En el mundo de las citas, el ámbito digital ha tomado un nuevo giro con la llegada de las tecnologías Web3 y criptomonedas. Sin embargo, a pesar del creciente interés en estos nuevos ecosistemas digitales, son muchas las mujeres que han tenido experiencias negativas al relacionarse con hombres profundamente inmersos en el universo cripto. En un reciente artículo de Fortune, tres mujeres comparten sus anécdotas sobre las citas en este nuevo contexto, revelando las complejidades y desilusiones que han enfrentado. La primera de estas mujeres, Marta, es una profesional de marketing que decidió sumergirse en el mundo de las citas en línea a través de plataformas dedicadas a la tecnología Web3 y criptomonedas. "Lo vi como una oportunidad", comenta.
"Pensé que al estar en el mismo ecosistema, podríamos compartir intereses y construir una conexión real". Sin embargo, sus expectativas pronto se desvanecieron. Marta encontró que muchos de los hombres que conoció no eran capaces de hablar de nada más que no fuera criptomonedas y trading. "Era como si todo lo que existía en sus vidas girara alrededor de un token o un gráfico", relata con frustración. Sus citas se convirtieron en discusiones interminables sobre inversiones, precios de token y tendencias del mercado, mientras que sus propios intereses en arte y cultura pasaban desapercibidos.
"Me di cuenta de que no solo estaban tratando de venderme una ideología, sino que muchos de ellos parecían más interesados en convencerme de invertir que en conocerme de verdad", dice Marta. Al final, decidió que no era lo que buscaba en una relación y optó por cerrar su perfil en una de las plataformas de citas Web3. La segunda mujer, Ana, tuvo una experiencia similar pero más intensa. Ana trabajaba en el sector tecnológico y, al igual que Marta, se sentía atraída por la idea de conectar con hombres que compartieran su interés por el futuro digital. "Pensé que quizás podría encontrar a alguien con quien compartir mi pasión por la tecnología", explica.
Sin embargo, se encontró con una comunidad que, según ella, estaba llena de egos inflados y una fuerte obsesión por la competitividad. "Era como una carrera constante para demostrar quién sabía más o quién tenía más criptomonedas", añade. En una de sus citas, Ana conoció a un hombre que parecía perfecto: inteligente, carismático y apasionado por la tecnología. Sin embargo, luego de un par de encuentros, se dio cuenta de que su cita solo quería hablar de su última inversión en un token desconocido. "Su entusiasmo era indudable, pero yo sentía que siempre había una barrera.
No era capaz de ver más allá de su pantalla de trading", cuenta Ana. Esta falta de conexión personal la llevó a replantearse su decisión de buscar citas en ese espacio. Por último, Laura ofrece una perspectiva diferente pero conmovedora. Ella fue parte de una comunidad de Web3 que promovía no solo las criptomonedas, sino también valores de igualdad y descentralización. "Me sentí atraída por la idea de que podríamos construir algo juntos, basado en niveles de equidad", dice.
Sin embargo, la realidad resultó ser otra. Laura se dio cuenta de que, en muchas ocasiones, la paridad que prometía el discurso de la comunidad no se reflejaba en la realidad de las relaciones. "Conocí a hombres que se mostraban increíblemente abiertos y feministas en línea, pero que en las citas se comportaban de manera completamente contraria", expresa. Un encuentro en un evento de Web3 dejó a Laura especialmente decepcionada. Durante una charla, ella mencionó su interés por proyectos que apoyan a mujeres en el espacio tecnológico.
"Lo que recibí a cambio fue un torrente de comentarios condescendientes. Y no solo eso, sino que también se minimizó mi experiencia y conocimientos", recuerda. Esta experiencia la llevó a cuestionar no solo sus interacciones románticas, sino el ambiente en general. "Me sentí fuera de lugar en un espacio que teóricamente debería haber sido inclusivo", dice. Las experiencias compartidas por estas tres mujeres son un reflejo de un panorama más amplio dentro del mundo de las citas en Web3, donde la promesa de innovación y comunidad a menudo se encuentra con la realidad de las interacciones humanas.
Los hombres cripto, a pesar de sus buenas intenciones, a menudo parecen incapaces de ver más allá de su propia burbuja. En el contexto más amplio de la tecnología, la obsesión por el rendimiento financiero y el estado de criptomonedas puede crear un ambiente tóxico. Los espacios que prometen equidad y comunidad pueden convertirse rápidamente en arenas de ego y competitividad, donde las conexiones personales quedan relegadas a un segundo plano. A medida que las tecnologías avanzan y nuestras interacciones se vuelven más digitales, es vital recordar la importancia de las relaciones humanas basadas en la autenticidad y la conexión emocional. Las experiencias de Marta, Ana y Laura nos ofrecen una valiosa lección sobre las expectativas y la realidad en el mundo de las citas en el contexto de Web3.