Michael Lewis, el aclamado autor conocido por sus obras más vendidas como "Moneyball" y "The Big Short", ha encontrado un nuevo enfoque en su último libro, que se centra en la controvertida figura de Sam Bankman-Fried, el ex CEO de FTX y uno de los personajes más polémicos del mundo de las criptomonedas. Sin embargo, la recepción crítica de su obra ha sido intensa y a menudo hostil, lo que ha llevado a Lewis a comparar a sus detractores con una “mob” o multitud violenta. En este artículo, exploraremos las implicaciones de sus comentarios, así como el contexto en el que se desarrolla esta polémica. Desde el estallido del escándalo de FTX, que se declaró en bancarrota en noviembre de 2022 tras la revelación de un mal manejo de fondos y falta de transparencias, el nombre de Sam Bankman-Fried ha estado en el centro del debate. Símbolo de la exuberancia de las criptomonedas, Bankman-Fried fue inicialmente considerado un genio por muchos, un joven prodigio que logró reunir miles de millones en activos digitales en un tiempo récord.
Sin embargo, tras la caída de su imperio, su imagen se transformó drásticamente, llevando a muchos a considerarlo un fraude y un estafador. Lewis, al escribir su libro, intenta captar la complejidad de esta figura contemporánea, ofreciendo no solo un análisis de su meteórico ascenso y repentina caída, sino también un vistazo a la cultura que rodea el mundo de las criptomonedas y la falta de regulación en este sector. Sin embargo, su enfoque ha suscitado críticas, particularmente de aquellos que ven su trabajo como una forma de mitigar la responsabilidad de Bankman-Fried o de humanizarlo en exceso. En una reciente entrevista, Lewis expresó su frustración con las reacciones negativas hacia su libro. Describió a sus críticos como una "multitud" enfadada que busca un chivo expiatorio en lugar de entender el contexto más amplio del colapso de FTX.
Lewis argumenta que criticar su trabajo no solo es un ataque personal, sino que también desdibuja la realidad histórica del fenómeno de Bankman-Fried y la industria de las criptomonedas en general. Según él, esta visión limitada no ayuda a las personas a comprender realmente lo que ocurrió y por qué. Las palabras de Lewis han resonado en un ambiente donde las críticas a su trabajo se han vuelto particularmente feroces. Algunos críticos han señalado que su libro parece absolver a Bankman-Fried de su culpabilidad, presentándolo más como un “inocente” que cometió errores en lugar de un criminal que defraudó a miles de inversores. En consecuencia, muchos han calificado su trabajo como un intento de “blanquear” la imagen de un hombre que, a su juicio, se benefició de la desregulación y el engaño.
A menudo, los autores que se aventuran a escribir sobre figuras complejas como Bankman-Fried se encuentran atrapados entre la narrativa y la ética. Por un lado, los escritores suelen buscar captar un cuadro completo y matizado de un individuo y sus circunstancias; por otro, deben ser responsables al representar las acciones de aquellos que han causado daño a otros. Es una línea delgada que a veces puede llevar a malentendidos y críticas. La respuesta a las palabras de Lewis ha sido variada. Por un lado, algunos defensores argumentan que la indignación hacia el enfoque del autor es, en sí misma, un indicativo de la cultura de cancelación que, según ellos, a menudo predomina en la sociedad actual.
Para estos defensores, la obra de Lewis es un intento de profundizar en las causas y consecuencias del fenómeno FTX, en lugar de simplemente señalar con el dedo. En este sentido, creen que su trabajo puede ser de gran valor para quienes buscan entender el auge y la caída del imperio de criptomonedas. Por otro lado, los críticos parecen no ceder en su defensa de los inversores que perdieron su dinero en el colapso de FTX. Muchos argumentan que es necesario que las voces que abogan por la rendición de cuentas sean igualmente escuchadas. En su opinión, el riesgo de banalizar las acciones de Bankman-Fried podría llevar a futuros escándalos en la industria, ya que la falta de consecuencias podría enviar un mensaje equivocado a otros actores del mercado.
El diálogo que se ha generado en torno a la obra de Lewis también refleja un cambio cultural más amplio sobre cómo se perciben las figuras controvertidas en la narrativa pública. El caso de Bankman-Fried ha despertado debates profundos sobre la ética en los negocios, las leyes de regulación financiera y la necesidad de una mayor transparencia en el mundo de las criptomonedas. Estos son temas que tocaron la fibra sensible de muchos, y el modo en que se retratan estas cuestiones no es solo relevante para el libro de Lewis, sino para la discusión pública más amplia sobre la regulación en los ámbitos financieros. Además, el hecho de que Lewis hable de sus críticos como una "mob" puede ser interpretado como un intento de desacreditar a aquellos que simplemente buscan justicia en una situación que ha causado estragos en la vida de muchas personas. La retórica de Lewis puede ser vista como un intento de proteger su obra y narrativa, lo que a su vez puede hacer que sus críticos se sientan subestimados e ignorados.
Este hito en el debate sobre Bankman-Fried y su legado plantea preguntas relevantes sobre la responsabilidad de los escritores y su papel en la representación de figuras como él. ¿Debería un autor desviar su narrativa para satisfacer la demanda pública de justicia, o está en su derecho de explorar los matices de una figura polémica? En última instancia, ambos lados del debate parecen tener un punto válido, y el camino hacia adelante podría requerir un enfoque que busque equilibrar la narrativa con la responsabilidad ética. Con el tiempo, será interesante observar cómo evolucionará esta discusión, no solo en relación con la obra de Lewis, sino en el contexto más amplio de la cultura de las criptomonedas y los desafíos regulatorios que vende. Lo que es indiscutible es que el caso Bankman-Fried, y la narrativa que se teje a su alrededor, seguirá siendo objeto de análisis y reflexión.