En la turbulenta y a menudo caótica historia de las criptomonedas, pocos eventos han tenido un impacto tan devastador como el colapso de FTX, la plataforma de intercambio fundada por Sam Bankman-Fried. Este suceso, que tuvo lugar en noviembre de 2022, se saldó con la pérdida de miles de millones de dólares de los clientes, dejando a aproximadamente un millón de usuarios en la incertidumbre y la desolación. Sin embargo, en un giro inesperado de los acontecimientos, casi todos los clientes de FTX podrían recuperar su dinero, además de un interés significativo. ¿Cómo es esto posible? Desde su apogeo, cuando FTX alcanzó una valoración de 32 mil millones de dólares, hasta su caída meteórica, la historia de FTX está marcada por la mezcla de innovación y deshonestidad. Bankman-Fried, en un intento desesperado por mantener a flote su compañía, utilizó fondos de los clientes para hacer inversiones a través de la firma de inversiones Alameda Research, lo que eventualmente llevó a su arresto y a la declaración de quiebra de FTX.
La Jurisprudencia de Nueva York dictó una condena por fraude y lavado de dinero, lo que llevó a Bankman-Fried a una sentencia de 25 años en prisión. A pesar de todo, la luz al final del túnel parece brillar para los clientes afectados. Según informes recientes, FTX ha presentado un plan que promete devolver aproximadamente el 118 por ciento de los fondos a alrededor del 98 por ciento de los inversionistas en un plazo de 60 días. Este anuncio ha causado revuelo entre los que perdieron su dinero, llevando a la reflexión sobre cómo se está llevando a cabo este proceso de reembolso. La primera pregunta que surge es: ¿de dónde proviene el capital para llevar a cabo estos reembolsos? Tras la quiebra, FTX logró recuperar una cantidad significativa de activos.
En abril de 2023, ya se habían recuperado 7.3 mil millones de dólares en activos líquidos, y esta cifra ha ido en aumento. La administración actual de FTX, bajo la dirección del nuevo CEO John Ray III, ha configurado un plan de capítulo 11 que contempla la devolución de 100 por ciento de los montos de los reclamos de los acreedores no gubernamentales. FTX ha recuperado parte de estos fondos a través de varias estrategias, que incluyen la negociación para devolver donaciones realizadas a políticos y organizaciones benéficas, así como la monetización de una colección extraordinariamente diversa de activos, muchos de los cuales eran inversiones propietarias. Esta recuperación, que proviene no solo de los deudores de FTX, sino también del Departamento de Justicia de EE.
UU., autoridades en Australia y las Bahamas, y diversas partes privadas, ha permitido crear un fondo robusto para la retribución. Vale la pena mencionar que la promesa de devolver el 118 por ciento de los fondos inicialmente invertidos sólo se aplica a los acreedores que deben menos de 50,000 dólares, lo que representa a la mayoría de los clientes afectados. Esta medida, aunque positiva, también plantea interrogantes sobre el resto de los acreedores que podrían no recibir la misma atención. Sin embargo, aunque los clientes puedan recuperar sus fondos, es importante señalar que el precio de las criptomonedas ha cambiado drásticamente desde la caída de FTX.
Por ejemplo, el valor de Bitcoin es ahora aproximadamente tres veces mayor que en noviembre de 2022. Por lo tanto, aunque los clientes recuperen el valor nominal de su inversión, es probable que sientan una pérdida en términos de ganancias que pudieron haber obtenido si hubieran mantenido sus criptomonedas. Esto añade una capa de complejidad a la situación, dejando a muchos clientes sintiéndose frustrados a pesar de la aparente bonanza. El nuevo CEO, John Ray, ha expresado su satisfacción por tener la oportunidad de restituir a los clientes lo que les pertenece. Revelando que entre 14.
5 mil millones y 16.3 mil millones de dólares estarán disponibles para compensar a los que fueron perjudicados, Ray ha enfatizado su compromiso de garantizar que el proceso de reembolso se realice de la manera más eficiente posible. Este enfoque proactivo ha sido bien recibido por los acreedores, que ven una oportunidad real de recuperar sus fondos. La historia de Bankman-Fried y el colapso de FTX no sólo ha resaltado las vulnerabilidades inherentes en el mundo de las criptomonedas, sino que también ha puesto bajo el microscopio la regulación de este sector. A medida que se sabrán más detalles sobre cómo se llevará a cabo el proceso de reembolso y se recuperarán los activos, habrá un interés creciente en reglas más estrictas y una supervisión más efectiva que prevenga futuros fraudes de tal magnitud.
El camino hacia la recuperación total no está exento de obstáculos. La corte de bancarrota de EE. UU. aún debe llevar a cabo una audiencia sobre la distribución de activos de FTX que está programada para el 25 de junio de 2024. Hasta que no se realicen las audiencias y se resuelvan los reclamos, los clientes deben tener cautela.
La falta de claridad en la ejecución del plan y las incertidumbres legales pueden influir en el tiempo y la forma en que se realicen los reembolsos. A pesar de ello, el panorama se ve más optimista que hace poco más de un año. Bankman-Fried ha expresado remordimientos desde la cárcel, afirmando que su intención nunca fue perjudicar a los clientes. Sin embargo, sus acciones han dejado una estela de desconfianza y desilusión en el mercado, del que llevará tiempo recuperarse. Mientras tanto, FTX, aunque actualmente en quiebra, sigue existiendo técnicamente y tiene planes para considerar su posible reactivación.