En un reciente estudio realizado por el Banco de la Reserva de Australia (RBA), se ha revelado que, a pesar de que la mayoría de los australianos son conscientes de lo que es la criptomoneda, solo el 1% de la población ha utilizado este medio para realizar pagos en bienes y servicios. Este sorprendente hallazgo pone de manifiesto la brecha entre el conocimiento y la adopción de las criptomonedas en el país, lo que invita a reflexionar sobre las razones detrás de esta discrepancia. El estudio, parte de la Encuesta Trienal sobre Pagos al Consumidor (CPS por sus siglas en inglés), se llevó a cabo entre octubre y noviembre de 2019 y abarcó a 1.100 encuestados. Los resultados mostraron que un asombroso 80% de los participantes estaban informados sobre las criptomonedas, pero la mayoría de ellos no las había utilizado para realizar pagos.
Sorprendentemente, las criptomonedas se situaron como el tercer método de pago alternativo más reconocido en Australia, sólo superadas por las populares opciones de pago móvil “tap and go” y los servicios de “compra ahora, paga después”. La baja tasa de utilización de criptomonedas en comparación con su nivel de reconocimiento plantea una serie de interrogantes. ¿Por qué, a pesar de tener un conocimiento general de las criptos, los australianos no las utilizan en sus transacciones diarias? Para entender mejor esta situación, es necesario analizar los factores que pueden influir en la decisión de compra de los consumidores. Uno de los principales obstáculos podría ser la volatilidad inherente a las criptomonedas. Aunque atraerán a algunos inversores, muchos consumidores pueden ver las criptomonedas como una inversión arriesgada más que como una herramienta de pago.
Con los precios de Bitcoin, Ethereum y otras altcoins fluctuando drásticamente, las preocupaciones sobre el valor a corto plazo pueden desincentivar a las personas a utilizarlas en sus compras diarias. Adicionalmente, la falta de comprensión sobre cómo funcionan las criptomonedas puede ser otro factor limitante. Aunque un alto porcentaje de la población está al tanto de su existencia, esto no significa necesariamente que estén bien informados sobre cómo utilizarlas de manera efectiva. La complejidad de los procesos de compra y almacenamiento puede resultar desalentadora para los no iniciados. Este conocimiento limitado puede llevar a que los consumidores se sientan más cómodos utilizando métodos de pago familiares y reconocidos.
El estudio del RBA también destaca las tendencias en los métodos de pago en Australia, con un notable descenso en el uso de efectivo. Según los datos, el efectivo fue utilizado en solo el 15% de las transacciones por parte de personas menores de 40 años en 2019. Esto demuestra un cambio generacional en la forma de realizar pagos, ya que los más jóvenes prefieren métodos digitales, aunque las criptomonedas aún no han logrado capturar este segmento del mercado. Los servicios de pago como AliPay, WeChat Pay, así como plataformas locales como “Beem It” y “PayID” han logrado una adopción considerable en comparación con las criptomonedas. Estos sistemas han sido diseñados para ser fáciles de usar y accesibles, lo que puede explicar en parte su mayor popularidad.
Además, su conexión instantánea con cuentas bancarias y su simplicidad les otorgan una ventaja competitiva que las criptomonedas aún no han logrado replicar. Es interesante notar que la encuesta del RBA fue la primera vez que se incluyeron criptomonedas en el análisis de métodos de pago. Esto indica que, a pesar de su presencia creciente en el ámbito financiero, las criptomonedas todavía están en las etapas de exploración por parte de los reguladores y las instituciones, lo que puede influir en su adopción en el futuro. Por otro lado, la preocupación por la regulación y la seguridad también juega un papel significativo. La falta de un marco regulador claro en torno a las criptomonedas puede generar inquietudes tanto entre los consumidores como entre los comerciantes.
A pesar de que las criptomonedas ofrecen ventajas como la descentralización y la reducción de costos de transacción, los riesgos asociados a fraudes y hackeos pueden hacer que los consumidores se sientan inseguros al utilizar criptomonedas para sus compras. Es también relevante mencionar que, en el marco de un enfoque más amplio hacia la adopción de criptomonedas, ha habido un aumento en la atención de las instituciones financieras y gubernamentales hacia este fenómeno. La comprensión del potencial de las criptomonedas para transformar el sistema financiero podría llevar a una mayor aceptación a largo plazo, a medida que la tecnología y atención regulatoria evolucionen. En vista de esto, el futuro de las criptomonedas en Australia podría estar dando señales de cambio. A medida que más individuos se conviertan en conocedores de las opciones y las plataformas de criptomonedas, podría ser posible que la adopción aumente.
Sin embargo, para que esto ocurra, es esencial que se aborden las inquietudes sobre la volatilidad, la regulación y la educación financiera. Las criptomonedas ofrecen una oportunidad para diversificar la forma en que realizan transacciones, pero es crucial que los consumidores se sientan capacitados y seguros para usarlas de manera efectiva. La educación y la creación de confianza serán elementos clave para fomentar un mayor uso de criptomonedas en Australia y garantizar que la cifra del 1% de adopción actual comience a crecer. En resumen, el estudio del RBA resalta una imagen intrigante y compleja de la situación actual de las criptomonedas en Australia. A pesar de su creciente notoriedad, la adopción sigue siendo sorprendentemente baja.
Ya sea por la desconfianza, la falta de comprensión, o simplemente las preferencias personales, queda claro que aún queda un largo camino por recorrer antes de que estas monedas digitales sean parte integral de la vida cotidiana de los australianos. El desafío radica en cerrar la brecha entre reconocimiento y uso, y fomentar un entorno en el que las criptomonedas puedan prosperar.