El resurgimiento de las criptomonedas en 2023 ha llevado a muchos a preguntarse: ¿está el invierno cripto finalmente terminado? Después de meses de caída libre y turbulencias en el mercado, el rebote de Bitcoin y de otras criptomonedas se ha convertido en un tema candente. Para entender mejor esta situación, es esencial analizar el contexto anterior, las causas del invierno cripto y las señales que indican un posible cambio en la tendencia. El término "invierno cripto" se utiliza para describir periodos prolongados en los que los precios de las criptomonedas sufren caídas significativas y la actividad comercial disminuye. Este fenómeno es comparable a un mercado bajista en el ámbito de las acciones. La primera manifestación notable de un invierno cripto ocurrió en 2011, cuando Bitcoin perdió el 40% de su valor en un mes.
Sin embargo, el auge del uso del término se consolidó en 2018 tras una dramática caída que siguió a un auge masivo en 2017. Durante ese año, Bitcoin alcanzó un precio de casi 20,000 dólares, solo para desplomarse a menos de 3,200 dólares en diciembre. La reciente caída de las criptomonedas comenzó con un precio récord de Bitcoin de 68,569 dólares en noviembre de 2021, que se precipitó por debajo de los 17,000 dólares a finales de 2022. Este periodo estuvo marcado por una serie de desastres dentro del sector, incluyendo el colapso de FTX, un intercambio de criptomonedas que en su momento se valoraba en más de 32 mil millones de dólares. La quiebra de FTX impactó notablemente la percepción pública de las criptomonedas y aún reverbera en el mercado.
La razón detrás de la caída de los precios de las criptomonedas es multifacética. Uno de los factores más influyentes fue la política monetaria de la Reserva Federal de Estados Unidos. A medida que la inflación se disparaba tras la pandemia, la Fed aumentó las tasas de interés de manera agresiva, lo que llevó a los inversores a retirar su dinero de activos de alto riesgo, incluida la criptografía. Con los tipos de interés en su nivel más alto en dos décadas, la demanda por activos considerados volátiles se desplomó. Además, el colapso de criptomonedas clave como Luna y TerraUSD, así como las quiebras de importantes prestamistas de criptomonedas como Voyager Digital y Celsius Network, contribuyeron a una atmósfera de desconfianza.
Para muchos, estos eventos simbolizaban la inestabilidad inherente del mercado de criptomonedas. Con la caída de la confianza de los inversores, el invierno cripto se consolidó. Sin embargo, 2023 ha traído consigo nuevos vientos. Bitcoin ha registrado un aumento aproximado del 150% en su valor, lo que ha suscitado numerosos debates sobre si el invierno ha llegado a su fin. La reciente condena de Sam Bankman-Fried, ex-director ejecutivo de FTX, por múltiples cargos de fraude también ha sido vista como un punto de inflexión que podría permitir que el sector se lave la cara y avance hacia una nueva era de transparencia y confianza.
Expertos en el ámbito cripto consideran que, a pesar de los avances, la terminación del invierno cripto aún está en el aire. Las señales positivas incluyen un aumento en los flujos semanales de fondos de inversión en criptomonedas, lo que sugiere un renovado interés por parte de los inversores institucionales. Empresas reconocidas como BlackRock y Mastercard han comenzado a ofrecer activos digitales, lo que también apunta a una posible normalización del mercado cripto. Aun así, la perspectiva de que los fondos cotizados en bolsa (ETFs) de Bitcoin y Ethereum sean aprobados en los mercados de EE. UU.
parece ser un indicador crucial para muchos profesionales del sector. Greg Magadini, director de derivados en Amberdata, argumenta que la aprobación de estos productos podría ser lo que finalmente abra las compuertas para que grandes carteras de inversión asignen una porción significativa de sus activos en criptomonedas. Es importante tener en cuenta que, a diferencia de los mercados tradicionales, no hay una definición universalmente aceptada de lo que constituye un invierno cripto o cuándo ha finalizado. La naturaleza aún emergente y volátil de las criptomonedas significa que estos términos carecen de rigidez, lo que contribuye tanto a su mística como a su riesgo. Lo que sí es innegable es que las criptomonedas han entrado en la conciencia pública de una manera que era inimaginable hace solo unos años.
Las titulaciones del juicio de Bankman-Fried dominaban las noticias, y la atención que ha recibido el caso ha logrado mantener a las criptomonedas en la conversación pública. A medida que la industria avanza, las lecciones aprendidas de fallos pasados y el entorno regulador más estricto podrían ayudar a estabilizar el sector. Por otro lado, los detractores apuntan que cualquier signo de recuperación podría ser efímero. Sostienen que el mercado sigue siendo susceptible a la manipulación, y que el nuevo interés podría verse obstaculizado por futuras crisis económicas, regulaciones fiscales más estrictas o incluso hacks de alto perfil que podrían desestabilizar nuevamente la confianza. Y aunque la certeza es escasa, el hecho de que más personas, empresas e instituciones están comenzando a reconocer la criptomoneda como una clase de activo legítima es un signo de progreso.