicción interna de que esta tecnología transformará en profundidad la forma en que opera el sistema financiero. La stablecoin que está en desarrollo no solo se alinea con esta visión, sino que también es parte de una estrategia más amplia para capitalizar la creciente tendencia de la tokenización de activos, que abarca desde bienes raíces hasta fondos de crédito privado. La rápida evolución del mercado de las stablecoins no puede subestimarse. Estas monedas, diseñadas para mantener un precio estable al estar respaldadas por reservas como monedas fiduciarias o commodities, han ganado mucha popularidad en los últimos años.
Las monedas respaldadas por el dólar, como Tether (USDT) y USD Coin (USDC), han ganado una posición dominante, capturando la atención de inversores y entidades del sector debido a los beneficios que ofrecen sus emisores a través de los rendimientos de los activos subyacentes. En respuesta a esta dinámica, varias instituciones financieras tradicionales están comenzando a explorar sus propias iniciativas de stablecoin. Un ejemplo relevante es PayPal, que lanzó su stablecoin PYUSD en 2023, señalando un movimiento claro hacia la integración de las criptomonedas en el sistema financiero convencional. Otras empresas internacionales también han introducido opciones que generan rendimientos para sus clientes, lo que indica un creciente interés en la creación de productos de inversión vinculados a criptomonedas. Además, Ripple ha comenzado las pruebas beta de su moneda vinculada al dólar, RLUSD, como parte de esta tendencia.
La asociación de BBVA con Visa es particularmente estratégica. Visa recientemente anunció un nuevo producto que brinda a los bancos y a otras instituciones financieras la oportunidad de emitir sus propios tokens respaldados por fiat. Estos tokens podrían estar respaldados por diferentes tipos de reservas, desde depósitos bancarios hasta monedas fiduciarias. Aunque inicialmente operarán dentro de los ecosistemas de cada banco, el objetivo a largo plazo de Visa es facilitar la interoperabilidad entre diferentes instituciones, similar a cómo funcionan términos como USDC en múltiples blockchains. Esto sugiere que la stablecoin de BBVA podría no solo servir a sus clientes, sino también integrarse en un ecosistema más amplio de monedas digitales en el futuro.
Maroto comentó que la decisión de trabajar con Visa, en lugar de aprovechar un proveedor de stablecoin existente, se debe a la reputación y el cumplimiento regulativo que Visa representa en el mercado. La intención de BBVA es construir su stablecoin en torno al euro, lo que refleja su fuerte presencia en Europa. Este enfoque dirigido también se manifiesta en la decisión del banco de concentrarse inicialmente en mercados específicos como Suiza y Turquía, donde ya ofrece servicios relacionados con Bitcoin, Ethereum y USDC. Con la introducción de esta stablecoin, BBVA busca no solo innovar en el ámbito de las criptomonedas, sino también facilitar un marco más eficiente para la liquidación de transacciones, especialmente en el contexto de activos tokenizados. Esto podría representar un cambio significativo en la forma en que se manejan las inversiones y los acuerdos en mercados emergentes.
Sin embargo, es fundamental reconocer que la regulación de las criptomonedas sigue siendo un terreno incierto en muchos países, incluida España. La colaboración de BBVA con Visa podría facilitar el cumplimiento de normas regulatorias más estrictas, dado el historial de Visa en esta área. Con el crecimiento del interés por las criptomonedas y la constante evolución de las tecnologías y las regulaciones en torno a ellas, el papel de BBVA y su stablecoin podría ser un indicativo de hacia dónde se dirige el futuro del sistema financiero. A medida que nos adentramos en esta nueva era digital, la realización de transacciones a través de stablecoins podría convertirse en algo cotidiano, no solo para los entusiastas de las criptomonedas, sino también para el consumidor común. Será interesante observar cómo BBVA y Visa se adaptan a los desafíos y oportunidades que surgirán en el camino.
En definitiva, el anuncio de la stablecoin de BBVA, en colaboración con Visa, no solo marca un hito para el banco español, sino que también podría ser un catalizador para cambios más amplios en la forma en que percibimos y utilizamos el dinero en un futuro próximo. La cruzada hacia la digitalización y la tokenización de los activos está en marcha, y aquellos que se adapten más rápidamente a estos cambios estarán en una mejor posición para prosperar en la próxima era del sistema financiero.